Crecen las poblaciones de tigres siberianos y de yaguaretés y se alejan del peligro
En Rusia y en Iguazú, los esfuerzos entre ONG, científicos y políticas públicas consiguen mantener la estabilidad de estos individuos amenazados.
Tanto el tigre siberiano (Panthera tigris altaica) como el yaguareté (Panthera onca, o jaguar) son dos especies que están amenazadas, pero algo más que las une es que sus poblaciones están estables y en leve aumento en algunas zonas, gracias a la cooperación internacional entre ONG, científicos y políticas públicas.
Ambas especies están bajo la constante amenaza de la caza furtiva y la deforestación de sus hábitats.
El tigre siberiano, en territorio ruso
En una cumbre en San Petersburgo en 2010, Rusia, China, la India y otros diez países asiáticos firmaron una histórica declaración en la que se comprometieron a duplicar la población mundial de tigres siberianos para 2022.
Hoy hay un poco más de 600 ejemplares en territorio ruso, según declararon los expertos del centro de preservación "El tigre de Amur" a la agencia oficial RIA Nóvosti. Esto representa un leve avance con respecto a los últimos años.
Gracias a su monitoreo, aseguraron que de a poco su población va creciendo y destacaron la reducción de su mortalidad ocasionada por el ser humano.
Además, señalaron que casi todas las tigresas que fueron soltadas en el Lejano Oriente ruso encontraron pareja.
Desde la presidencia de Rusia, Vladímir Putin, generó políticas de protección para el llamado "tigre del Ussurisk" o "tigre del Amur" como prohibir la tala de los bosques de cedro coreano ya que es el hábitat de los jabalíes, una de las presas principales del tigre.
La población de yaguaretés volvió a aumentar en Iguazú
A principios del siglo pasado, este animal solía pasearse hasta por la Pampa Húmeda. Sin embargo, hoy es el mamífero que más territorios perdió en la Argentina, más del 90% de su distribución original.
Su situación es crítica en varios lugares del país, sobre todo, en áreas de El Impenetrable. Sin embargo, su población en Iguazú está mejorando.
Tal vez te interese: "Los responsables de 30 años de deforestación en Argentina: la "lista negra" de Greenpeace"
Los gobiernos de la Argentina y de Brasil se unieron para intensificar las acciones de inspección y consiguieron frenar más la caza. Los responsables de las matanzas saben que el área está monitoreada por cámaras camufladas y eso los aleja.
En diciembre pasado, en el Parque Nacional do Iguaçu de Brasil, descubrieron a un nuevo miembro de estos felinos, en un esfuerzo conjunto de investigadores de ambos países. Se trató de una hembra y la llamaron Cacira.
A principios de la década de 1990 había alrededor de 400 individuos en total en los dos países. En 2008, solo quedaban ocho en la parte brasileña.
La situación empezó a mejorar en 2010 y para 2018 ya había 105 ejemplares, y de ellos 28 en Brasil.
"El objetivo es llegar a 250 individuos en total, un número que la región podría mantener en su estado actual", explicó el coordinador del Centro Nacional de Pesquisa e Conservação de Mamíferos Carnívoros (CENAP), Ronaldo Morato, órgano vinculado a ICMBio.
En Argentina, además del Parque Nacional Iguazú, están incluidos en el censo otros dos parques en la provincia de Misiones y 400.000 hectáreas de bosque. Por su parte, en Brasil, solo se tuvo en cuenta al Parque Nacional do Iguaçu, 185.000 hectáreas rodeada de cultivos.
No obstante, aún queda mucho por hacer. "Al sur de la ruta 17 aún persiste un bloque selvático de alrededor de 50.000 hectáreas y buen estado de conservación, aunque no posee áreas protegidas estatales y eso atenta contra su conservación a largo plazo. Esta área ubicada en el centro del Corredor Verde es fundamental, pues es una Zona Núcleo muy poco estudiada, cuenta con apenas unas pocas hectáreas bajo protección privada y la cacería furtiva aún es muy alta", señalaron desde la ONG Red Yaguareté.