FAO: poner el foco no solo en la alimentación, sino en la nutrición mundial
Para esta entidad de la ONU, es uno de los desafíos actuales que todas las personas accedan a productos sanos y nutritivos, a precios asequibles.
Comer no es sinónimo de alimentarse y en esto hizo foco la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ya que aseguró que hay que "hacerle frente a las múltiples cargas del hambre y la malnutrición". En este sentido, aclaró que los sistemas agroalimentarios no sólo deben producir alimentos para la población mundial en crecimiento, sino que también tienen que ser saludables.
El Director General de la FAO, Qu Dongyu, aseguró que la visión de la entidad sobre la nutrición es "un mundo en el que todas las personas disfrutan de una alimentación saludable procedente de sistemas agroalimentarios sostenibles".
"Durante décadas el hambre se ha abordado mediante políticas destinadas a incrementar la producción de alimentos, especialmente de cultivos básicos, prestando menos atención a la producción de estos alimentos nutritivos", agregó el director.
El hambre sigue afectando a unos 690 millones de personas a nivel mundial, pero también la malnutrición: "El mundo produce suficientes alimentos para alimentar a todos, por lo que es inaceptable que 690 millones de personas estén subalimentadas, 2000 millones no tengan acceso regular a cantidades suficientes de alimentos inocuos y nutritivos, y 3000 millones no puedan permitirse una dieta saludable", aseveró el Economista Jefe de la FAO, Máximo Torero.
Entonces, los problemas son: qué se produce, de qué manera y cómo se distribuye.
La investigadora Jessica Fanzo, de la Universidad Johns Hopkins, indicó que las múltiples cargas de la malnutrición son masivas y universales, y que "las dietas saludables son inasequibles para la población pobre en todas las regiones del mundo". Para superar estos desafíos, subrayó la necesidad de hacer coincidir "los avances tecnológicos con los cambios socioculturales" y de "políticas hacia sistemas alimentarios sostenibles, así como de cuidar bien a quienes nos alimentan".
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En este sentido, la FAO reconoció que está actualizando "su visión y estrategia en materia de nutrición", basándola en el concepto de sistemas agroalimentarios sostenibles.
¿Es necesario comer menos carne?
Sí, comer menos carne e ingerir más verdura, fruta y legumbres ayuda al clima porque es más sostenible. Sin embargo, millones de personas dependen de la ganadería económicamente.
Las emisiones directas e indirectas del sector de la ganadería (vacas, cabras, ovejas, cerdos y aves) son responsables del equivalente a 7,1 gigatoneladas de dióxido de carbono anuales, aproximadamente el 14,5% de las emisiones causadas por humanos, según el organismo internacional.
La Unión de Trabajadores de la Tierra abrió el primer mercado mayorista cooperativo junto con 67 organizaciones (Foto: UTT)
Además, señala que el 65% de las emisiones del sector están relacionadas con la producción de carne y lácteos, y que la cría de animales que ocupa gran parte de la tierra de cultivo, contamina el agua y genera deforestación. Para la directora de Agricultura, Comercio e Inversión en el Instituto Internacional de Desarrollo Sostenible (IISD) Carin Smaller "el sector ganadero es clave y los lácteos son clave", según aseguró a Deutsche Welle.
La FAO explica: "Los alimentos de origen animal no son esenciales para una dieta adecuada, pero son un complemento útil para la mayoría de las dietas, en especial las de países en desarrollo que dependen sobre todo de un alimento básico rico en carbohidratos, como un cereal o una raíz tuberosa". No obstante, destaca que estos alimentos son "casi siempre más o menos costosos y no están dentro de la capacidad adquisitiva de las familias más pobres".
En este sentido, dice que las personas con mayor poder adquisitivo de los países en desarrollo y de los industrializados suelen consumir gran cantidad de estos alimentos, que hasta "puede llegar a ser excesiva" y que eso "aumenta los riesgos de enfermedad coronaria y obesidad".
La FAO reconoce la necesidad de implementar sistemas sustentables agrícolas como la agroecología (Foto: UTT)
El último informe de Ceres2030 elaborado por el IISD en conjunto con la FAO dio como conclusión si los países donantes (que son los más ricos) duplican sus inversiones entre ahora y 2030, podrían ayudar a acabar con el hambre, duplicarían los ingresos de los pequeños agricultores y protegerían el clima ya que la crisis climática pone en juego el sistema alimentario:
"El hambre ha ido en aumento durante los últimos cinco años, revirtiendo décadas de progreso. La pandemia de COVID-19 solo está empeorando las cosas. A nivel mundial, no estamos produciendo dietas saludables asequibles para todos de manera sostenible. Y la producción de alimentos está atrapada en un círculo vicioso, con la agricultura impulsando las emisiones de gases de efecto invernadero, y el cambio climático y las condiciones climáticas extremas dificultan el cultivo de nuestros alimentos".
Además, asegura que el problema está exacerbado severamente por la pandemia del coronavirus y sus consecuencias económicas, sobre todo en el África subsahariana y en el sureste de Asia.
Por esto, Torero aseguró: "Si los países ricos duplican sus compromisos de ayuda y prestan asistencia a los países pobres para dar prioridad a intervenciones eficaces en función de los costos en el ámbito del I+D agrícola, la tecnología, la innovación, la educación, la protección social y la facilitación del comercio, así como enfocarse debidamente en ellas y ampliarlas, podemos vencer al hambre para 2030".
