México siembra Vida con una visión avanzada de sostenibilidad socioambiental
Sembrando Vida es un programa integral del Gobierno de México, que busca lograr comunidades sustentables conjugando Componentes Sociales, Económicos y Ambientales. Con esta Visión Integral,, dinamiza la diversidad socio ambiental y cultural de las comunidades, contribuye a la generación de empleos, al cuidado del ambiente y favorece una mayor cohesión social.
Sembrando Vida contribuye al logro del bienestar social de sembradoras y sembradores a través del impulso de la autosuficiencia alimentaria, con acciones que favorezcan la reconstrucción del tejido social y la recuperación del ambiente, a través de la implementación de parcelas con sistemas productivos agroforestales. El programa, busca atender 2 problemáticas centrales: la pobreza rural y la degradación ambiental. De esta manera, sus objetivos son rescatar al campo, reactivar la economía local y la regeneración del tejido social en las comunidades, recuperando la cobertura forestal para hacer productiva la tierra en:
SAF sistemas agroforestales de árboles maderables y frutales, una serie de sistemas y tecnologías para el uso de la tierra en las que se combinan árboles con cultivos agrícolas y/o pastos, en función del tiempo y el espacio para incrementar y optimizar la producción en forma sostenida.
MIAF, milpa intercalada con árboles frutales, donde se impulsa la producción de cultivos de corto y mediano plazo, como: maíz, frijol, calabazas, como elementos estratégicos para la seguridad alimentaria de las familias rurales, incrementando el contenido de materia orgánica, controlar la erosión hídrica del suelo y con ello lograr un uso más eficiente del agua de lluvia.
Sembrando Vida, iniciado en el 2018, es uno de los Programas para el Bienestar impulsado por el Gobierno de la Cuarta Transformación con el que se otorgan apoyos económicos y en especie a sujetos agrarios mayores de edad que habitan en localidades rurales, cuyos municipios se encuentran con niveles de rezago social y que son propietarios o poseedores de 2.5 hectáreas disponibles para ser trabajadas en un proyecto agroforestal. Esto tiene un triple beneficio, uno económico, que se refleja en empleos permanentes e ingresos para familias; otro social, representado por intercambio de saberes, autonomía comunitaria, talleres de aprendizaje y sentimiento de pertenencia. Y, finalmente, un tercero de índole ambiental con preservación de selvas y bosques, uso eficiente del agua y conservación del suelo.
Hasta junio 2024, se han visto beneficiados más de 238 mil sembradores y trabajadores, de los que el 33% son mujeres. Sembrando Vida está activo en 24 de los 31 estados mexicanos, distribuido en 26.850 localidades y 8.827 ejidos, hasta alcanzar la meta de 1.139.372,5 ha. El programa busca eliminar la exclusión social y la pobreza en que vive el 61% de la población rural (21% en pobreza extrema), garantizando la seguridad alimentaria y el aumento de los ingresos de las y los campesinos. Las personas beneficiarias de este programa son acreedoras a un pago mensual de 6250 pesos mexicanos (MXN), equivalente a 302.51 dólares estadounidenses (USD), entregados de manera directa a través de transferencias electrónicas y, en caso de que se necesite y compruebe, podrán recibir apoyos adicionales y/o en especie (como semillas, herramientas, plantas u otros insumos).
Mirá también: Volver a la tierra para restituir la vida
Desde hace siglos que el maíz mexicano es reconocido como uno de los cultivos más productivos a nivel mundial, con una antigüedad de más de 8 milenios en tierras mexicanas (originario del Valle de Tehuacán, Puebla). La alimentación es el principal uso que se le da al maíz y su versatilidad en la cocina lo convierte en el ingrediente principal de los platillos mexicanos.
La variedad, diversidad y distinción gastronómicas de México se dan gracias al maíz, el frijol, el chile y otros 60 productos asociados al agrosistema llamado milpa. La milpa es un complejo sistema agrícola y cultural con muchos siglos de existencia. La rotación de sus cultivos mantiene la fertilidad del suelo, evita el desgaste de la tierra y asegura la disponibilidad de granos básicos en la alimentación de las familias mexicanas.
La milpa permite la producción de más alimentos, además del maíz. Cada región mexicana intercala diferentes cultivos con plantas de la zona o con combinaciones, puede incluir distintos vegetales, pero la triada de maíz, frijol y calabaza es la más común. Una de las ventajas del consumo de estos cultivos es su efecto antitóxico, ya que la dieta de la milpa favorece la eliminación de toxinas en el metabolismo, y su alto aporte de fibra soluble e insoluble, inhibe la absorción de colesterol, que fomenta enfermedades cardiovasculares. Además, la combinación del maíz y el frijol en la dieta, conforma una gran fuente de proteínas que contribuyen a fortalecer el sistema inmunológico previniendo enfermedades.
En Sembrando Vida, el sistema de la milpa se intercala con árboles frutales o maderables, impulsando de esta manera la productividad y la soberanía alimentaria y dando lugar a lo que se conoce como milpa regenerativa. Con ella los sembradores aplican diferentes tecnologías de conservación y manejo de agua y suelo, lo que contribuye a contrarrestar el daño ambiental y mejora la productividad de las parcelas. Además de incentivar la recuperación de las técnicas tradicionales de cultivo para el logro de la seguridad alimentaria y nutricional, se estrechan los lazos de solidaridad entre las y los sembradores, y se promueve la conservación del paisaje natural.
