Península Valdés: la avidez de las pesqueras por el langostino convierte las playas en un basurero
Se trata de una especie considerada premium en el mercado. Llegó a cotizarse más de doce mil dólares la tonelada
Los langostinos son extraídos del lecho marino y colocados en cajas de plástico para ser congelados y luego llevados a tierra. Esas cajas rígidas y resistentes tienen una alta densidad y una estructura química que no se degrada a lo largo de varias centurias. Pueden permanecer casi inalteradas a lo largo de mil años.
Organizaciones ambientalistas no gubernamentales estimaron que en Península Valdés se han arrojado de manera indolente entre 22.000 y 25.000 cajones en las playas.
Estos obstáculos dificultan enormemente los desplazamientos de pingüinos, lobos marinos, elefantes marinos y otros representantes de una fauna única en el mundo.
Para generar este desastre, se han unido al menos tres factores:
las malas prácticas de las tripulaciones,
la falta de conciencia ambiental de las empresas,
la ausencia casi total de controles por parte del estado chubutense y del gobierno nacional.
Consultado por Carbono.news, el investigador y ex oficial de la Marina Mercante Roberto Maturana denunció: "Produce un enorme dolor ver lo que está ocurriendo en un paraíso cerca del cual navegué tantas veces. Se llegó a este extremo por la falta de interés de las autoridades provinciales y de Argentina. No custodian nada. Aquí vienen las flotas extranjeras y se llevan todo porque nadie controla genuinamente. Esos plásticos, cuando se van fragmentando, no desaparecen. En el mar, se transforman en microplásticos que son consumidos por los peces y los mariscos. Se genera una bio-acumulación. En un momento, ya no consumiremos más langostinos sino derivados de hidrocarburos. La responsabilidad socio-empresarial no existe. Los comerciantes del océano no dejaron nunca de exportar en dólares, aún en la pandemia. El daño ambiental está a la vista, no tiene precedentes y las autoridades locales y nacionales callan. Deberían haber mandado inspectores. Deberían haber fiscalizado. El problema ya no es para nosotros. Será para nuestros hijos y nietos".
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Hubo infructuosos amagues de aplicar sanciones a un conjunto de empresas cuyos nombres figuran en las inscripciones de los cajones. Sin embargo, es complicado determinar la trazabilidad de cada unidad porque los holdings no se hacen cargo de los desechos.
Estas estructuras son utilizadas tanto por las flotas fresqueras como por las artesanales, o sea, tanto por los barcos amarillos como por los colorados de altura.
En Playa Colombo y Playa Cormoranes, las corrientes depositan la basura de una actividad que se practica a gran escala con enorme rentabilidad.
Las penosas fotos y los angustiantes videos se han viralizado en las redes sociales, pero no logran aún generar una conciencia suficiente para que las autoridades competentes se involucren y busquen algún tipo de solución.
¿Por qué afectar gratuitamente una fuente de ingresos turísticos que resulta tan importante para la Patagonia?
Las ganancias millonarias de las compañías extractivas y su afilado lobby explican muchas veces lo inentendible.