Incendios sin precedentes en Canadá ya afectan a más de 120 millones de estadounidenses y llegarán hasta Escandinavia
El fuego que está asolando la tercera parte de Canadá ya produjo la destrucción de cuatro millones de hectáreas en ese país, el segundo más grande del mundo (10 millones de kilómetros cuadrados).
La superficie afectada es doce veces superior al promedio de los siniestros producidos en esa geografía durante la última década. La devastación ocupa desde Quebec, en el Este, hasta Columbia Británica, en el Oeste.
El frente ígneo incluye 2200 focos distintos que se iniciaron a principios de marzo, cuando estaba terminando un crudo invierno boreal. Alberta entró en emergencia, Otawa y Toronto se vieron seriamente afectadas, Nueva Escocia soporta la peor tragedia medioambiental de su historia y las pérdidas en los alrededores de Quebec no tienen antecedentes.
Una combinación de extensa sequía, clima cálido y tormentas eléctricas fue la responsable de la génesis. Luego, la propagación fue rápida.
Consultado por Carbono.news, el empresario argentino Carlos Orrego, quien vive en Niagara Falls desde hace más de veinte años, expresó: "En tantos años de residencia en Canadá, nunca había visto algo parecido. El fuego se extiende de Costa a Costa. Todavía quedan 400 incendios fuera de control. Nadie sabe hasta cuándo se extenderá todo esto. Ya han sido evacuadas más de cien mil personas. Muchas de ellas perdieron sus viviendas y fincas. Hemos pasado un invierno con muy pocas precipitaciones y, por ello, los bosques están demasiado secos ahora que llega el calor".
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El primer ministro nacional ha visto su imagen seriamente afectada por no prever de manera adecuada la tragedia. Justin Trudeau reconoció que su gobierno está considerando crear algún tipo de agencia nacional de respuesta para estos desastres.
Polvo y cenizas invaden los Estados Unidos
En el mes de junio, la tragedia se hizo más visible porque el humo y las cenizas generadas en el extremo Norte del continente llegaron hasta Estados Unidos y cubrieron de manera fantasmal los rascacielos de Nueva York. La Gran Manzana quedó teñida de naranja casi por completo durante varios días
Catorce de los cincuenta estados de la súper potencia habían decretado la emergencia para prevenir peores consecuencias. Poco más de 800 km separan la frontera norte del país con Manhattan, donde los efectos se hicieron notar en el cielo durante varios días. Una neblina anaranjada cubrió el horizonte de la ciudad y ocultó los principales lugares de interés de la ciudad más visitada del mundo.
Los funcionarios de la salud pública local advirtieron a la ciudadanía no hacer ejercicios al aire libre y minimizar la exposición ya que el aire presenta riesgos inmediatos con consecuencias como el pulso elevado, dolor en el pecho e inflamación en los ojos, la nariz y la garganta.
Las salas de emergencia de "la ciudad que nunca duerme" se vieron colapsadas por visitas relacionadas con el asma y otras insuficiencias respiratorias. En estaciones de tren, autobuses, escuelas y parques los funcionarios públicos repartieron mascarillas protectoras.
El humo afectó también a la ciudad de Washington D.C, ubicada a más de mil kilómetros del "border". La ciudad capital alcanzó el "Código Marrón", la categoría más alta del índice de peligrosidad en la calidad del aire.
El propio presidente Joe Biden se expresó sobre lo ocurrido: "Millones de estadounidenses están experimentando los efectos del humo resultante de los devastadores incendios forestales que arden en Canadá, otro claro recordatorio de los impactos del cambio climático", señaló el Jefe de Estado.
Los vientos del Este-Oeste están llevando la contaminación hasta Europa. Las zonas más afectadas serán especialmente Suecia y Noruega