¿Llega el boom de las hamburguesas sin carne?
Son una de las comidas más consumidas en todo el mundo, y se abren paso también en el mercado libre de carne.
Los spots publicitarios que promocionan las nuevas "hamburguesas sin carne" señalan que se ven, saben y huelen como una hamburguesa de carne, pero de origen vegetal.
La más popular es la Not Burguer, un medallón hecho 100% de plantas, pero muy similar a las hamburguesas tradicionales. Es de NotCo, una marca chilena que ya lanzó productos como Not Milk ("no es leche") y Not Mayo ("no es mayonesa").
¿Será esta una revolución como la de las gaseosas sin azúcar que están desplazando a las versiones originales, o un fenomenal fracaso como el de la cerveza sin alcohol?
Para dimensionar la importancia que este producto tiene en la sociedad actual, basta con señalar que la marca líder en fast food en el mundo alimenta cada día al 1% de los humanos.
Sumando a las demás grandes cadenas, hamburgueserías locales, y las de producción casera, podría decirse que una de cada diez personas en el mundo prueban una hamburguesa cada 24 horas.
Las razones son múltiples:
- No necesitan mucha preparación, apenas hay que calentarlas o cocerlas,
- Se pueden comer como sándwich, en la mano, sin cubiertos ni platos,
- Son una comida "al paso" que lleva poco tiempo terminar,
- Sirven para saciar el hambre a cualquier hora del día,
- Pueden ser de carne vacuna, de pollo o de cerdo.
El daño al medio ambiente que provoca esta ingesta masiva de animales es feroz ya que, por ejemplo, producir un kilo de hamburguesa de carne de vacuna consume 12 veces más agua que producir un kilo de pan, 64 veces más que un kilo de papas y 86 veces más que un kilo de tomates.
Según un informe del World Resources Institute, el ganado vacuno genera siete veces más emisiones de efecto invernadero por gramo de proteína que el pollo o el cerdo, y veinte veces más que las lentejas o guisantes.
Uno de los motivos es que los rumiantes producen metano, un gas con efectos sobre el calentamiento global treinta veces más potentes que el CO2 (dióxido de Carbono).
Para colmo, la ganadería ocupa a nivel global tres veces más espacio que la agricultura.
Desde principios de los 70 hasta la actualidad la población mundial se ha duplicado, pero el consumo de carne en general se ha quintuplicado. Los nuevos comensales llegaron desde Asia, donde siempre fue el arroz la base de la alimentación.
Un giro en la historia
En Argentina la chilena NotCo ya ofrece este producto vegetariano y está logrando éxito, especialmente entre los consumidores jóvenes y las mujeres.
En Estados Unidos, mientras tanto, dos compañías compiten abiertamente por el lucrativo negocio:
- La Impossible Burger (Burguer King) está compuesta principalmente de proteína concentrada de soja, pero "sangra" igual que una hamburguesa tradicional gracias a la adición de leghemoglobina, una proteína también extraída de la soja (es una fuente de hierro).
- La Beyond Meat (McDonalds) usa proteína de guisante, igual que los batidos de proteínas veganos para deportistas. Para conseguir el color rojo y el efecto de sangrado emplea jugo de remolacha.
En ambos casos, el sabor y la textura son muy parecidos a la carne real. Además, las proporciones de proteínas y grasas son similares a las de los filetes.
En su composición entran más de treinta ingredientes, mientras que a una hamburguesa de carne solo se le añaden especias y cereales.
Este tipo de productos naturistas no tienen gluten y no afectan el colesterol. Los más fanáticos arriesgan y dicen que las vegetarianas "llenan más" que sus pares tradicionales.
Ya existen bebidas libre de azúcar y alcohol, ambientes libres de humo, frituras libres de aceites, ¿será posible vivir en pocos años en una sociedad "libre de carne"?