Iniciativa ambiciosa pero practicable: plantar 60 árboles por habitante para disminuir el efecto invernadero
En las últimas semanas, se ha reflotado una iniciativa para reducir en aproximadamente un 25% la cantidad global de gases que aceleran el calentamiento global.
La reforestación de superficies a escala planetaria amortiguaría perjuicios que podrían resultar irreversibles en el corto plazo para los ecosistemas naturales. Habría que aumentar la superficie forestal en un 25% con respecto a la cifra actual, como mínimo, unos 500.000 millones de nuevos plantines en terrenos seleccionados. Una acción de esta magnitud podría tener como resultado la captura de 200 gigatoneladas adicionales de carbono, la cuarta parte de lo que la humanidad produce cada año.
Los cálculos fueron expuestos en un estudio publicado por la prestigiosa revista Science. Estuvieron a cargo de un equipo liderado por investigadores del Instituto de Biología Integrativa de Zurich, Suiza.
La propuesta es ambiciosa y resultaría la más "barata" si se la compara con otras propuestas para reducir a gran escala la presencia de dióxido de carbono en la atmósfera. Los investigadores utilizaron Google Earth para comprobar en qué áreas podrían desarrollar la restauración y quedó claro que las ciudades son los centros que más necesitan incrementar sus espacios verdes.
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Consultado por Carbono.news, el ingeniero agrónomo Marcelo Tenaglia, ex director de Parques y Paseos de Rosario (una de las urbes más arboladas de la Argentina), informó: "Es una iniciativa buenísima. El planeta tiene hoy unos 440 árboles por habitante. Hablamos de tres billones de ejemplares (tres millones de millones). Los fondos podrían conseguirse, pero no se trata de plantar cualquier cosa. Cada ecosistema tiene su propio equilibrio".
Y agregó: "Si se colocan ejemplares en cualquier parte tendríamos efectos contraproducentes. Haríamos daño por invasión y afectaríamos especies locales. Es fundamental colocar unidades nativas. Deberían ser autóctonos para no poner en riesgo la biodiversidad de cada sitio. Sería ideal que una movida de este tipo fuera descentralizada para que cada región reproduzca lo que necesita y no recurra a chances foráneas".
El ingeniero Tenaglia para finalizar apuntó: "Debe quedar en claro, de todos modos, que los abusos no se reparan con nueva vegetación. No podemos seguir haciendo lo que hacemos e intentar solucionar todo con árboles. El planeta ya no resiste los niveles de quema actuales de C02".
Estamos hablando de paliativos muy interesantes, pero no de soluciones integrales a los graves problemas que soportamos.