Rompiendo límites: ¿Cuánto más resistirá el planeta?
Científicos acaban de confirmar que rebasamos el límite tolerable de polución química o bien de "introducción de nuevas entidades en la biosfera". Se trata del quinto límite planetario de 9 identificados e implica una amenaza extrema a la estabilidad de los ecosistemas mundiales.
El 18 de enero, los científicos del Stockholm Resilience Center (SRC) confirmaron una nueva catástrofe planetaria: acabamos de rebasar el límite tolerable de polución química o bien de "introducción de nuevas entidades en la biosfera". Es el quinto límite planetario o frontera planetaria de 9 identificados. Se trata de una amenaza extrema a la estabilidad de los ecosistemas mundiales de los que depende la vida en el planeta. Sin embargo, no se habla de esto, daría la impresión de estar viviendo dentro de la película No mires arriba que se estrenó el pasado 24 de diciembre.
En las redes sociales, la comunidad científica advierte en forma unánime sobre la gravedad de la situación. Revisemos algunos números que difunde SRC para ejemplificarla:
-Actualmente existen alrededor de 350.000 productos químicos en el mercado. Su producción se multiplicó por 50 desde comienzos de 1950, e incluso podría triplicar la cantidad actual en el 2050.
-La producción de plástico aumentó un 79% entre 2000 y 2015.
-La masa total de plásticos equivale a más de dos veces la masa de todos los seres vivos y alrededor del 80% de los plásticos que se producen permanecen en el medio ambiente.
-Los plásticos contienen más de 10.000 productos químicos diferentes y durante su proceso de degradación, se crean nuevas combinaciones de sustancias aumentando los riesgos medioambientales.
-La producción de plásticos aumenta constantemente y las previsiones indican que también lo harán los desechos plásticos a pesar de los esfuerzos que se realizan para reducirlos.
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¿Qué son los límites planetarios?
En 2009, el profesor sueco Johan Rockström, del Stockholm Resilience Center, junto a un grupo de 28 científicos internacionales, identificó los procesos que regulan la estabilidad y la resiliencia del sistema terrestre. En razón de esta investigación, se propuso una medida cuantitativa de las fronteras planetarias dentro de las que la humanidad puede continuar prosperando y desarrollándose.
Los límites planetarios responden entonces a una pregunta: "¿hasta qué punto el sistema terrestre podrá absorber las presiones antrópicas sin comprometer las condiciones de vida de la especie humana?
Los límites proveen un cuadro cuantitativo y cualitativo bastante riguroso sobre los impactos ambientales de nuestra sociedad. Atravesar esas fronteras ecológicas significa sobrepasar el límite de durabilidad de nuestro entorno y nos compele a modificar nuestros modos de vida, producción y consumo. Numerosos organismos y Estados han comenzado a tenerlos en cuenta, como la ONU o la UE, incluso a pesar de que, como todo modelo, tiene sus detractores.
Como se puede ver en los gráficos, si nos mantenemos dentro de la zona verde, podremos continuar con nuestras vidas en armonía con el entorno, pero si vamos más allá y cruzamos las fronteras hacia las zonas naranjas y rojas, los cambios en el ambiente se incrementarán con consecuencias catastróficas e incluso irreversibles. Corremos el riesgo de alcanzar un punto de no retorno y en ese caso, será tarde para realizar cualquier cambio.
Los límites planetarios se encuentran maravillosamente explicados en el reciente documental de Netflix: Breaking Boundaries: The Science of our Planet (Los límites de nuestro planeta - una mirada científica), en el que participa Rockström en persona.
¿Cuáles son esos límites?
Es muy importante conocerlos y saber qué acciones hay que instrumentar para mantenernos dentro.
1- Cambio climático: todavía se encuentra en la zona naranja, pero nos dirigimos a toda velocidad hacia la zona roja. Las sequías, las inundaciones, el aumento de la temperatura global, el derretimiento de los glaciares, la desertificación, los incendios forestales, diariamente dan cuenta de su avance. La pregunta es cuánto tiempo nos queda antes de que se vuelva irreversible.
2- Contaminación química y liberación de entidades nuevas: Esta es la frontera que acabamos de pasar, por lo que nos ubicamos ahora en el sector naranja. Urge el control de emisiones y detener la contaminación de los mares.
