Grave denuncia del cineasta Enrique Piñeyro: detectó con su avión particular numerosas naves pescando sin permiso en la ZEE de Argentina
El piloto, médico, filántropo y director de documentales realizó en las últimas horas un vuelo junto a periodistas y representantes políticos locales
El objetivo del periplo (a bordo de un Boeing 787 de la ONG "Solidaire") era denunciar cómo, entre los meses de noviembre y abril, varios centenares de barcos extranjeros, en su mayoría chinos, buscan el recurso del calamar en el límite con las 200 millas.
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La actividad, si se hace fuera de la Zona Económica Exclusiva (ZEE), no es ilegal. Está prácticamente desregulada. Según la Convención de Naciones Unidas sobre Derecho del Mar, desde 1982 está prohibido que las embarcaciones extranjeras exploten los mares de otro país.
Sin embargo, Piñeyro pudo comprobar y grabar en video que muchos de los navíos se habían internado en aguas jurisdiccionales sin autorización, transformándose en intrusos.
Tras recorrer varios kilómetros sobre la flota ilegal, el Comandante dio una conferencia de prensa: "Avisamos de nuestro viaje a las autoridades con antelación. A la altura de Comodoro Rivadavia vimos una formación de embarcaciones que se iban alejando unas de otras, hacia el norte. Estaban dentro de la Zona Económica Exclusiva. Se comunicó con nosotros un patrullero de Prefectura y le informamos lo que habíamos divisado. Nos contestaron de manera oficial que eran buques autorizados para practicar la pesca. Sin embargo, comprobamos que muchos de ellos no tenían prendido el servidor AIS, un sistema de identificación automática que deben encender obligatoriamente los capitanes a bordo. Se considera que el Atlántico Sur es la zona del mundo donde más se desconectan estos dispositivos de respuesta instantánea. En una ocasión, se contaron más de 520 barcos en la ZEE y solo 174 de ellos tenían encendido el AIS", explicó.
Además de los navíos llamados poteros, también pescan barcos con redes de arrastre. Se trata de unidades principalmente españolas en busca de langostinos. Asimismo, sus buques capturan merluzas y se llevan a su paso otras especies de un lecho marino que actualmente parece "deforestado", ya que se trata de artes muy agresivas que suelen destruir los corales y la vegetación subacuática.
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Los pesqueros chinos apagan a menudo los sistemas de rastreo para operar ilegalmente. Pero, son muy fáciles de hallar de manera visual, ya que conforman verdaderas "ciudades flotantes" completamente iluminadas.
Las autoridades argentinas suelen argumentar que la legislación resguarda a las flotas que se ubiquen más allá de las 200 millas, pero, según denunció el director del laureado filme "Whisky, Romeo, Zulu", lo que él y los pasajeros del avión pudieron observar y grabar ocurre en superficies acuáticas taxativamente vedadas.
"Salimos a volar a doscientas millas de la costa para buscar a la flota pesquera china. Nos costó muy poco encontrarla. La vimos a lo largo de toda la Patagonia, ya que parece la costa de Nueva York por la cantidad de luces desplegadas. Aquí no se patrulla, no se intercepta, no hay forma de disuadirlos. Falta logística: hay que darle al tema el peso político que requiere porque se trata de algo muy serio. Es una depredación monstruosa. Esto está sucediendo desde hace 40 años, desde que empecé a volar" denunció Piñeyro.
La pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (IUU, por sus siglas en inglés), no solamente afecta la fauna marina que no tiene tiempo de reproducirse, también golpea las economías locales.
Según un estudio publicado el año pasado por Financial Transparency Coalition, en Argentina, por estas actividades ilegales, se producen pérdidas para el erario público nacional que oscilan entre los 1.000 y 2.600 millones de dólares anuales.