Tras más de cinco meses de sequía, llegó el alivio para la catástrofe ambiental que soportaba Bolivia
Desde el fin de semana pasado, millones de habitantes del altiplano agradecen al cielo por las primeras precipitaciones caídas en un lapso de casi medio año
En Cochabamba, una de las regiones más afectadas, se reportaron inundaciones pero, hasta hace pocos días, los diques que abastecen a las principales ciudades bolivianas del alto albergaban apenas el 12% del total de agua que podían acumular.
El Titicaca, el lago navegable más alto del mundo, se encontraba en su nivel más bajo desde que existen registros oficiales
Mientras tanto, los incendios que sobrevinieron por la "seca" terminaron devastando casi tres millones de hectáreas de la Amazonia, según datos suministrados por la Defensoría del Pueblo. El humo despedido obligó al gobierno nacional a decretar a finales de octubre el cierre de las escuelas en La Paz y Santa Cruz por la mala calidad del aire.
Durante el pasado mes de noviembre se rompieron 15 récords históricos de temperaturas máximas en distintos sitios del país, de acuerdo a datos del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología.
Bolivia es la nación más vulnerable al cambio climático de América del Sur y es también la que puede verse más afectada por la falta de agua de todo el continente, si se tienen en cuenta datos aportados por la Universidad de Notre Dame, EE. UU.
La presencia de El Niño, a diferencia de Argentina, le traería en 2024 menos lluvias aún a El Alto y La Paz, segunda y tercera ciudad más pobladas del país. Muchos de sus habitantes se verán obligados a migrar hacia urbes mejor abastecidas.
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La sequía también ha afectado cosechas como la de papa. El cultivo tarda en salir y nacen más pequeñas. Se trata de un insumo básico para la cocina local al punto que son los terceros productores de este tubérculo en América del Sur después de Colombia y Chile. Algo imilar está ocurriendo con el maíz, el otro alimento fundamental de la dieta en el altiplano.
Bolivia cuenta con montañas que superan los 6.000 metros de altura pero allí también el retroceso de la nieve es evidente. En 2023, casi no ha nevado. Las capas de hielo son tan finas que se pueden ver las rocas.
Consultado por Carbono.news, el periodista boliviano Fernando Molina expresó: "El cambio climático está provocando que haya menos nubosidad en nuestro país. Al haber menos nubes, aumentan las temperaturas y se evapora más rápidamente el agua de los ríos, las represas y los lagos".
Para completar el complicado panorama, resta agregar que los bosques bolivianos están sufriendo una gran deforestación. Cultivos como la soja, el girasol y la coca (se cosecha cinco veces por año) se van extendiendo año tras año. El corrimiento de la frontera agropecuaria es otra de las malas noticias que se suma a la falta de un régimen de precipitaciones suficientes.