Día del Compromiso Internacional del Control del Mercurio
Hoy 23 de febrero se celebra el Día del Compromiso Internacional del Control del Mercurio, una fecha creada para concientizar sobre las graves consecuencias que acarrea el consumo de alimentos contaminados con mercurio y dar a conocer el impacto que tiene en la salud de las poblaciones y de los ecosistemas expuestos a su uso indiscriminado.
En 2013, se firmó un tratado internacional ambiental llamado Convenio de Minamata sobre el mercurio por iniciativa del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Este tratado, que ya ha sido refrendado por 140 países, tiene el objetivo de proteger la salud de las personas y del medioambiente por medio de la regulación del uso y la comercialización del mercurio, estableciendo la prohibición de explotar nuevas minas y la eliminación las existentes; la limitación de su exportación; el control de la industria y la persecución de la minería ilegal para evitar las emisiones y los vertidos de mercurio; y finalmente, la eliminación gradual de su uso en productos o componentes como termómetros, termostatos, cosméticos, medicamentos, baterías, amalgamas dentales, artefactos de iluminación, desinfectantes y muchos más. En Argentina, fue ratificado mediante la Ley 27.356 el 18 de mayo de 2017.
El convenio debe su nombre a lo ocurrido en los años 50 en la ciudad de Minamata, en Japón, evento conocido como el Desastre de Minamata. Una empresa petroquímica volcó sus efluentes contaminados con mercurio en el mar, ocasionando que pescados y mariscos, base de la alimentación de la población local, resultaran afectados.
La ingesta de los productos marinos intoxicó a más de 50.000 personas y la población quedó expuesta durante años a las consecuencias del envenenamiento, desarrollando enfermedades neurológicas y deformaciones, especialmente en niños. En 1956, se hizo oficial el primer caso de la enfermedad de Minamata.
Se calcula que entre 1932 y 1968 (cuando finalmente cambiaron los procesos industriales) se vertieron 81 toneladas de mercurio en el mar.
¿Qué es el mercurio?
El mercurio es un elemento químico natural, un metal pesado, plateado, que se encuentra en la naturaleza en forma de sales de mercurio, cinabrio (sulfuro de mercurio) o como mercurio orgánico.
Su símbolo químico es Hg y antiguamente se lo conocía como plata líquida ya que es el único elemento metálico líquido en condiciones normales de presión y temperatura.
Se volatiliza fácilmente formando vapores incoloros e inodoros, por ejemplo, la quema de madera, carbón, combustible y petróleo provoca que partículas de mercurio permanezcan en el aire y se encuentren por toda la atmósfera terrestre, luego, por acción de la gravedad, precipiten como gotas de lluvia o polvo. Cuando esto sucede y las partículas se depositan en la Tierra, dañan los ecosistemas de todo el planeta, produciendo el envenenamiento del agua y el aire, y provocando daños irreversibles en la salud.
¿Qué fue el desastre de Minamata?
En 1932, la empresa química Chisso Corporation, localizada en Minamata, una pequeña población pesquera de la isla de Kyushu, Japón, producía acetato de vinilo y utilizaba mercurio como catalizador en el proceso de producción.
Los desechos, que contenían mercurio, eran vertidos en la bahía sin ningún tipo de tratamiento. A pesar de que se reportaron enfermedades y mortandad de animales marinos y terrestres, recién en 1956 se reconoció por primera vez la existencia de una grave consecuencia derivada de esas acciones, la enfermedad de Minamata, que alcanzó a gran parte de la población y se extendió en el tiempo, ya que muchos niños nacieron con discapacidades debido a que sus madres consumieron los alimentos envenenados durante su embarazo.
Los síntomas incluían ataxia, alteración sensorial en manos y pies, deterioro de los sentidos de la vista y el oído, debilidad y, en casos extremos, parálisis y muerte. Las mascotas y los pájaros del lugar mostraban síntomas parecidos
Tanto el gobierno japonés como la empresa trataron de ocultar lo que ocurría, negando que existiera alguna conexión entre el mercurio y las personas afectadas. Pero a medida que se extendía la enfermedad, debieron reconocer lo que sucedía y tomaron medidas para frenar la situación.
El desastre de Minamata llamó la atención mundial sobre los riesgos para la salud que implicaba el uso del mercurio, al igual que sobre la necesidad de realizar las gestiones apropiadas para la disposición final de las sustancias tóxicas provenientes de la actividad industrial.
El fotógrafo estadounidense Eugene Smith, pasó tres años en Minamata documentando los padecimientos de la población y los dio a conocer al mundo a través de un fotorreportaje publicado en los 70 en la revista Life. El conocimiento de las imágenes provocó protestas generalizadas y finalmente los tribunales reconocieron la enfermedad y prometieron compensaciones a las víctimas.
Smith tomó la icónica fotografía donde se observa a una madre bañando a su hija afectada por la enfermedad de Minamata, imagen convertida luego en un símbolo del fotoperiodismo comprometido.