Declaración de emergencia nacional ¡YA!

Hace algunas semanas la Ciudad de Buenos Aires se llenó de humo, y como Dios está en todos lados, pero atiende en Buenos Aires, eso motivó a que los medios finalmente empezaran a hablar de los incendios forestales. No por los incendios en sí, sino para entender de dónde venía esa cortina de aire que reduce la visibilidad y a veces nos hace picar los ojos.

Que importante sería cambiar la forma de abordar las noticias ¿no?, tener la capacidad de ver el problema por el problema en sí mismo y no en tanto y en cuanto afecte a quienes habitan la densamente poblada ciudad capital.

En cualquier caso, el tema entró, un poco de costado, en agenda ¿Dónde está el fuego que dio origen al humo?

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Bolivia 

Poco tiempo atrás el gobierno de Bolivia declaró emergencia nacional por los mayores incendios forestales en lo que va del año, que ya llevan consumidas cerca de 5 millones de hectáreas de pastizales y bosques. Estos incendios empezaron hace tres meses, pero en las últimas semanas se propagaron y se salieron de control. Según el último reporte del Centro de Operaciones de Emergencia Departamental (COED), solo en Santa Cruz se registran 33 incendios forestales activos, afectando 11 municipios. En este contexto, el 11 de septiembre se declaró una pausa ambiental indefinida en todo el país a través del Decreto Supremo 5225, lo que implica anular las autorizaciones de quemas de la Autoridad de Fiscalización de Bosques y Tierras (ABT) y negar todos los procedimientos de autorización vigentes. 

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Como consecuencia del fuego, se denuncia la pérdida de más de 10 millones de animales, entre los que se encuentran muchas especies endémicas, implicando esto un daño irreparable para el ecosistema. 

Esta noticia me recuerda el artículo "Yo vi morir"  escrito por Gabriela Cabezón Cámara en febrero del 2022, cuando Corrientes se prendía fuego: "¿Viste morir a un animal? Los estertores, el último aliento. Se mueren igual que los seres humanos (...) Somos animales nosotros también. Sentimos, todos, dolor. Y no lo sabemos leer, pero adivinamos el dolor de los árboles, del micelio. El de la Tierra, que es el nuestro: somos parte de la vida de la Tierra".

Paraguay

Según el último informe del Instituto Forestal Nacional (INFONA), a la fecha suman cerca de 190000 las hectáreas afectadas por los incendios forestales, entre bosques nativos y áreas silvestres protegidas. Recientemente, el Gobierno de Paraguay informó que se reactivaron los incendios forestales en el departamento de Alto Paraguay, en la región occidental o Chaco y fronteriza con Bolivia. El reporte señala que actualmente existen 29 fuegos activos, tanto en la región Occidental como en la región Oriental del país.

Brasil

Los incendios están consumiendo 3 de los biomas emblemáticos de Brasil: la Amazonía, el Pantanal y el Cerrado. Según datos recientes, los incendios ya han arrasado con más de 18 millones de hectáreas de bosque, una superficie equivalente al tamaño de Uruguay. Brasil enfrenta, además, una de las sequías más largas de las últimas décadas, según el Centro Nacional de Monitoreo de Desastres Naturales (Cemaden) de ese país "Esto incide en el impacto de los incendios, sobre todo en áreas como bosques primarios (vírgenes) que pierden su humedad habitual y resultan por lo tanto más fáciles de quemar". Según la Confederación Nacional de Municipios (CNM) más de 11.2 millones de personas se vieron directamente afectadas en Brasil por los incendios forestales desde principios de año.

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¿Qué pasa en Argentina?

Tal como informa Agencia Tierraviva: "En Argentina, se registraron incendios en Córdoba y San Luis. El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) emitió una alerta por el humo proveniente de los países vecinos para 14 provincias. Desde Greenpeace Argentina advierten: "La degradación del Ministerio de Ambiente, la falta de política ambiental y el negacionismo sólo pueden traer la ruina de nuestros bosques nativos y con ellos agravar nuestra existencia".  

En Córdoba, en lo que va del año, se estima que habría más de 40 mil hectáreas afectadas: "En 2023, el área bajo fuego en Córdoba fue de 41 mil hectáreas. En 2022, alcanzó las 81 mil, y en 2021, las 66 mil hectáreas afectadas. Córdoba lleva cinco años consecutivos de alta afectación por incendios" .

Los especialistas en fuego consultados por el Diario La Voz hablan del "3-30" para referirse al cuadro de riesgo agravado en la provincia para el inicio y la propagación de incendios. El "3-30" implica que se suman tres condiciones complejas al mismo tiempo: menos de 30% de humedad, más de 30 grados de temperatura y más de 30 kilómetros por hora de las ráfagas de viento.

