La institución que hace más de una década ejecutó el programa "Sembrando luz" e instaló más de 3.000 sistemas de energías renovables en comunidades rurales e indígenas, hoy solo se enfoca en hacer unos cuantos mantenimientos a una infraestructura que se apaga paulatinamente. Mala gestión, desinversión y, sobre todo, una política "anti-renovable" signan su presente y ensombrecen las promesas futuras.