La sequía se encamina a ser la próxima pandemia, y no hay vacuna
Una crisis mundial se esconde tras las sequías. Un fenómeno que se agudizará con el cambio climático y desencadenará efectos en cascada en la economía y en las sociedades.
"La sequía está a punto de convertirse en la próxima pandemia y no hay vacuna para curarla", declaró Mami Mizutori, representante especial del Secretario General de la ONU para la reducción del riesgo de desastres. "La mayor parte del mundo vivirá con estrés hídrico en los próximos años", sumó, con ánimo de alertar sobre una crisis profunda y por muchos desconocida.
Las tormentas, los ciclones y otros eventos extremos han sido foco de mayores atenciones con respecto a otros fenómenos como la sequía. Esto se debe a que los daños que producen las precipitaciones e inundaciones son más visibles y sus efectos se pueden contabilizar con mayor facilidad. Por esta razón las causas y consecuencias multidimensionales de las sequías han pasado más desapercibidas a la hora de poner en marcha políticas de adaptación y prevención, según el informe especial publicado por la ONU.
Las sequías se están extendiendo, serán más profundas y más prolongadas a causa del cambio climático, alertan en el reporte.
"Las actividades humanas están exacerbando la sequía y aumentando su impacto", lo que amenaza con desbaratar los avances para sacar a la gente de la pobreza, dijo Mizutori.
Mirá también: La Tierra se acerca peligrosamente a alcanzar una temperatura crítica en los próximos cinco años
El cambio climático está causando modificaciones en el régimen de lluvias, pero no es el único factor, el informe señala también que la degradación de la tierra por la agricultura intensiva, las malas prácticas agrícolas y la gestión deficitaria de los recursos hídricos juegan un papel importante en la generación de sequías. Otros factores que destaca el reporte son la deforestación, el uso de agroquímicos, el sobrepastoreo y el uso excesivo de agua para la agricultura son también variables a tener en cuenta.
Más allá de los desiertos: el efecto cascada
Los impactos de la escasez del agua serán muchos y variados, dependiendo de la región. Lo que se sabe con certeza es que las sequías tendrán fuertes consecuencias en el rendimiento de los principales cultivos, la tierra se degradará, afectará al turismo y a otras actividades económicas como la industria y la generación de energía, al reducirse el caudal de los ríos. Además, las sequías pueden afectar a la salud, la biodiversidad y los ecosistemas naturales, advierte el informe. Todo ello puede tener consecuencias indirectas y afectar a las tasas de empleo, los precios de los alimentos, la seguridad alimentaria y el comercio internacional.
Mirá también: Cinco datos sobre la desalinización, una de las salidas posibles a la escasez de agua potable
"A su vez, esto puede conducir a un aumento de la pobreza, la migración, el malestar social e incluso conflicto en casos extremos. Estos impactos suelen estar directamente ligados a la sequía y pueden perdurar mucho tiempo después del evento en sí", afirma el reporte especial.
Además, al contrario de lo que se suele pensar, esta crisis afectará a casi todos los países de alguna forma y no solo a las regiones áridas o desérticas. A pesar de ello, los peores parados serán las poblaciones que ya se encuentran en estado de vulnerabilidad.
Mirá también: Se internaron en la Amazonía peruana para narrar desde adentro cómo impacta la crisis climática en las comunidades locales
Según el informe al menos 1500 millones de personas se han visto directamente afectadas por la sequía en lo que va de siglo, y el coste económico durante ese tiempo se calculó en 124.000 millones de dólares, aunque las estimaciones no han incluido gran parte de los impactos en los países de desarrollo, por lo que el coste económico podría ser mucho mayor.
Se calcula también que más de 700 millones de personas a nivel mundial corren el riesgo de ser desplazadas de sus casas a causa de la sequía para 2030, según la ONU.
De hecho, en 2017, ya hubo una gran sequía que provocó la peor crisis humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial. Países de África y de Oriente Medio estuvieron al borde de la inanición, según la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de los Asuntos Humanitarios.
Los países desarrollados tampoco han sido inmunes. El sur de Europa, Estados Unidos o Australia han sufrido sequías en los últimos años. Según algunas estimaciones, la sequía le ha costado 6.000 millones de dólares al año en impactos directos a EEUU y unos 9.000 millones de euros a la Unión Europea, aunque se cree que el coste económico podría ser mayor, recogió The Guardian.
Qué se puede hacer
Para prevenir los efectos más graves de las sequías, los autores del informe recomiendan que los gobiernos regulen la forma de extraer, almacenar y utilizar el agua, así como la gestión de la tierra. También hicieron hincapié en poner en marcha sistemas de alerta temprana para asistir a las personas que corren los mayores riesgos.
En esta línea, recomendaron establecer un mecanismo de gestión de la sequía internacional para abordar los riesgos y la cascada de efectos que se podrían derivar para las economías y sociedades. Para la prevención y la adaptación se puso énfasis en trabajar codo a codo con la población local, ya que las comunidades originarias y otros pueblos tienen conocimientos valiosos en la gestión del agua.