Desde fines de 2019 (inicio del caos urbano y arribo de los primeros casos de Covid), los trasandinos también se vieron obligados a permanecer dentro de sus viviendas y crearon huertos para paliar la crisis alimentaria y sanitaria.
La pandemia, la guerra en Europa y el cambio climático aumentan la inseguridad alimentaria en la región, mientras la producción de alimentos sigue creciendo