Tracción a sangre: la lucha contra el maltrato a caballos carreros en Quilmes
El municipio prohibió la TAC, pero continúa ejerciéndose, mientras miles de animales mueren en la desnutrición.
Bajo la excusa de que no tiene fondos para entregarle a los "carreros" motos de baja cilindrada para que dejen de explotar equinos, la administración de Mayra Mendoza en Quilmes se niega a una reconversión de esta penosa actividad.
En mayo de 2012 el Concejo de Quilmes sancionó una ordenanza que prohibió la tracción a sangre (TAS) en todo el distrito. La norma fue modificada este año para que los cartoneros pudieran, como en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, impulsar a pie sus propios carromatos.
La Asociación Civil "Caballos de Quilmes" denunció los incumplimientos reiterados ante la Justicia local.
Quilmes es uno de los partidos bonaerenses en los que más caballos son utilizados como medio de locomoción. Se estima que ya suman alrededor de 4000 y que se ubican dentro o en las cercanías de los cincuenta barrios populares que tiene la ciudad.
Los equinos suelen ser golpeados y alimentados con basura. Padecen largas jornadas casi sin descansos. Se los sobreexige de manera brutal, muchas veces hasta la muerte, denuncia la Asociación.
En algunos casos, son migrados hacia el interior del país o hacia distritos como La Matanza y Lomas de Zamora donde no existen ordenanzas que prohíban la TAS.
Las organizaciones de defensa de los derechos de los animales han solicitado que se los cense y se les coloquen chips para localizarlos en caso de robo o traslados.
Además, ONG proteccionistas propusieron como alternativa cambiar los caballos por vehículos con motor. El Municipio local anunció hace más de un año un programa para ese tipo de canje que ayudaría también a evitar accidentes en la vía pública.
El abogado Leonardo Barnaba, representante legal de "Caballos de Quilmes" sostuvo en diálogo con Carbono.news: "La intendencia ha tenido en el último año solamente actitudes dilatorias. No tiene interés en solucionar este drama. Los carreros han presentado un recurso de amparo en la Justicia diciendo que es inconstitucional impedirles trabajar. Sin embargo, nadie se los prohíbe, simplemente les exigimos que se respeten los derechos de los animales y que utilicen motos o bicicletas para sus labores".
El rol de la administración de Mayra Mendoza ha sido cuestionado por los preservacionistas ya que desde la comuna le han pedido a los jueces actuantes que tengan en consideración el reclamo de los carreros.
Aún peor, un funcionario del gabinete municipal, Ezequiel Arauz, secretario de Economía Popular, impulsó desde su cuenta de Twitter las marchas de los carreros y cartoneros que explotan a los equinos hacia la propia sede comunal.
Movilización de Carreros y Cartoneros hacia el tribunal N5 de Quilmes. En un contexto de fuerte crisis económica, tras el desastre social del macrismo y la pandemia, reclaman a la justicia que los deje trabajar. #NoHayRecicladoSinCartoneros pic.twitter.com/quCaJh5r5d
— Ezequiel Arauz (@ezearauz) December 10, 2020
Barnaba no puede confirmarlo aún, pero es un secreto a voces que los grupos ecologistas van a formular en los próximos días una denuncia penal contra el municipio quilmeño por los incumplimientos flagrantes.
"No cumplen con una ordenanza que rige desde 2012. Hacen caso omiso a una reglamentación del jefe comunal anterior firmada un día antes de dejar su cargo. Incumplen otra norma sancionada por ellos mismos en mayo pasado. Se excusan en una supuesta falta de dinero pero el canje de rodados se puede hacer incluso por modestas bicicletas", reclamó el letrado.
Triste y solitario final
Cuando ya están exánimes y no pueden cumplir su función en las calles del sur del conurbano, a las bestias les espera el peor final: son llevados a frigoríficos ya que la faena de equinos está permitida en Argentina desde 1998.
De allí, saldrán transformados y descuartizados. Sus restos se exportarán a Rusia, Chile y Europa en bandejas plásticas.
Las denuncias de venta de ejemplares robados para el consumo humano son frecuentes.
Basta con señalar que no existen criaderos de caballos para la industria. Entonces: ¿de dónde salen los ejemplares que son comprados para ser luego sacrificados?
Flacos, heridos y exhaustos, los caballos de tiro son víctimas de un sistema degradado donde todo vale. Los ejecutores e ideólogos de las matanzas se amparan en la marginalidad y la pobreza reinante.