Aguas verdes y venenosas: los agrotóxicos y el cambio climático son las causas principales
Las cianobacterias pueden ocasionar daños a la vida marina y a la salud humana por el contacto con el agua e ingerir peces infectados.
No es algo natural. La coloración verde flúo en varios sectores del Río de la Plata, tanto en Argentina como en Uruguay, viene en aumento, y las causas principales de esta problemática son el cambio climático y los agrotóxicos que terminan en las aguas, aseguraron científicos del CONICET y de la Universidad de la República de Uruguay a Carbono.news.
Días atrás comenzaron a aparecer estas manchas en las costas de Puerto Madero, San Isidro, San Fernando y Tigre, en Buenos Aires. En Uruguay están presentes durante todo el verano, todos los años, en Montevideo y Punta del Este, principalmente.
Se trata de microorganismos, bacterias primitivas que hacen fotosíntesis y por eso, son verdes. Son llamadas cianobacterias por su color verde azulado (eso significa ciano, no tiene que ver con cianuro).
Tienen la capacidad de formar estos cúmulos superficiales que se llaman floraciones porque crecen rápidamente cuando están dadas las condiciones adecuadas. Se alimentan de los nutrientes que están en el agua y muchas de ellas producen toxinas que afectan la salud humana y la vida marina, por eso se recomienda evitar el contacto con el agua contaminada.
Las condiciones ambientales que necesitan son:
Luz solar, mientras más abundante, mejor para ellas
Aguas estancadas o con poco movimiento
Gran cantidad de nutrientes en el agua
Agua en temperatura cálida
Pablo Almada es biólogo y subprefecto de la Prefectura Naval Argentina. Explicó a Carbono.news que normalmente el Río de la Plata tiene un color marrón por las aguas que vienen del Río Bermejo y depositan sus sedimentos.
"Venimos de una sequía muy importante y la baja histórica del Río Paraná hace que haya menos sedimentos, menos turbulencia", detalló. De esta forma, hay menos caudal y más luz solar. "En conjunto con todos los nutrientes que hay en el río hacen este combo", resumió.
Además, Almada dijo que las represas dejan disponibles todos estos nutrientes y les da tiempo a las cianobacterias de florecer y bajar por el río hasta llegar a las costas. Muchas se terminan muriendo por la turbidez, pero cuando hay bajo caudal sobreviven. Por lo tanto, "las cianobacterias vienen de otros lugares y se siguen desarrollando y creciendo", contó.
Las consecuencias para la salud humana y la vida marina
Carla Kruk es bioquímica, investigadora, docente de la Universidad de la República de Uruguay de la facultad de Ciencias y trabaja en el Centro Universitario del Este en Rocha (CURE). Es Doctora en Ciencias de la Vida y tiene un Magister en Biología-Ecología.
Kruk explicó a Carbono.news que el problema de estas floraciones de cianobacterias es que muchas de ellas (más del 70% en Uruguay) producen toxinas que perjudican a los animales acuáticos y a las personas. Hay distintas toxinas que generan las diferentes especies, pero las más comunes son las del género microcystis, que producen:
Hepatotoxinas: afecta al hígado y al sistema digestivo si se traga agua.
Neurotoxinas: afecta al sistema nervioso ya sea por consumo de agua, por inhalación o por tragar agua.
Dermotoxinas: afectan a la piel, a la mucosa, a los ojos (conjuntivitis), boca y oídos a nivel superficial por contacto con el agua contaminada. Dan alergias, irritaciones, etc.
En Uruguay, la sociedad es consciente de esta problemática porque en 2013 hubo una contaminación del agua potable con cianobacterias y un millón y medio de personas la consumieron y notaron su olor a combustible y un particular color.
Por otro lado, Kruk destacó que estas floraciones también afectan a los peces que quedan intoxicados en su interior y, en el caso de ingerirlos, también perjudica a los seres humanos.
Las causas: el cambio climático y los agrotóxicos
"Los científicos argentinos y los uruguayos estamos de acuerdo en que la principal causa son los nutrientes usados en la agricultura, los fertilizantes, en primer lugar, y los pesticidas", resaltó la investigadora.
"Para crecer necesitan los mismos nutrientes que tienen los cultivos como la soja, el maíz, el trigo. Los cultivos en las cuencas donde drena el agua están siendo fertilizados y cada vez se utilizan en mayor escala", dijo Kruk.
