Chubut: denuncian matanza de tiburones en el área protegida Caleta Valdés

Un grupo de investigadores del Conicet denunció en redes sociales la matanza de grandes tiburones por parte de pescadores furtivos en el área protegida Caleta Valdés, en Chubut. Piden establecer reglas claras para la pesca deportiva de tiburones y más fiscalización en áreas protegidas, especialmente cuando se da sobre tiburones en peligro como el gatopardo. Carbono News habló con Alejo Irigoyen, el investigador que realizó la denuncia a través de un video de Youtube, el 10 de mayo. 

El investigador contó a este medio que él y su grupo de colegas advirtieron la situación mientras realizaban las labores de monitoreo de especies en Caleta Valdés. "Vimos que había evidencia de pesca, como anzuelos y tiburones lastimados, cuando en estas zonas protegidas no debería haber ningún tipo de actividad pesquera", dijo. "Además, la prueba más fuerte fue que los propios furtivos subieron fotos de las capturas de estos tiburones a las redes sociales", continuó. Al ver las fotos, el equipo de investigación reconoció que se trataba de la zona protegida.

Según él, aunque en general los pescadores tienen conciencia y devuelven los tiburones al mar en buenas condiciones, aún hay una proporción de pescadores deportivos que continúan esta práctica. "Lo hacen simplemente por la foto, por el divertimento, o por esta visión antigua de cazar una bestia marina. Esta codicia hace que se den estas matanzas tanto en zonas prohibidas como en el resto de la costa de Chubut", contó Irigoyen.

La costa de Chubut es conocida por tener gran cantidad de especies, tanto de peces como tiburones, ballenas, orcas, lobos y elefantes marinos, que juntos forman ecosistemas de alto valor ecológico. Allí, cada año, se reúnen los tiburones gatopardo, una especie muy especial para Argentina.

Un tiburón sin reemplazo

Fruto del trabajo de estos investigadores se comprobó que el tiburón gatopardo es una especie mermada, con una reducción de la población de más del 60%. Un animal que puede llegar a los tres metros de largo y a los 100 kg de peso. A lo largo del año recorren todo el mar del país, en primavera-verano estos tiburones se juntan en la península Valdés, que está dentro de un área que es patrimonio de la humanidad y que es una zona donde también hay colonias de mamíferos. 

Una vez allí los tiburones se posicionan en zonas cercanas a la costa para aparearse y alimentarse. Su alimentación se basa en lobos y elefantes marinos y delfines, que son predadores medios. Esta etapa es fundamental para ellos, pues en la primavera del año siguiente irán a parir a la costa de la provincia de Buenos Aires. Por cada camada nacen 40 o 50 crías. "Esto es poco y nada en comparación con otros peces, como por ejemplo el atún, que llega a poner tres millones de huevos por vez", dice el investigador. Además, las hembras tardan 20 años en llegar a la edad en la que se pueden reproducir, esto dificulta aún más que aumente la población de este animal.

"Junto con la orca es la única especie que depreda sobre los lobos y elefantes marinos, por lo que son especies que no tienen reemplazo en nuestros ecosistemas", explicó también Irigoyen. 

Consultado sobre las consecuencias de la reducción de este tiburón para el ecosistema, el investigador explicó que si a una especie se le quita su depredador, se sale de control y tiene efectos hacia sus presas. Por ejemplo, si se libera a los lobos y elefantes marinos, los peces que le siguen en la cadena trófica como los robalos, los reyes, salmones y meros se verían afectados.

Falta de fiscalización y reglamento

"Lo que vimos es que hay controles deficientes de las áreas protegidas y en el resto de costa del Chubut no existe un reglamento de pesca deportiva - o sea, pesca de costa con anzuelo - que proteja a los tiburones como sí existe, por ejemplo, en la provincia de Buenos Aires, en la que se puede pescar tiburones pero se debe devolver en buenas condiciones al mar", explicó Irigoyen.

Con la denuncia pública quisieron también generar conciencia. "Entendemos que puede haber una fracción de los pescadores que, al saber que están matando tiburones en peligro, se debatan si deben matarlo o no, y quizá deciden devolverlo", continuó el investigador.

Además de la denuncia pública, se encuentran en diálogo con las autoridades para establecer un sistema que fiscalice mejor dentro de las áreas protegidas. También, están pidiendo a la Secretaría de Pesca provincial que se establezca un reglamento de pesca deportiva que proteja a los tiburones. "Hoy en día hay mucho consenso dentro de los pescadores deportivos de que no va más matar tiburones, no es una empresa difícil o que tengamos que salir a convencer a un amplio sector para que durante la pesca deportiva los grandes tiburones vuelvan al agua en buenas condiciones", concluyó.