3- Agotamiento de la capa de ozono: La capa de ozono filtra la radiación ultravioleta del sol. Su disminución provoca que llegue a la Tierra una mayor cantidad de radiación solar, afectando los ecosistemas y exponiéndonos a riesgos enormes como el aumento del cáncer de piel.
4) Aerosoles atmosféricos: Los aerosoles (partículas sólidas o líquidas suspendidas en el aire) juegan un rol importante en el ciclo del agua y en el clima. Con la contaminación y los cambios en el uso del suelo, modificamos la carga de esos aerosoles, lo cual impacta con efectos adversos en los organismos vivos. Este límite aún requiere de mayor investigación porque el comportamiento de los aerosoles en la atmósfera es complejo y se pueden deber a causas naturales (como erupciones volcánicas e incendios forestales) o artificiales (quema de combustibles y otras actividades humanas).
5- Acidificación del océano: A mayor cantidad de emisiones, mayor cantidad de CO2 que también es absorbido por los océanos, a pesar de que no escuchemos hablar de ello. Esto provoca un cambio en el pH del agua, aumentando su acidez con gravísimas consecuencias, especialmente para la biodiversidad marina. Está en estricta relación con las emisiones contaminantes.
6- Ciclo del nitrógeno y del fósforo: Este ciclo, bastante desconocido para la mayoría, es vital para el crecimiento y desarrollo de las plantas. En las últimas décadas se ha visto alterado por el abuso en el empleo de fertilizantes químicos, ya que el sobrante termina en los cursos de agua, causando desequilibrios que generan calentamiento de las aguas, muerte de especies vegetales y animales y liberación de nitrógeno en la atmósfera.
7- El consumo de agua dulce y ciclo del agua: el consumo irracional, sumado al cambio climático están presionando el ciclo del agua. Su escasez puede provocar que las comunidades más afectadas intenten acceder al recurso generando inestabilidad social, económica y política.
8- Cambios en el uso del suelo: La introducción de los monocultivos y la cría intensiva de animales han ido en desmedro de la fauna y la flora, provocando pérdida de biodiversidad y empobrecimiento de los suelos por sobre explotación. Cantidad, función, calidad y distribución de tierra tendrían que ser elementos tenidos en cuenta para un uso más sostenible del suelo y para proteger los ecosistemas en riesgo.
9- Pérdida de biodiversidad y extinciones: Al rojo vivo. Es lo que podríamos decir de las condiciones en las que estamos con este límite. La sobre explotación de los recursos produce cada vez una mayor destrucción de los ecosistemas con la consecuente pérdida de biodiversidad.
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Como puede observarse en la descripción anterior, los procesos de regulación interactúan entre sí y la perturbación de uno afecta la regulación de otro. Por ejemplo, el cambio climático tiene una relación directa de causa y efecto con la acidificación de los océanos y, a su vez, con la pérdida de la biodiversidad, la desertificación, el derretimiento de los glaciares y la amenaza a las fuentes de agua dulce. Todo está interconectado. Si bien los límites siguen siendo objeto de estudio, demuestran cabalmente que la transición verde es un problema mucho más complejo de lo que podríamos suponer. Nos recuerdan que los desafíos que se nos presentan no conciernen solamente al clima y al dióxido de carbono, el debate debería ser mucho más amplio que energías renovables versus energías no renovables.
Algo es seguro: no terminamos de darnos cuenta de lo que nos está sucediendo. A pesar de tener islas de plástico instaladas en nuestros océanos seguimos adelante con la producción desenfrenada esperando que un milagro tecnológico de última hora nos salve como en las películas. Muchos políticos hacen grandes declaraciones en cuanto a limpiar las fuentes de energía o promover economías circulares como la panacea que remediará todos los problemas. No alcanza, no solo es el reciclaje, hay que revisar los modelos productivos.
Todos los discursos se caen cuando se confrontan con la realidad de los negocios, el dinero tiene siempre la última palabra, hay una ceguera que no permite ver que el beneficio a corto plazo no es un negocio sostenible. ¿Cuántas alertas, reportes científicos, protestas, desastres ecológicos son necesarios? ¿Cuándo entenderemos que es imposible obtener beneficios de un planeta muerto?