"Borgen": la aparición de petróleo transforma la trama danesa en un drama global ¿Es predictiva?
¿Por qué regresó al tapete una historia que ya había sido contada y tenía un final bien narrado? Se podrían nombrar al menos dos cuestiones.
El nombre "Borgen" remite al sitio geográfico donde se erige la sede que contiene a los poderes gubernamentales de Dinamarca en su ciudad capital, Copenhague. En danés, significa "el castillo".
La vuelta de la afamada serie con una cuarta temporada (disponible en Netflix) obedece a dos razones principales, por una parte, el éxito global de la producción fue tardío e impulsado desde 2020 por la explosión de los contenidos de las plataformas de pago en medio de la pandemia. Por otra parte, los guionistas imaginaron, con gran acierto, que la transición energética se demoraría varios lustros y que, por ello, se generarían nuevos y grandes conflictos en torno a los yacimientos de "oro negro".
Los primeros capítulos se estrenaron durante los años 2010, 2011 y 2013. Casi una década ha pasado desde su última edición pero la trama mantiene una enorme actualidad.
"El reino, el poder y la gloria" se grabó entre enero y noviembre del año pasado, pero este año se agregó una referencia a la reciente invasión de Rusia a Ucrania y a los chantajes de todo tipo perpetrados por el presidente Vladimir Putin.
En esta ocasión, todo comienza con la imagen de un grupo de hombres carneando una ballena mientras sus compañeros descubren petróleo en las inmediaciones de un fiordo en el mar Ártico. A partir de allí, el escenario de la ficción deja de ser local y se transforma rápidamente en una cuestión estratégica global.
La intromisión de superpotencias como China, Rusia y Estados Unidos, que buscan recursos naturales en regiones ajenas, es clave para entender cómo una nación pequeña debe a menudo lidiar con gigantes.
El personaje de Birgitte Nyborg, quien fuera la Primera Ministra, es ahora canciller. Tiene a su cargo las relaciones exteriores del país. Esta líder partidaria nunca estuvo interesada en el poder por el poder mismo. Siempre quiso hacer política de calidad porque cree en la democracia. Tiene que mediar entre los ideales que representa y la coyuntura que le indica que los ingresos extraordinarios podrían ayudar a mejorar las condiciones de vida de su pueblo.
¿Una serie que adelanta el futuro?
Una vez más, Borgen aparece como adelantada a nuestros tiempos. Las situaciones ficticias que cuenta, muy posiblemente, se repliquen pronto en el ámbito de la política real tal como ha ocurrido en las tres primeras temporadas.
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Por ejemplo, la retirada de tropas de Afganistán tras dos décadas de misión, que se ve en la segunda temporada, se concretó el año pasado de la mano del presidente norteamericano Joe Biden.
Otro hallazgo fue que Birgitte Nyborg fue la primera ministra en la ficción en 2010 y, un año más tarde, Helle Thorning-Schmidt, líder del partido social demócrata, asumió ese puesto en Copenhague, tras ganar una elección nacional.
Hay que reconocer que los autores saben "leer" y descifrar muy bien las situaciones latentes y se muestran capaces de darle un corolario a esas tensiones.
¿Qué vislumbra hoy esta novela que amenaza con convertirse en una extensa franquicia, debido al suceso logrado? ¿Las mujeres van a dominar la política del futuro? ¿Todos los políticos, tarde o temprano, se caen del pedestal?
¿La transición energética debe acelerarse como condición básica para que el planeta pueda recuperar la paz? ¿Los actuales gobernantes son capaces de tener una mirada de largo plazo y así ahuyentar la chance concreta de una catástrofe climática?
Hay que verla para luego poder discutirla.