El Polo Norte expulsa al oso polar y la Antártida tiene prohibido recibirlo. Quedan apenas 25.000
El hielo marino del océano Ártico es su hábitat natural y no se lo puede trasladar al Polo Sur debido a que las leyes y tratados internacionales prohíben introducir allí nuevas especies
Un estudio publicado en la revista Nature Communications señala que la zona del Polo Norte podría no adaptarse a las próximas temporadas de verano y por ello estos mamíferos marinos que dependen del hielo para vivir, ya no podrían alimentarse y cubrir sus necesidades energéticas.
Por su gran tamaño (en edad adulta puede llegar a superar los 2,5 metros con un peso de casi 700 kilos) los osos polares son capaces de albergar una gruesa capa de grasa que los protege del frío y les sirve como reserva en sus travesías para obtener alimentos. Su sustento es principalmente la foca marina, un animal con el que comparten las tierras heladas. El plantígrado acecha y da caza a las poblaciones de focas cuando salen a respirar, obteniendo así una gran fuente de proteínas y debido al deterioro del casco de hielo, la temporada de caza se torna cada año más corta.
Concretamente, el periodo anual sin hielo ya ha aumentado tres semanas en el Polo Norte desde 1979. El hielo que cubre el Ártico llega a su mínimo cada mes de septiembre y cada año es menor que el anterior.
Según datos suministrados por la NASA, basados en sus propios satélites, la extensión del casquete polar ha disminuido a un ritmo del 12,6% cada década desde 1980. Se calcula que por cada semana de hielo que se pierde en los inviernos boreales, estos gigantes de color blanco pierden alrededor 7 kg de grasa.
Actualmente, quedan apenas unos 25.000 ejemplares. En Canadá, este tipo de población ha disminuido alrededor de un 30% desde 1987.
¿Qué pasará cuando el polo se quede sin hielo seis meses al año?
A diferencia de la Antártida, que se sostiene sobre una masa continental, debajo del Ártico solamente existe agua marina.
La falta de hielo ha obligado al oso polar a tomar caminos de tierra con mucha más frecuencia, llevando a los científicos a preguntarse si se adaptaría o no a una vida en este terreno. La ciencia no está segura sobre si serán capaces a imitar a los osos que hibernan y sostienen dietas que incluyen todo tipo de alimentación: bayas, aves y vegetación.
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Consultado por Carbono.news, Sergio Néstor Santillana, geólogo y coordinador del Instituto Antártico Argentino, explicó: "El llamado Tratado Antártico prohíbe la introducción de especies no nativas al territorio del Polo Sur. En la época del descubrimiento de esta geografía, las expediciones llevaron caballos y perros para poder desplazarse sobre los hielos, pero luego todos estos animales fueron retirados".
Quien ha tenido la suerte de visitar el continente blanco sabe que los cuidados para los turistas y los científicos son extremos y que hay que superar todo tipo de protocolos antes de posar un pie en tierra firme.