Buscan refugio y alimento: cómo es la migración obligada de las especies afectadas por los incendios del litoral
No solo los habitantes de la ciudades están sufriendo las consecuencias de los incendios. Los animales se están llevando la peor parte, desprotegidos y sin tener adónde escapar.
Bandadas de garzas, chajás y otros ejemplares propios de los humedales entrerrianos están volando desde hace varias semanas hacia la orilla santafesina para alejarse del humo y las llamas. Lo mismo ocurre con las especies anfibias que logran cruzar el torrentoso canal del Río Paraná y con los veloces grandes felinos autóctonos.
Pero: ¿qué ocurre con las criaturas que no están en condiciones de realizar un escape tan dificultoso?
Estamos hablando de:
200 tipos de aves,
36 de mamíferos,
29 de reptiles,
22 de anfibios
185 clases de peces diferentes
Los focos de incendio indiscriminados están modificando de manera acelerada las cualidades del suelo y de los cursos de agua. Decenas de miles de hectáreas verdes quedaron convertidas en cenizas debido a las quemas generalizadas.
El problema con los animales silvestres es que, cuando la gente los ve, suele asustarse y los golpea o los mata porque no está acostumbrada a su presencia.
Las autoridades sanitarias santafesinas le piden a su población que no los toquen y que no intenten capturarlos porque se trata de seres que podrían estar heridos o asustados. Simplemente, se debe avisar a la policía comunitaria provincial para que acuda en su rescate.
Consultado por Carbono.news, Franco Peruggino, del refugio animal Mundo Aparte, señaló: "Los que más están sufriendo son los reptiles, porque en invierno bruman y no cuentan con capacidad para huir. El fuego los consume mientras se hallan aletargados. Estamos hablando de yacarés, tortugas, serpientes de diferentes tipos y lagartos. También la pasan muy mal los mamíferos. Solamente escapan los adultos con muy buen estado de salud. Los carpinchos, los coipos e inclusive los gatos monteses y los zorros logran desplazamientos exitosos ya que los más veloces y los que son capaces de nadar se colocan a salvo. Entre las aves, existen muchos sobrevivientes, pero también tenemos pérdidas de miles de pichones y sus nidos".
Las tareas de asistencia dentro de los humedales por parte de los voluntarios no se detienen en ningún momento durante estas tormentosas jornadas. "Lo primero que hacemos es confeccionar un diagnóstico. Luego, los veterinarios los medican, en el caso de que hiciera falta la aplicación de remedios. A veces, nos llegan fracturados, quemados o muy agotados porque tuvieron que alejarse mucho de su hábitat. Cuando recuperan sus condiciones naturales, se los libera en un brazo del río o en un pajonal ubicado en áreas protegidas".
Aún es muy temprano para estimar el daño que produjeron los siniestros pero queda claro que la fauna necesita un cese inmediato de la caza furtiva para poder recuperarse.
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La combinación de lenguas ardientes, humo y depredadores humanos armados puede ser letal para la región que posee la mayor biodiversidad de toda la Argentina de acuerdo a estudios del Plan Integral Estratégico para la Conservación y el Aprovechamiento Sostenible del Delta.