La laguna Mar Chiquita, refugio de biodiversidad, espera la llegada del Parque Nacional Ansenuza
Declararla parque nacional traerá beneficios económicos y de conservación para la zona, una de las reservas de biodiversidad más grandes de la Argentina.
El Parque Nacional Ansenuza, que conservará una enorme extensión de humedal en la provincia de Córdoba, está próximo a su creación. Así, la laguna Mar Chiquita (uno de los lagos salados más importantes de América) tendrá protección a nivel nacional.
Los habitantes de los pueblos que rodean a la laguna Mar Chiquita esperan con ansias el establecimiento del parque -que podría ser el más grande de Argentina- por los múltiples beneficios económicos que traerá a la región. La belleza de los paisajes de Ansenuza la convierten en un sitio ideal para sumar proyectos turísticos, y un parque nacional puede renovar el interés por el turismo naturaleza, de bienestar y el circuito gastronómico que ya existen en la zona.
El parque será un incentivo para establecer nuevos emprendimientos que potenciarán a productores, y por ende a la economía local; como la elaboración de artesanías con recursos naturales del lugar, tales como frutos y maderas; o nuevos empleos en el sector turístico y gastronómico. Por otro lado, existe la chance certera de sumar puestos de trabajo con el personal que el parque necesitará para preservar la laguna, que tiene un tamaño de unos 6000 kilómetros cuadrados.
Todo esto permitirá encarar la diversificación de la matriz productiva en el sector con un impulso sustentable, y evitará el desarraigo de los jóvenes, que muchas veces dejan Ansenuza en búsqueda de nuevas oportunidades.
Un humedal único
La laguna, ubicada al noreste de Córdoba y al sudeste de Santiago del Estero, es el lago salado más grande de Sudamérica y es un humedal reconocido a nivel mundial por los beneficios que aporta a la salud y al bienestar de las personas. Es tan importante que se incluye en la Red Hemisférica de Reservas para Aves Playeras, cumple los estándares internacionales de las Áreas Importantes para la Conservación de las Aves, fue declarado Humedal de Importancia Internacional por la Convención Ramsar, está incluido en la red de Lagos Vivientes, y ha sido reconocido como sitio prioritario de la Red de Humedales de Argentina, Bolivia, Chile y Perú para la Conservación de Flamencos Altoandinos.
Asimismo, la laguna Mar Chiquita contribuye a estabilizar el ambiente con una larga lista de servicios: como todos los humedales, es útil para controlar inundaciones, reponer aguas subterráneas, proteger contra la acción de las tormentas, retener y exportar sedimentos y nutrientes, depurar aguas y mitigar el cambio climático, entre otros aportes.
Además, provee de alimentos y materia prima a quienes lo habitan, y es un sitio de importancia arqueológica e histórica. Con el retroceso de la laguna, se encontraron y aún se encuentran restos óseos humanos pertenecientes a la cultura sanavirona. También se hallaron flechas, cuchillos y vasijas. Por otro lado, la región también tiene importancia paleontológica ya que allí se hallaron fósiles de mamíferos de la familia de los gliptodontes.
Cuidar la biodiversidad
El servicio ecológico más importante que ofrece Mar Chiquita es el de ser una enorme reserva de biodiversidad. El área atesora una amplia diversidad de ambientes. Sus pastizales, montes, humedales y sitios costeros permiten la existencia de una gran variedad de fauna silvestre; invaluable no solo por la cantidad de especies que habitan allí, sino por el tamaño de sus poblaciones.
Las aves son el grupo más variado y abundante en el futuro parque nacional. En la laguna se encuentran el 36% de las especies de aves registradas para Argentina y el 85% registradas para Córdoba, mientras que el 66% de las especies de aves playeras que llegan a la Argentina visitan Mar Chiquita. Esto hace que haya alrededor de 380 especies de aves, entre residentes y migratorias, terrestres y acuáticas.
Algunas de las especies que habitan allí son el biguá, la garcita bueyera, el cuervillo de cañada, la gaviota capucho café, la gallareta de ligas rojas y la gallareta chica. Además, la laguna es punto de migración para el falaropo común, el chorlo pampa, el pitotoy chico y el playerito rabadilla blanca, y otras aves migratorias que llegan desde el hemisferio Norte, el altiplano y el sur argentino. Algunas aves que se ven en Mar Chiquita están catalogadas como vulnerables o en peligro, como el ñandú, el águila coronada, y el burrito negruzco.
Sin dudas, las estrellas del lugar son los flamencos. La laguna Mar Chiquita y los bañados del Río Dulce, además de ser el hábitat y lugar de reproducción del flamenco austral, son un punto de migración para el flamenco andino (o parina grande) y el flamenco de James (también llamado parina chica), por lo que en la zona se observan tres especies de flamencos de las seis existentes en el mundo.
También se observan 16 especies de anfibios entre ranas y sapos, y habitan 35 especies de reptiles. En cuanto a los mamíferos, hay una enorme variedad de especies nativas que van desde el preciado aguará guazú, especie en peligro de extinción que sobrevive en pastizales, hasta pumas, zorros grises, corzuelas, pecaríes, zorrinos, gatos monteses y yaguarundíes.
Todos los beneficios económicos y ecosistémicos que trae la Laguna Mar Chiquita se obtienen cuando la cadena ecológica funciona correctamente. Para proteger esa sinergia productiva entre humanidad y naturaleza, es urgente la creación del Parque Nacional Ansenuza. Una vez que esté establecido, miles de hectáreas de la laguna y los bañados estarán preservadas por un marco legal que contribuirá a conservar a las especies que habitan allí e impulsará la economía local.