Las similitudes entre Wellington y Río Gallegos son varias, pero la diferencia más importante es que una ha sabido aprovechar sus recursos naturales para generar energía limpia y la otra los ha ignorado.
El estado de Amapá, en Brasil, planea la construcción de un complejo de hidrógeno verde, pero el destino de la producción será abastecer, principalmente, al mercado europeo.