¿Por qué Kamala Harris dijo que hay que reducir la población para salvar el medioambiente?
¿Lapsus?, ¿honestidad brutal?. La vicepresidenta norteamericana aparentemente defendió el objetivo de reducir la población y desató un tsunami de críticas.
La frase que desató la controversia fue la siguiente: "cuando invertimos en energía limpia, vehículos eléctricos y reducimos la población, nuestros hijos pueden respirar aire limpio y beber agua limpia". Kamala Harris hizo la declaración durante un evento en Baltimore sobre energía y cambio climático e, inmediatamente, se asoció a la compañera de binomio de Joe Biden con una teoría conspirativa.
Cientos de simpatizantes republicanos desataron grandes andanadas de críticas en Twitter y otras redes sociales: "Kamala Harris dice que hay que reducir la población. Escuchen... luego nos llaman conspiranoicos por decir que eso está en sus planes".
También pudo leerse: "admite Harris que la reducción de la población es política del gobierno. #Agenda2030".
Sin embargo, es falso que dicha agenda, un plan de acción aprobado por la ONU para el desarrollo sostenible, se manifieste a favor de disminuir la cantidad de seres humanos que viven en el planeta.
La Casa Blanca reconoció que la frase desafortunada fue expresada efectivamente en público, pero aclaró que se trató de un error involuntario.
"Harris dijo population (población), según se puede observar en el texto. Fue un error, pues la palabra fue tachada y en su lugar se puso entre corchetes pollution (polución)".
Este tipo de situaciones suelen ser frecuentes con el presidente Biden, a quien se le ha escuchado diferentes comentarios equivocados a lo largo de su mandato, pero nunca había ocurrido con la primera persona en la línea de sucesión. Se trata de una abogada e intelectual de carrera brillante, doctorada también en artes.
Los profesionales que apoyan este tipo de soluciones
Más de 11.000 científicos provenientes de 153 países diferentes plantearon en 2017 la posibilidad concreta de reducir la población mundial y cambiar el modo de alimentación para salvar el planeta. Los firmantes publicaron sus opiniones en un artículo de BioScience y enumeraron SEIS grandes medidas que consideran de "urgente" aplicación:
1- Quitar subsidios para los combustibles fósiles y adoptar las energías renovables.
2- Reducir el consumo de carne en la mayor medida posible. Comer alimentos de origen vegetal. Frenar la ganadería y liberar tierras para el cultivo de alimentos más saludables.
3- Reducir las emisiones de contaminantes climáticos de corta duración como el metano y los hidrofluorocarbonos.
4- Restaurar el fitoplancton, los arrecifes de coral, los bosques, las sabanas, los pastizales, los humedales, las turberas, los suelos, los manglares y los pastos marinos.
5- Reducir la extracción excesiva de materiales y la sobreexplotación de los ecosistemas
6- Reducir la población mundial de casi 8000 millones de personas mediante una merma en las tasas de natalidad. Este tipo de política haría que disminuyan los gases de efecto invernadero causados por el ser humano.
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Los que piensan que se trata de mitos
Desde el Fondo de Población de las Naciones Unidas, tienen una visión diametralmente opuesta: "El índice de fecundidad de 2,1 hijos por mujer se ha convertido en una bandera para establecer si en un determinado país nace el número de niños adecuado para garantizar la estabilidad de la población", sostienen.
"Sin embargo, los datos evidencian que la reducción de los índices de natalidad no incidirá necesariamente en una disminución de las emisiones globales de carbono. Los países con las tasas de fertilidad más altas son los que menos contribuyen al calentamiento global, en la medida en que emiten un bajo porcentaje de gases con efecto invernadero. Pese a ello, son los que más sufren sus consecuencias" agregan.
Según las proyecciones de la ONU, se alcanzarán los 10.000 e incluso los 11.000 millones en las próximas décadas. "Sin embargo, antes de que acabe este siglo, la población va a llegar al tope y, probablemente, después comience a disminuir" sostienen sus investigadores quitándole dramatismo a los pronósticos más agoreros.