Desde 1996, en la Argentina de la mano de Felipe Solá y a partir del 2000 en Uruguay, señaló, ingresaron estos paquetes agroindustriales para producir de forma intensiva y extensiva. Además, señaló que las semillas transgénicas también representan un riesgo ya que implican un paquete de agroquímicos para su producción.
Cuando llueve estos agrotóxicos son arrastrados de la superficie de la tierra a los grandes ríos y de allí, a las costas. "El problema de estos cultivos extensivos que es que llegan por todos lados, no es que hay una entrada puntual, sino que son entradas difusas y es más difícil identificar", afirmó.
Según el texto "Cianobacterias como determinantes ambientales de la salud" elaborado por científicos del CONICET, en 2017, el cambio climático es otro de los factores determinantes: "Su desarrollo natural (cianobacterias) se ha visto modificado por la acción humana, principalmente por el aporte desmedido de nutrientes de las descargas cloacales a los cuerpos de agua dulce, el uso creciente de fertilizantes y el endicamiento de los ríos. Este fenómeno se ha visto agravado, además, por el cambio climático, ya que el incremento de las temperaturas de los cuerpos de agua favorece el desarrollo de las masas de cianobacterias -floración o bloom algal- como grupo competitivamente exitoso contra el resto del fitoplancton".
Otro tema para tratar son las lluvias. "Hay variaciones naturales y cambios en las tendencias globales, naturalmente hay años más secos y otros más lluviosos. Este año llueve poco por el fenómeno de La Niña. En Uruguay, hay valores más extremos de las precipitaciones. Además, se prevé que el caudal del Uruguay vaya en aumento", resaltó la docente.
También, la investigadora señaló que hay que agregar las heces y detergentes de los tambos y feedlots, pero en menor medida, ya que tienen más tratamiento antes de llegar al río. "Otro problema son las cloacas tradicionales. Si las plantas de tratamiento de las grandes sociedades no son muy efectivas, se incorporan nutrientes al medio", sumó por su parte Almada.
Estos fertilizantes tienen nitrógeno y fósforo que alimentan a las cianobacterias, explicó la bioquímica. "El problema no se puede separar de la realidad económica y el mercado global", sentenció.
La solución: agroecología, cuidar los humedales y combatir el cambio climático
Para solucionar esto a largo plazo, los expertos coinciden en que hay que cuidar los humedales para que puedan absorber la mayor cantidad de nutrientes. "Lo importante de los grandes ríos es mantener los humedales ya que implica que esa relación entre río y llanura de inundación absorba muchos de esos nutrientes que son consumidos por las plantas que están en los humedales", resaltó Almada.
El tema es que cuando el río está muy bajo la conexión entre la llanura de inundación, o sea, entre la laguna que está en los humedales y el río es muy poca y "eso favorece al crecimiento" de las cianobacterias. Además, el biólogo dijo que los humedales son como "esponjas naturales" que absorben esos nutrientes por la biota del sector".
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En el informe del Ministerio de Salud, también se hizo hincapié en la falta de estudios sobre el tema de estos microorganismos y la ausencia de respuestas claras:
"El control de las fuentes de abastecimiento de agua potable para detectar la presencia de las ciano-bacterias nocivas y sus metabolitos no es todavía una práctica común en Argentina, y ni siquiera se ha incluido aún la obligatoriedad del recuento de cianobacterias y de medición de concentración de toxinas en las normas de calidad del agua potable. Esta es, por lo tanto, una de las primeras tareas que debemos enfrentar para reducir sus consecuencias".
"Otro desafío es la caracterización de los efectos tóxicos de las cianobacterias en nuestro país, lo cual requiere el compromiso activo del equipo de salud para reconocer y documentar los hallazgos en toda la geografía nacional. Este trabajo es imprescindible para permitir su difusión a fin de mejorar su diagnóstico y tratamiento adecuado, sumado a la necesidad de desarrollar metodología de diagnóstico de laboratorio ajustada a su factibilidad para dar las respuestas más específicas posibles", comunicaron.
En el caso de Uruguay, la bioquímica no tiene dudas que esto sucede por los "cambios drásticos en los usos del suelo". Argumentó que en su país son 3 millones de habitantes "desde siempre" y que, por lo tanto, sus residuos no aumentaron, sino que el responsable de la contaminación es "el agro" que se viene "incrementado".
"Es posible revertirlo, pero es fundamental reducir el uso de fertilizantes. Hay muchos proyectos de agroecología, huerta orgánica y de soberanía alimentaria. Acá se está desarrollando un Plan de Agroecología Nacional", finalizó.