El Mar Argentino en peligro: cómo es la actividad petrolera offshore que amenaza nuestras aguas
Por Enrique Viale, abogado ambientalista.
Por Enrique Viale, abogado ambientalista.
El 1ro de octubre de 2018, el gobierno del entonces presidente Mauricio Macri llamó a licitación pública internacional para la adjudicación de permisos de exploración hidrocarburífera en las cuencas Austral, Argentina Norte y Malvinas Oeste, pertenecientes a la Plataforma Continental Argentina. El 17 de mayo de 2019, la Secretaría de Energía de la Nación otorgó en concesión 18 áreas por un total de 724 millones de dólares. El total de estas 18 áreas abarca 201.104 km2:
- 100.171 km2 en 14 bloques de la Cuenca Argentina Norte (ubicada frente a las costas de las provincias de Buenos Aires y Río Negro, extendiéndose hasta el Límite Lateral Marítimo entre la Argentina y Uruguay),
- 14.542 km2 en 6 bloques de la Cuenca Austral (ubicada a pocos km. al este de Tierra del Fuego, donde ya existen operaciones offshore de Total Austral, subsidiaria de la petrolera francesa Total) y
- 86.391 km2 en 18 bloques de la Cuenca Malvinas Oeste (ubicada entre los 100 a 400 km mar adentro).
Así se otorgaron permisos de exploración offshore entre 12 empresas extranjeras e YPF, entre las que se encuentran las multinacionales ExxonMobil, Argentina Offshore InvestmentsBv, Qatar Petrolium International Limited, TullowOilPlc, Pluspetrol SA, Wintershall Energía SA, Equinor Argentina SA, Total Austral SA, Eni Argentina Exploración y Explotación SA, Mitsui y Co. Ltd, Tecpetrol SA, Shell Argentina SA y BP ExplorationOperating Company Limited.
Ya cerca del final de su mandato, el 7 de octubre de 2019, el expresidente Macri otorgó en concesión otras cinco áreas, abarcando 27.801 km2 del Mar Argentino.
Del total de 23 áreas, que abarcan 228.905 km2, la empresa YPF participa en solo tres áreas asociadas con la petrolera noruega Equinor (ex Statoil).
Uno de esos bloques de explotación petrolera offshore, denominado CAN 100, cuenta con una superficie equivalente a 75 veces la ciudad de Buenos Aires. Y está justo enfrente de la ciudad de Mar del Plata. En este lugar la empresa petrolera Equinor (Noruega) se asoció con Shell e YPF para la perforación de este bloque, que será el primero de aguas profundas y ultra profundas en el Mar Argentino. De capitales noruegos, esta empresa ha definido estándares para la exploración offshore que ejecuta en su país de origen, que de aplicarse dichos parámetros en nuestro región, la exploración petrolera en el Mar Argentino no podría realizarse. Así, incluso la principal ciudad turística del país, Mar del Plata, también se encuentra en peligro.
Un estudio de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires determinó que de realizarse explotación petrolera en la plataforma argentina, la ocurrencia de derrames es del 100%, y eso incluye derrames de grandes cantidades.
Incluso el sector pesquero argentino se encuentra profundamente preocupado por el impacto ambiental que tienen las actividades hidrocarburíferas offshore en el Mar Argentino donde actualmente se llevan adelante actividades pesqueras y que emplean a miles de personas. Cabe recordar que la petrolera Pan American Energy (subsidiaria de las petroleras británica BP y china China National Offshore Oil Company) en 2009 realizó prospecciones sísmicas en el Golfo San Jorge y a posteriori se evidenció una merma significativa en la captura de merluza durante 16 meses.
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Con este contexto el gobierno nacional convocó recientemente a una Audiencia Pública (N° 1/21) para debatir sobre el Estudio de Impacto Ambiental de la "Campaña de Adquisición Sísmica Offshore en Cuenca Argentina Norte, en las áreas CAN 108, CAN 100 Y CAN 114" que se realizará el próximo jueves 1 de julio de 2020 vía streaming.
