En Perú hay miles de personas sin electricidad y el 11% de la población recurre a la biomasa como fuente de energía. Las mujeres estarían entre los grupos más afectados por esto. Las encargadas de recolectar la leña son ellas, y se ven expuestas a diversos obstáculos y peligros, que van desde la falta de acceso a la educación e internet, hasta daños a su integridad. Como bien lo refleja la pobreza energética, no puede haber desarrollo sostenible si no hay igualdad de género.