Ante los efectos del cambio climático y El Niño, las hidroeléctricas enfrentan desafíos operacionales en Perú. La escasez de lluvias ha disminuido drásticamente la capacidad de los embalses, obligando a tomar medidas extremas como la quema de diésel para mantener el suministro energético. Esto no solo retrasa la transición energética, sino que también subraya la urgencia de diversificar las fuentes de energía y fortalecer la resiliencia del sistema ante un futuro climático cada vez más desafiante.