Las empresas petroleras utilizan la técnica conocida como exploración sísmica para encontrar petróleo en el fondo marino. Según la organización Greenpeace, que hace mucho tiempo viene monitoreando las actividades sobre el Mar Argentino, las exploraciones sísmicas funcionan efectuando disparos submarinos con cañones de aire que crean ruidos muy fuertes, que provocan un impacto en más de 300.000 km2, una superficie equivalente a toda la provincia de Buenos Aires. Las ondas sonoras de estos disparos viajan al fondo del océano, se reflejan y son captadas por sensores remolcados detrás del buque de exploración. Los datos recolectados se utilizan para crear mapas del fondo marino detallados, que las compañías petroleras usan para determinar las ubicaciones para la perforación.
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Esta práctica es muy dañina para el Mar Argentino ya que impacta sobre su biodiversidad, como la ballena franca austral, el delfín franciscana, orcas, lobos marinos y pingüinos que se encuentran expuestas a la desorientación, cambios en su comportamiento, estrés, discapacidad auditiva, lesiones masivas y hasta la muerte por ahogamiento o varamientos.
Un paso clave: la audiencia pública
Esta audiencia pública es una gran oportunidad formal, pública, abierta y gratuita para que podamos ser escuchados y que sepan que no queremos que la industria petrolera avance sobre el Mar Argentino. Hay tiempo para inscribirse, de manera online, como expositor, hasta el próximo 29 de Junio a las 10. No hace falta ser profesional de la biología o de la ciencia, ni abogado, ni especialista en energía, cada ciudadano puede anotarse y ejercer su derecho a dar una opinión pública para proteger a nuestra naturaleza (de la cual formamos parte, además).
Incluso en términos estrictamente económicos son bastante dudosos sus beneficios. Por la Ley 27.007 (que modifica la Ley 17.319) la producción proveniente de concesiones hidrocarburíferas offshore cuentan con la libre disponibilidad del 60% de las divisas generadas en la explotación de las mismas y una reducción del 50% de las regalías a pagarse. Esto significa que con una inversión de solo 982 millones de dólares (menos del 0,4% de las divisas que generarían estas concesiones hasta el año 2035), las petroleras, mayoritariamente transnacionales, tendrían libre disponibilidad de más 150.000 millones de dólares hasta el año 2035. Asimismo, por esta misma ley, las concesiones offshore son a 30 años, con opción a extensión por 10 años más, por lo que durante ese período las petroleras extranjeras dispondrían libremente de 300.000 millones de dólares que jamás ingresarían al país.
Lo cierto es que a nivel global la disponibilidad de energía abundante -basada en la quema de combustibles fósiles (carbón, gas y petróleo)- se halla en franco retroceso, y el acceso a las reservas que todavía guarda el planeta en sus entrañas más profundas (energías extremas) es mucho más costoso en términos económicos y conlleva daños ambientales irreversibles. Esto significa que, sea por la vía del agotamiento o por la vía de la crisis ecológica, o casi con seguridad por la confluencia de ambas, la humanidad debe encarar una transición que implique el abandono de las energías sucias y contaminantes en pos de otras renovables y verdaderamente sustentables. Entonces no podemos dejar de destacar lo que significa la ampliación de la frontera hidrocarburífera sobre el mar argentino en el marco de un colapso ecológico y climático como el que sufre el planeta. No sólo por lo que encarna en términos de aportes contaminantes al cambio climático global sino por la existencia acuerdos internacionales (como el Acuerdo de París) donde los combustibles fósiles tienen los días contados y que transforman a estos yacimientos en lo que se denominan "activos obsoletos".
¿Vale la pena poner en riesgo al Mar Argentino y su biodiversidad, a las playas del principal centro turístico y de recreación del país, todo ello para la búsqueda de hidrocarburos que se encuentran en retirada en todo el planeta?
Creemos que no, que es el momento que la Argentina inicie una verdadera transición socioecológica, una salida ordenada y progresiva del modelo energético fosilista y extractivista que predomina. Pero debe hacerlo a través de una transición justa, que genere muchos puestos de trabajo, sustituyendo importaciones y que procure la diversificación de la matriz energética. Para ello hay que potenciar las energías limpias y renovables en el cual la desconcentración y la descentralización son condiciones necesarias para democratizar los sistemas de acceso y distribución del sistema energético. Ampliar la frontera hidrocarburífera sobre el Mar Argentino es exactamente el camino opuesto a cualquier transición.
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Podés inscribirte para participar de la audiencia pública acá. Si necesitás una guía para hacerlo, mirá acá.