Este adorable mini leopardo vive en Argentina y Chile y su hábitat está en peligro
La huiña es un animal de gran valor ecosistémico. Sin embargo, su conservación empeoró por la fragmentación y pérdida de su hábitat.
Con un tamaño menor a un gato doméstico y una apariencia de película de Disney, este tímido animal es aún desconocido para muchos. De entre 40 y 50 cm de largo y un peso de dos a tres kilos, la huiña, güiña o pikumche se ganó el premio al felino más pequeño de América Latina. Es endémica de Chile y Argentina y debido a la destrucción de su hábitat su estado de conservación ha empeorado.
La huiña (Foto: Instagram)
La zona de la huiña se extiende desde el centro de Chile a la Patagonia chilena y argentina. Su estado de conservación preocupa, pues ha sido categorizado en la Lista Roja de especies amenazadas de la Unión Internacional de la Conservación (UICN) como "vulnerable" y categorizada como "amenazada" en la zona sur de Chile, según la autoridad de conservación del país sudamericano. Se encuentra protegida legalmente en Chile y Argentina y prohibida su venta por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).
Su pelaje tiene manchas negras y redondas sobre marrón. Su vientre es blanco y tiene grandes manchas en formas de bandas también en la cola. Las madres suelen criar entre uno y cuatro cachorros a lo largo de su vida, su periodo de gestación es de 75 días y suelen vivir alrededor de 15 años.
La huiña (Foto: Instagram)
Es un gran cazador nocturno de pequeños roedores, perdices, palomas e insectos. Sus enemigos son los felinos más grandes como el puma o el zorro culpeo. Constanza Rodríguez, profesional del Programa de Conservación de WWF Chile, destaca su valor ecosistémico. "Es un depredador tope y esto nos ayuda al control de plagas, entre ellos es el controlador por excelencia del ratón cola larga, que transmite el virus Hanta, una enfermedad con alta tasa de mortalidad para nosotros", cuenta Rodríguez.
Pérdida y fragmentación del hábitat
Se desconoce el número exacto de estos pequeños felinos, lo que sí se sabe es que serían entre 5000 y 92.000 individuos en edad madura según el monitoreo de especies que realiza la UICN.
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Las amenazas son muchas, pero quizá la principal sea la pérdida del hábitat y su fragmentación debido a las actividades agropecuarias, la tala de árboles y la conversión del bosque a reforestaciones de pino. "Se estima una tasa de pérdida de bosque del 4,5% anual (una reducción del 67% de la superficie forestal total). Dado que la cubierta vegetal es uno de los requisitos ecológicos más importantes para las huiñas, existe una amenaza evidente por el continuo deterioro y reducción del hábitat", advierten desde la UICN.
La huiña (Foto: Patricio Valenzuela- Instagram)
Según Rodríguez, la huiña depende de bosques y matorrales densos para existir y de la existencia de corredores para moverse entre zonas de bosque, sin estos puede no satisfacer su necesidades de alimentación o su reproducción.
La caza de la güiña es una amenaza en segundo grado. "Lo que sucede es que, a medida que las zonas rurales se extienden más y se van acercando a su hábitat, la huiña comienza a entrar en los corrales donde hay gallinas y las mata", explica Rodríguez. Entonces, lo que ocurre es que en algunos lugares la gente sale a dar caza a esta especie. "Es un conflicto que también existe con otros felinos como el puma, que en este caso, caza ovejas o potrillos", suma la especialista.
Otro tema no menor es que con el acercamiento de las personas hacia la naturaleza se acercan también sus mascotas. Si bien aún no hay consenso entre la comunidad científica, avisa la experta, se sospecha que la huiña podría transmitir enfermedades a los gatos domésticos como el virus de inmunodeficiencia felina.
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Por último, la especialista alerta sobre la caza descontrolada de las jaurías de perros. "La cacería de los perros en jauría en los cerros es un problema grave en Chile, es muy difícil de controlar", apunta Rodríguez. Los perros terminan cazando sin ningún control a la huiña, pero también a zorros y aves, poniendo en peligro al felino y a otros animales.