Un estudio argentino demostró lo evidente: vivir en pueblos fumigados aumenta el riesgo de padecer y morir por cáncer
La mortalidad por cáncer en jóvenes que viven en zonas pulverizadas es 2,5 veces mayor que en el resto del país. Los autores piden que se tomen políticas públicas en favor de la salud de la población.
Los agrotóxicos matan. Aunque baste con ir a las zonas fumigadas y contar los casos de cáncer y de muertes prematuras, la ciencia, de nuevo, confirmó lo que vienen reclamando los pueblos pulverizados: la necesidad de cambiar de paradigma de producción por uno agroecológico que respete la vida. El estudio concluyó que la mortalidad por cáncer en jóvenes que viven en territorios rociados con venenos para el agro es 2,5 veces mayor que en el resto del país.
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Se analizaron los datos de 8 localidades del área agroindustrial de la provincia de Santa Fe: Acebal, Arteagas, Chabás, Luis Palacios, San Genaro, Sastre, Timbúes y Villa Eloisa. Mediante encuestas sanitarias realizadas por alumnos del último año de la carrera de medicina de la Universidad Nacional de Rosario se obtuvo la información. Un total de 27.644 personas fueron evaluadas: lo que representa el 68% de la población total de esas localidades.
El estudio fue publicado en la Revista Clinical Epidemiology and Global Health. La proporción de muertes por cáncer en relación con otras causas de muerte varió según el grupo de edad y el sexo, los valores de 8 T fueron más altos que para la población general para todas las combinaciones.
"La razón de probabilidades entre la tasa de incidencia de cáncer en 8 T (estos pueblos) y la población general fue de 1,37 (P <5%). Para el grupo de edad de 15 a 44 años, las razones de probabilidad entre las tasas de mortalidad por cáncer por 100 mil habitantes en 8 T y la población general fueron de 2,48 y 2,77 para los sexos femenino y masculino, respectivamente", señala el informe.
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"Nuestros hallazgos sugieren que vivir en pequeños pueblos rurales afectados por aplicaciones AP cercanas tiene un impacto negativo en la salud, concretamente en los resultados del cáncer. Estos resultados contribuyen a la necesidad de políticas de reducción de pesticidas, especialmente en el entorno de pequeñas poblaciones urbanas", concluye.
Los investigadores del estudio son: Alejandro Vallini, Facundo Fernández, Lisandro Ferrazini, Marianela Lasagna, Anahí J. Sosa, Guillermo E. Hough y Damián Verzeñassi, quien ya había señalado a este medio que "el incremento de las enfermedades oncohematológicas registradas oficialmente que ha tenido la Argentina en los últimos 20 años está temporalmente relacionado con el aumento del uso de agrotóxicos en nuestro país".
Menos Hough, quien trabaja en ConCiencia Agroecológica, en la Comisión de Investigaciones Científicas de la provincia de Buenos Aires, en la localidad de 9 de Julio, el resto de los investigadores forman parte del Instituto de Salud Socioambiental, Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), Santa Fe, Argentina. Además, Vallini, Fernandez, Ferrazini y Sosa pertenecen a la Clínica Ambiental Sede Argentina de la Plataforma de Estudios Ambientales y Sostenibilidad (PEAS) del Centro de Estudios Interdisciplinares (CEI) de la UNR. Por su parte, Verzeñassi también se encuentra en la Carrera de Medicina de la Universidad del Chaco Austral (UNCAus), en Resistencia.