Coca Cola quiere ser sustentable "por fuera" y trabaja en botellas de papel
Lanzó un primer prototipo de este nuevo envase.
Coca Cola es una de las empresas más contaminantes del mundo por la cantidad de plásticos que requiere para el envasado. Muchas de sus botellas terminan en el océano poniendo en peligro individuos de la vida marina. A raíz de esto, la transnacional decidió volverse más "amigable con el medio ambiente" y ya presentó su primer prototipo de una botella hecha de papel.
La empresa se sumó al proyecto Paper Bottle Project, que busca desarrollar "una botella 100% reciclable y biodegradable". La botella no es solo de papel, sino que incluye un revestimiento de plástico que se debe reciclar. Podrían "degradarse" en un año y tendrían una capa exterior de cartón.
La iniciativa, respaldada por Coca-Cola y Carlsberg, afirma que trabaja para desarrollar plásticos "hechos a base de azúcares de origen vegetal en lugar de combustibles fósiles".
En enero de 2018 lanzó su campaña global "Un Mundo Sin Residuos" donde planteó la meta de recolectar y reciclar para el año 2030 el equivalente a cada una de las botellas, latas o empaques que produce en todo el mundo.
Uno de sus objetivos es que sus envases contengan al menos un 50% de material reciclado para el año 2030 y que todos los envases de consumo ya sean 100% reciclables para el año 2025. En 2018 aseguraron que lograron el 85% del cometido.
Además, realiza distintas iniciativas como la regional "Asfalto Verde" en Costa Rica, que consiste en recolectar y reciclar botellas PET (tereftalato de polietileno) para poder "crear una losa asfáltica útil y viable para las construcciones de carreteras".
Sin embargo, lo importante, en este caso, también es lo de adentro y en eso no hay ningún cambio. Sea cual fuese su envase, si se aprueba la ley de rotulado frontal de alimentos, esta bebida tendría octógonos negros que indicarían su contenido: "exceso calorías" y "exceso azúcares". En México, además, aclara que "no es recomendable en niños".
La ley, que ya tiene media sanción por parte del Senado, tiene por objetivo que el consumidor sepa el contenido, de forma clara, de lo que compra. Esto se da en un contexto donde según la última Encuesta Nacional de Nutrición y Salud, en 2018, el exceso de peso es el problema más grave de malnutrición en el país.