El mundo no está aprovechando una salida verde a la pandemia, según la ONU
Un nuevo informe detalla que la mayoría de los países no está aprovechando la oportunidad de invertir en políticas resilientes y en utilizar soluciones basadas en la naturaleza (SBN).
El 2020 no solo fue el año de la pandemia de COVID-19, también fue el año de la intensificación del cambio climático: altas temperaturas, inundaciones, sequías, tormentas, incendios forestales e incluso plagas de langostas. Según un nuevo informe de la ONU, el virus afectó seriamente los objetivos climáticos de los países y, hasta ahora, no están pudiendo generar una "salida verde" a la crisis global.
Por un lado, el organismo entiende que los recursos destinados a la planificación, financiación y aplicación de las medidas de adaptación tuvieron que ser redistribuidos para combatir la pandemia, pero, por otro, afirma que, si se aplican correctamente los paquetes de estímulos económicos, podrían propiciar una recuperación con bajas emisiones y más resiliente al clima. Sin embargo, hasta el momento, la mayoría de los países no está aprovechando la oportunidad.
Según su análisis en el último Informe de Adaptación Climática 2020 no se está efectuando correctamente una salida verde a la pandemia. A pesar de que el 72% de los países adoptaron al menos un plan nacional de adaptación climática y un 9% lo está desarrollando, la financiación a los proyectos es insuficiente y eso dificulta enormemente mejorar las condiciones actuales.
Además, sostiene que las soluciones basadas en la naturaleza (SBN) tienen que ocupar un rol fundamental y no está pasando. Esto significaría cuidar a los ecosistemas.
El estudio dividió el análisis en tres ejes:
- estado y progreso de la planificación, financiación y aplicación de las medidas de adaptación a escala mundial;
- planificación, financiación y aplicación de las soluciones basadas en la naturaleza para la adaptación al cambio climático; y
- perspectiva sobre el progreso en materia de adaptación a nivel mundial.
Estado y progreso de la planificación, financiación y aplicación de las medidas de adaptación a escala mundial
Aunque actualmente la adaptación al cambio climático está ampliamente integrada en la planificación y las políticas en todo el mundo, los niveles de compromiso y la calidad de los instrumentos son sumamente diferentes de un país a otro.
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) marca la importancia del apoyo financiero, en especial para los países que son más vulnerables: "Es fundamental contar con financiación adicional a fin de mejorar la planificación y aplicación de las medidas de adaptación y limitar los perjuicios climáticos, especialmente en los países en desarrollo".
Además, dice que, a pesar de que aumentó la financiación disponible para la adaptación al cambio climático, la brecha financiera en materia de adaptación "no está disminuyendo".
A fin de reducir la brecha, el organismo insiste en que es necesario ampliar e incentivar de manera significativa la financiación pública y privada en materia de adaptación. Por otra parte, destaca que la aplicación de las medidas de adaptación se está expandiendo, pero "aún existen pocas pruebas que demuestren la reducción del riesgo climático".
Planificación, financiación y aplicación de las soluciones basadas en la naturaleza para la adaptación al cambio climático
Las soluciones basadas en la naturaleza (SBN) pueden contribuir considerablemente a la adaptación al cambio climático, explica la ONU; no obstante, existen pocos planes concretos, asegura.
"Aunque en los foros suele considerarse que las SBN no están relacionadas con la planificación del cambio climático y a menudo no se las tiene en cuenta a nivel nacional, estas deben incluir enfoques de escala sistémica para poder aprovechar todos sus beneficios potenciales", resalta.
A pesar de los indicios de una mayor financiación para las SBN con beneficios en materia de adaptación, los niveles de financiación siguen siendo bajos.
Las SBN tienen un rol fundamental para la adaptación climática y se utilizan principalmente para lidiar con los peligros de: las zonas costeras, las precipitaciones intensas, el aumento de las temperaturas y la sequía.
La erosión y las inundaciones costeras pueden reducirse principalmente "mediante la restauración o protección de los arrecifes de coral, las praderas submarinas, los humedales costeros, los manglares, las dunas y la vegetación de la playa".
Por su parte, las inundaciones urbanas pueden resolverse por medio de "la creación de espacios urbanos verdes y azules, así como la aplicación de SBN proactivas".
Las crecidas de los ríos, así como los desprendimientos de tierras y la erosión, se pueden evitar con la restauración o protección de las llanuras aluviales y turberas, y el aumento de la vegetación ribereña. Los riesgos relacionados con el calor suelen estar asociados a los entornos urbanos y se gestionan mediante espacios verdes y azules, e infraestructura ecológica, detalla el informe.
Por último, los riesgos relacionados con las sequías a menudo se subsanan mediante la gestión integrada de cuencas hidrográficas y paisajes, así como la reforestación y las prácticas agrícolas climáticamente inteligentes, tales como la "agrosilvicultura y la agroecología".
Perspectiva sobre el progreso en materia de adaptación a escala mundial
En general, el estudio afirma que hay pruebas sólidas de que en el último decenio se realizaron avances en una mayor participación en materia de adaptación a nivel nacional en todo el mundo, pero aún falta una mayor ambición.
"A pesar de las tendencias alentadoras, la escala de los progresos en materia de adaptación alcanzados a nivel nacional es insuficiente y la supervisión de los avances sigue siendo un desafío", concluye.
La situación de la Argentina
Como se pudo observar en los gráficos, en el caso de Argentina, señala que su plan ambiental estuvo "en curso" durante la pandemia, pero que sus contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC) no contaron con soluciones basadas en la naturaleza.
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A fines de 2020, el Gobierno renovó su ambición climática y adelantó que para 2050 el país va a ser neutro en carbono. Sin embargo, aún se desconoce el plan estratégico y de adaptación sobre cómo lo llevará a cabo ya que aseguran que lo están elaborando y que estará listo para la Conferencia de las Partes (COP26) en la Cumbre por la Acción Climática de este año que será en Glasgow, las dos primeras semanas de noviembre.