Pedro Jaureguiberry, doctor en Biología e investigador de la UNC y del Conicet, con especialidad en "ecología del fuego", dijo que "con una humedad de más del 30% es casi imposible que ocurra un incendio importante, porque físicamente no puede propagarse. Pero, al revés, con una humedad por debajo del 10%, si se suma viento, físicamente se hace casi imposible apagarlo".

Según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y el Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SNMF), el índice 'muy alto' a 'extremo' de peligro de incendios forestales cubre la mayor parte del país, en especial, el norte y centro argentino, con la provincia de Córdoba.

Según la página oficial Argentina.gob: "Si bien la ocurrencia de incendios es un fenómeno de todos los años, esta temporada se adelantó por la gran acumulación de material vegetal en zonas inaccesibles y con poca disponibilidad de agua. A su vez, los pronósticos climáticos estacionales prevén temperaturas por encima de lo normal con baja humedad para la primavera". 

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En ese contexto, especialistas del INTA brindan recomendaciones para reducir el riesgo de incendios forestales:

• Para abordar el riesgo de incendios forestales, se requiere la implementación de estrategias que combinen la prevención, el monitoreo y una respuesta rápida. Es importante reducir la acumulación de material combustible en áreas vulnerables mediante la realización de acciones combinadas de acuerdo con el ecosistema: quemas prescriptas controladas, el mantenimiento de cortafuegos, limpieza de picadas en campos y terrenos rurales, mantención mecánica, pastoreo rotativo.

• Además, es importante destacar que el manejo adecuado de los pastizales reduce el riesgo de que estos actúen como material combustible, manteniendo una carga adecuada de acuerdo al ecosistema que se trate. También es importante mantener los caminos rurales y los accesos libres de vegetación ya que es importante no solo para prevenir la expansión de incendios, sino también para facilitar el ingreso de equipos de control de incendios cuando sea necesario.

• Por su parte, el monitoreo requiere de la utilización de tecnologías satelitales y sistemas de alerta temprana, como los proporcionados por la CONAE, que permite detectar focos de calor en tiempo cuasi real, lo que facilita una respuesta más rápida, antes de que el fuego se propague y genere mayores daños.

• Es importante que los productores monitoreen continuamente las áreas más susceptibles a incendios, especialmente durante los meses más secos, al tiempo que es fundamental contar con fuentes de agua en puntos estratégicos para actuar de inmediato en caso de incendio. Asimismo, es importante estar atentos a herramientas tecnológicas avanzadas que permiten tomar decisiones informadas en el manejo de las tierras. Entre ellas está el Sistema de Alerta Temprana y Monitoreo Satelital proporcionados por CONAE que permite detectar focos de calor en tiempo real, lo que brinda a los productores la oportunidad de anticiparse a situaciones de riesgo y actuar antes de que los incendios se expandan.

• Una acción eficiente implica fortalecer la capacidad de respuesta inmediata mediante la coordinación de Bomberos Voluntarios, Brigadas Forestales y Defensa Civil con recursos y planes a medida de las localidades. 

• También se aconseja realizar un seguimiento de los pronósticos climáticos del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y el Servicio Nacional de Manejo del Fuego, así como la información sobre legislación provincial sobre quemas prescriptas que varían de provincia en provincia.

Más allá de los reportes y los datos numéricos, es fundamental recordar que si bien los incendios forestales están en el orden de la naturaleza, actualmente, el 95% es originado por las personas ya sea de manera accidental o voluntaria.

Además, como ya mencionamos en otras publicaciones las estadísticas muestran que los incendios forestales van en aumento y que esta tendencia se vincula directamente con el cambio climático: las sequías; la baja humedad en el aire, las temperaturas altas y los vientos fuertes predisponen a que se produzcan con más frecuencia, se propaguen con más facilidad y sea altamente dificultosa su extinción.

Como consecuencia de la gravedad de los incendios forestales en Córdoba, desde distintos sectores se exige la declaración de Emergencia Ígnea a nivel nacional, con el fin de adoptar las medidas que resulten necesarias para propiciar y atender con carácter inminente la presupresión (conjunto de actividades desarrolladas previo a la ocurrencia de incendios) y el combate de incendios, la restauración de las de zonas afectadas y la prevención de nuevos focos. 

La declaración de emergencia obligaría a una mayor coordinación entre administraciones, habilitaría "los mecanismos administrativos de excepción" y permitiría disponer de un mayor presupuesto para robustecer las acciones que se están implementando con el Fondo Nacional del Manejo del Fuego, como ha sucedido en el pasado.