Bosques de macroalgas: conocerlos para defenderlos
Hablamos con las personas que se sumergen en las profundidades del mar para conocer, comprender y proteger los bosques de Kelp, aliados fundamentales en la conservación del ambiente.
Cuando hablamos sobre cambio climático y de la importancia de los sumideros de carbono, solemos pensar en el papel crucial que cumplen los bosques y los humedales, incluso las barreras de coral. Sin embargo, hace algunos años sumé a la lista los bosques de macroalgas.
Debido a la relevancia de los bosques de macroalgas, en septiembre del 2023, el Directorio de la Administración de Parques Nacionales declaró de interés institucional la conservación de la especie macroalga Macrocystis pyrifera y, en noviembre del 2023, el Consejo Federal de Medio Ambiente (COFEMA) emitió una resolución en la que declara de Interés Federal Ambiental la protección y el manejo sustentable de los bosques marinos de macroalgas en Santa Cruz.
Para entender más sobre el tema, hablé con la organización independiente Por el Mar (PEM) que trabaja con la misión de proteger y restaurar el océano. Su equipo, integrado por profesionales de las ciencias biológicas, se dedica a explorar e investigar el ecosistema de macroalgas del mar patagónico con el fin de protegerlo.
Carbono.News: ¿Qué son los bosques de macroalgas?
Por el Mar: Los bosques de macroalgas están conformados por conjuntos de algas pardas que pueden medir entre 2 y 30 metros de altura en condiciones óptimas de crecimiento (que equivale a la altura de un edificio de 10 pisos). Estos bosques, también conocidos como bosques de kelp, crean un hábitat que brinda refugio, alimento, áreas de reproducción y cría a miles de especies marinas.
Estamos hablando desde microorganismos indetectables a simple vista, hasta estrellas de mar, delfines australes, tiburones, centollas, calamares, por mencionar algunos. De hecho tenemos registro de huevos de calamar en el estipe de estas algas, es decir que cumplen un rol fundamental en la supervivencia de estas especies que dependen de los bosques para desovar.
CN: ¿Qué rol cumplen los bosques de macroalgas a nivel global en relación al clima?
PEM: La conservación de estos bosques puede ayudar a mitigar el cambio climático porque desempeñan un papel crucial en el ciclo del carbono. Tienen la capacidad de absorber CO2 y transformarlo en biomasa orgánica, y son una fuente muy importante de producción de oxígeno. Además son ingenieros ecosistémicos, es decir que generan estructuras centrales que brindan refugio a miles de especies asociadas, por eso conservar estos bosques significa proteger a especies marinas que dependen de ellos.
En un contexto de crisis climática y pérdida masiva de la biodiversidad a nivel global, es un ecosistema fundamental. No sólo protegen y dan refugio a la vida marina. Los bosques de macroalgas protegen las costas, y funcionan como una barrera frente a las marejadas y el oleaje.
CN: ¿Qué amenazas sufren estos bosques?
PEM: Las principales amenazas de los bosques marinos son muy similares a las de los bosques en tierra. Hay muchas industrias que utilizan los alginatos que producen estas algas: la industria textil, de alimentos, de papel, la industria farmacéutica por mencionar algunas. Y la "materia prima" es decir, las algas, son y han sido extraídas en muchos lugares del mundo sin la regulación o fiscalización necesarias. Sin ir más lejos, la sobreexplotación del recurso en Chile ha llevado a la pérdida del ecosistema en varias regiones.
La deforestación submarina de las praderas naturales a través del barreteo y la extracción directa destruye los hábitats costeros e impacta con la pérdida de refugio, de alimento, de espacios de apareamiento y cría de muchas especies marinas.
Existen datos que indican que más de un 40% de estos bosques se ha perdido a nivel global. Además, otras de las principales amenazas son: el aumento de temperatura que sufre el océano, los eventos climáticos extremos, las olas de calor, las especies invasoras y la modificación de la red trófica marina... Es decir que ayudan a mitigar el cambio climático, pero también son víctimas de este fenómeno.
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CN: ¿Es posible extraer algas de modo sostenible?
PEM: Creemos que no es posible extraer algas nativas de forma sostenible. Desde el momento que extraemos un ejemplar de una pradera natural, estamos alterando el hábitat de todas las especies que se interrelacionan con él. Pero existen alternativas para producir en el mar con bajo impacto.
En el mundo, existen organismos que promueven la siembra regenerativa de algas y bivalvos como Greenwave, en Estados Unidos. Se trata de un modelo muy diferente al extractivo, que consiste en la siembra y posterior cultivo de estas algas, es decir que no se impacta al bosque nativo. Por otro lado, también hay experiencias de cultivo para reforestar el mar, cuyo fin es la restauración del bosque natural.
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Lo cierto es que la importancia de estos modelos radica en que generan desarrollo y empleos genuinos y acercan a las comunidades costeras al mar evitando la explotación de praderas naturales. Este punto es fundamental para garantizar el futuro de ecosistemas de los que dependemos para habitar un planeta en equilibrio.
CN: ¿Existe algo así en Argentina?
PEM: En Argentina, desde Fundación Por el Mar estamos desarrollando un piloto científico para la siembra de algas. Tenemos la visión de generar los aprendizajes necesarios para un modelo productivo sostenible y respetuoso con el ambiente marino que queremos preservar. Y en paralelo trabajamos junto a las comunidades costeras brindando el acceso a información sobre la importancia de estos bosques e impulsando las regulaciones necesarias para evitar la deforestación submarina, que hoy es la principal amenaza.
Nuestro deseo es seguir sumando información acerca de estos ecosistemas, que podamos entender su importancia y que comprendamos que nosotros, nuestra salud y bienestar como la de muchos otros organismos dependen de estos bosques. Y queremos que más gente los conozca, ya que no se puede cuidar lo que no se conoce.