Brasil aprobó el trigo transgénico, pero su industria molinera apelará esta decisión y el resultado se podrá revertir

¡Con nuestro pan NO! Es la frase que viene resonando desde hace años, tanto en el pueblo argentino como el brasileño, que se niegan a comer alimentos que tienen base de harina del primer trigo transgénico del mundo, producido en la Argentina.

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En 2020, se anunció que el trigo HB4 estaba listo tras dos décadas de "trabajo" entre el CONICET, la Universidad Nacional del Litoral por medio de Raquel Chan y la empresa nacional Bioceres que tiene entre sus accionistas a: Hugo Sigman, presidente del Grupo Insud que tiene en su poder laboratorios farmacéuticos y medios de comunicación; Gustavo Grobocopatel, conocido como el "rey de la soja" (transgénica, claro) y Víctor Trucco, presidente de Aapresid, la cámara que reúne a empresarios del agronegocio.

El trigo transgénico H4B tiene la novedad de sobrellevar la sequía siempre y cuando se fumiguen sus cultivos con glufosinato de amonio, un agroquímico 15 veces más peligroso que el glifosato según la FAO que está totalmente prohibido en la Unión Europea.

Como Brasil es el principal comprador de maíz de la Argentina (40%), que haya aprobado su compra alegró a unos pocos, pero desesperó a otros tantos. En este grupo, se encuentra la asociación molinera de harina de Brasil (Abitrigo) que ya aseguró que apelará la decisión.

"Según lo previsto en la legislación brasileña, Abitrigo solicitará a la Casa Civil de la Presidencia de la República que convoque de inmediato al Comité Nacional de Bioseguridad, integrado por varios Ministros, para analizar, de manera más integral, las implicaciones de la presencia de trigo transgénico de Argentina en el mercado brasileño", comunicó el presidente de Abritrigo y ex embajador brasileño en Inglaterra y Estados Unidos, Rubens Barbosa. Y agregó: "Abitrigo analizará solicitar la toma de medidas cautelares para suspender la implementación de la decisión de la CTNBio hasta el pronunciamiento del Comité Nacional de Bioseguridad".

Además, en la carta aclaró: "Esta decisión, cargada de incertidumbres en el contexto de los desarrollos ante el mercado y la comunidad internacional, fue tomada con base en criterios que afectan la seguridad, sin profundizar en el estudio de las condiciones del mercado y el comportamiento del consumidor".

"Fueron muchos los intentos de la Asociación Brasileña de la Industria del Trigo - Abitrigo para sensibilizar al gobierno sobre los riesgos de esta decisión, en el sentido de que el proceso de análisis consideró el deseo del consumidor brasileño y las consecuencias para la cadena del trigo en Brasil", sumó.

Y concluyó: "No se puede ignorar el posible impacto en las exportaciones brasileñas de subproductos (pastas, galletas y pan) y fallas impredecibles en la imagen del Agronegocio".

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Hace unos meses, bajo la consigna "Con nuestro pan NO" miles de usuarios de Twitter de Argentina y Brasil se movilizaron para impedir esta implementación. Sin embargo, queda explícito que el descontento no es solo de la sociedad civil, de activistas y de científicos, sino también de empresarios que piensan que sus negocios se verán afectados por la desconfianza que hay sobre este producto.

En Argentina, el Ministerio Público Fiscal había pedido su suspensión y hasta la Comisión de Enlace (formada por la Sociedad Rural, Federación Agraria, CRA y Coninagro) expresó hace menos de dos meses su preocupación por las 55.000 hectáreas sembradas con el trigo HB4 en la Argentina sin que aún estuviera su aprobación y lo que esto implica, como la pérdida de mercados de exportación:

"Tan elevado nivel de producción hace realmente imposible su control por las autoridades oficiales, razón por la cual será inevitable que se genere un proceso de contaminación de los trigos no modificados genéticamente".

"Todo esto plantea un montón de interrogantes: ¿Quién va a controlar efectivamente esta producción? ¿Dónde se almacenarán las 240 mil toneladas potenciales a cosechar? ¿Existe algún plan de contingencia en el caso de las contaminaciones? ¿Qué pasará en los puertos y eventualmente ante un rechazo de embarques? ¿Alguien ha medido las consecuencias de que se declare a la Argentina como un origen de trigo contaminado? ¿Quiénes serán los responsables de semejantes perjuicios? ¿Cuántos serán los costos adicionales por controles y derrumbe de los precios internacionales?"

"Se estima que en la campaña próxima a cosecharse, las exportaciones de trigo ascenderían al orden de los 3.200 millones de dólares. Este valor peligraría en caso de que Argentina no sea considerada como un oferente de trigo pan".

"Frente a semejantes perjuicios, las autoridades deben tomar medidas urgentes a fin de impedir que ellos se produzcan, confinando y garantizando totalmente su no ingreso en la cadena comercial y bajo estrictos protocolos a la desmedida producción de trigos transgénicos anunciada, así como la publicación de un informe con los controles realizados por la autoridad competente".

Para colmo, no se sabe en qué parte del país están estos cultivos.

Otro detalle no menor es que Brasil aprobó la importación de harina transgénica y no del grano, que es el que le vende la Argentina.

"No es trigo limpio": ¿qué implicancias tiene la comercialización del trigo transgénico?

Las consecuencias de su uso son muchas, desde la salud de los pueblos, como explican los científicos, hasta la economía nacional, como señalan los empresarios:

   El uso de semillas transgénicas a gran escala contaminará las semillas nativas

   La exportación se verá afectada por la negativa de mercados internacionales

   La expansión de estos cultivos que requieren venenos afectará gravemente la salud de los pueblos rurales y, además, llegará a los alimentos de todos los argentinos

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   La expansión de la frontera agropecuaria desplazará a campesinos y pueblos originarios de sus tierras y terminarán emigrando a las ciudades (donde históricamente se fueron formando las "villas miserias" por la falta de trabajo)

   Por quedarse sin trabajo, estas personas pueden caer bajo la línea de pobreza y/o indigencia

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   La expansión de estos cultivos requerirá más tierras y por lo tanto, la ley de bosques que de por sí no se cumple, seguirá sin ser respetada y se perderán miles de árboles y de áreas ecosistémicas importantes que deberían ser protegidas

   Esto afectará la calidad del suelo (por los agroquímicos) y contribuirá a su desertificación y al cambio climático

"Cosecharás lo que siembras" es una metáfora ampliamente difundida de la Biblia. Sin embargo, hoy la frase se puede leer literal: Si sembrás con veneno, cosecharás veneno.