El impactante consumo de energía de la minería de las criptomonedas es un talón de Aquiles de la moneda digital. Se estima que, en 2024, las cripto emitirán tanto CO2 como la producción total anual de GEI de países como Italia. Sin embargo, expertos y referentes creen que la evolución de la tecnología y la transición energética encontrarán soluciones rápidas que reduzcan sensiblemente el impacto ambiental.