La política, por un lado, parece reconocer las consecuencias de ignorar el cambio climático y hace todo tipo de promesas; por el otro, ignora lo prometido y esconde la cabeza como el avestruz, sin dar respuestas por tanta volubilidad.
Como en las peores épocas de la guerra fría, el mundo teme por una conflagración con armas atómicas que ponga en riesgo el futuro mismo de la humanidad.
Los esfuerzos por combatir la polución hoy no solo se ven interrumpidos por la guerra, sino que esta ha añadido nuevas fuentes contaminantes y está causando la muerte de muchas especies y el daño irreparable de los ecosistemas.
Asesorado por científicos, Javier Peña resumió en un video los beneficios de avanzar a una "transición energética con prioridad de economía de guerra" en Europa.
Desde 2014, el conflicto con Rusia degradó más de medio millón de hectáreas, puso animales en peligro de extinción, hubo más de 12.000 incendios forestales y las consecuencias están aumentando.