Filomena y cambio climático: qué hay detrás de la nevada histórica en Europa
Hay quienes sostienen que la tormenta es una prueba de al falsedad del calentamiento global.
Uno de los efectos asociados al cambio climático es la intensificación de los fenómenos meteorológicos adversos: grandes tempestades, tornados, granizadas violentas, diluvios o sequías extremas.
Una de las teorías científicas más aceptadas señala que, por el calentamiento del Polo Norte, hay incursiones de aire frío más severas en invierno. En el otro extremo del análisis, los "negacionistas" se apresuran a expresar que las bajas temperaturas que soporta Europa son una prueba de la inexistencia del llamado "calentamiento global".
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Sin embargo, las actuales nevadas no deben hacer olvidar que 2020 fue el año más cálido registrado hasta el momento, según datos del Servicio de Cambio Climático Copernicus.
La ciudad de Madrid amaneció hace pocos días con 50 centímetros de nieve acumulada, y eso fue un hecho histórico. Las precipitaciones de este tipo en la capital española fueron las más intensas en lo que va del siglo XXI.
Además, gran parte del país se encuentra en alerta roja por nieve, algo poco habitual para la Península Ibérica. Filomena fue la sexta nevada de la temporada en naciones como España, Portugal y Francia.
Desde la pasada navidad, existe en España una masa de aire mucho más frío que lo habitual. Los meteorólogos ya han advertido que Filomena no terminará pronto y que para la segunda mitad de enero se esperan temperaturas incluso más gélidas que las que se vienen soportando.
¿Qué dicen los expertos?
Consultado por Carbono.news, el licenciado en Ciencias de la Atmósfera Carlos Zotelo, investigador del CONICET, señaló: "Lo que ocurrió con esta tormenta fue una conjunción de distintos eventos que derivaron en una precipitación casi inédita".
"Se formó un centro de alta presión en el Atlántico Norte debajo de Islandia. Eso llevó a Europa aire de muy baja temperatura desde las zonas polares. La propia Filomena trasladó aire húmedo hacia España con lo que se llama una muy veloz ‘corriente en chorro o jet'. Esto retroalimentó el temporal", agregó.
"Es muy interesante analizar la rapidez en la conformación de los sucesos. Los descensos de temperatura a los que estábamos acostumbrados nunca iban acompañados de nevadas tan increíbles. Los sistemas meteorológicos del planeta están experimentando una variabilidad inédita. Estamos asistiendo a lluvias que se vuelven diluvios, sequías demasiado prolongadas y un creciente número de tornados y granizadas violentas", señaló Zotelo.
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Sobre la vinculación entre estas modificaciones y la crisis climática, expresó: "Sin dudas este es el resultado de perturbaciones en la actividad solar sumadas al calentamiento que estamos evidenciando en la Tierra. Existe cada vez más actividad en la atmósfera. Esa energía creciente se redistribuye luego en todas las escalas".
Por su parte, Mauricio Saldívar, experimentado meteorólogo de los medios de comunicación audiovisuales, sostuvo: "Las nevadas no son anormales en esta época del año en ciudades como Madrid. Pero hay que destacar la magnitud de Filomena: es la más copiosa del último medio siglo".
"Para saber si podemos asociar lo que está ocurriendo en la capital española con el cambio climático debemos hacer lo que se llama ‘atribución'. El hemisferio norte es mucho más continental que el hemisferio sur. En el norte la proporción de tierra contra el agua es muy superior a la que tenemos debajo del Ecuador", explicó.
"Este año, Siberia tuvo registros nunca vistos de calor. Lo mismo ocurrió con el Viejo Continente. En el pasado verano se rompieron registros históricos de altas temperaturas. El calentamiento está afectando al Ártico y eso motiva cambios en los vientos del extremo norte del planeta. Se están favoreciendo la aparición de centros de baja presión que generan grandes tempestades. Esto motiva que el aire del polo llegue durante varios días hasta sitios antes impensados, como España", señaló.