La utilización de este sistema de cultivo milenario en el rescate de la producción de alimentos tradicionales de México ayuda a conservar la diversidad de los cultivos que han formado parte de la cultura gastronómica mexicana por años.
El desarrollo de plantas medicinales, es otro de los propósitos de este programa integral. Las plantas fueron utilizadas desde tiempos prehistóricos como medicinas, y, en culturas ancestrales como la náhuatl y maya, se prescribían tratamientos que requerían estas alternativas naturales para sanar y tratar enfermedades. Muchos de los usos terapéuticos sobreviven hoy debido a la aplicación de la herbolaria, un recurso básico en la cura de las enfermedades más comunes.
Gracias a que México posee una flora muy diversa, su herbolaria es una de las más variadas e incluye una centena de remedios caseros que se utilizan en infusiones, cataplasmas o en ensalada, para la curación de diferentes padecimientos. La herbolaria se basa en la presencia de compuestos químicos con acciones farmacológicas en las especies vegetales, que constituyen los ingredientes primarios que los laboratorios farmacéuticos utilizan en sus medicamentos comerciales patentados.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que 80 % de la población del planeta utiliza plantas medicinales para satisfacer o complementar sus necesidades de salud. En México, de acuerdo con la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), se han registrado más de 4 mil especies de plantas con atributos medicinales, que representan 15 % del total de la flora del país. Estas plantas que, con el paso de los años, siguen utilizándose para ayudar a aliviar o prevenir distintas enfermedades gracias a sus propiedades curativas.
A pesar de que la mayor parte de las riquezas naturales y culturales de México se encuentran en las zonas rurales, en ellas se concentran los mayores índices de pobreza y rezago social. El campo, en su conjunto, ha sido víctima de abandono por parte de las autoridades que administraron el país, lo que ha redundado en un menoscabo importante tanto en la producción agroforestal como en el nivel de vida de la población rural. Por ello, es importante trabajar en beneficio de las y los sujetos agrarios que no cuentan con recursos ni conocimientos para producir alimentos de manera sostenible, así como mejorar la calidad de vida de sus comunidades, la recuperación de los suelos y mejorar el ambiente.
Sembrando Vida genera autoempleo y, con ello, mejora los ingresos de las familias beneficiadas a través de proyectos productivos. Asimismo, contribuye a cubrir las necesidades alimenticias básicas, promoviendo también la autosuficiencia alimentaria, y a recuperar la cobertura forestal de hasta 1.139.372,5 ha. en el país. También son empleados cientos de técnicos que guían a los campesinos. Otro logro de este Programa es el establecimiento de Comunidades de Aprendizaje Campesino, conformadas por un promedio de 25 sujetos de derecho que se reúnen para la generación de conocimiento a través del intercambio de experiencias y la formación, teniendo como resultado:
Viveros Comunitarios: Instalaciones para cultivar y proveer las plantas que serán utilizadas en el SAF y MIAF, ubicadas cerca de las Unidades de Producción y atendidas por las/los sujetos de derecho del Programa.
Biofábricas: Instalaciones para elaborar biofermentos, biopreparados, caldos minerales y otras sustancias agroecológicas que se utilizan para promover la agricultura orgánica.
En la Cumbre de Líderes Mundiales sobre Clima 2021, Andrés Manuel López Obrador - como presidente de México en ese momento- le planteó a Joe Biden, su par de Estados Unidos, replicar el programa Sembrando Vida en El Salvador, Guatemala y Honduras. Esto forma parte de una inusual estrategia para enfrentar el fenómeno de la migración desde Centroamérica al país norteamericano: la siembra de árboles. Al emplear a habitantes centroamericanos en estas labores, se podrían evitar las caravanas de miles de centroamericanos que buscan llegar a EE.UU.
Bajo la perspectiva mexicana, sería posible sembrar 3000 millones de árboles y generar 1.200.000 empleos. Al ser esos tres países los mayores generadores de migrantes hacia EE.UU. en la región, se amplifica la combinación de objetivos de sostenibilidad y control de migración, ya que se pueden otorgar incentivos adecuados en los países de origen y promover una colaboración entre el país receptor y el país emisor, colaboración necesaria para resolver el problema de los menores no acompañados y el hacinamiento en la frontera México-EE.UU.
En Honduras y El Salvador ya se han iniciado proyectos de Sembrando Vida luego de acuerdos entre López Obrador y los presidentes Juan Orlando Hernández y Nayib Bukele, respectivamente.
En noviembre del 2024, la actual presidente mexicana Claudia Sheinbaum, propuso al mundo en la reunión del Grupo de los Veinte (G20) -que reúne a las economías más importantes del mundo, representando casi el 90% del PIB mundial, el 80% del comercio global y dos tercios de la población total- replicar lo hecho por México a nivel global con dos objetivos: uno ambiental y el otro social, por lo que solicitó destinar el 1% del gasto armamentístico para crear el plan de reforestación más grande de la historia.
"El gasto en armas creció casi al triple que la economía mundial en tan solo 2 años; en cambio, 700 millones de familias aún viven por debajo de la línea de la pobreza. ¿Cómo es que la economía de la destrucción alcanzó un gasto de más de 2.4 billones USD?" dijo Sheinbaum en la reunión del G20. "Con ello ayudaríamos a mitigar el calentamiento global y restauraríamos el tejido social ayudando a las comunidades a salir de la pobreza. La propuesta es dejar de sembrar guerras, sembremos paz y sembremos vida", precisó en la mesa de trabajo titulada "Lucha contra el Hambre y la Pobreza".