A casi dos años del inicio de la pandemia, la pregunta sigue en pie: ¿Zoonosis o experimento de laboratorio?
Aunque hasta ahora, la hipótesis considerada más probable es la de que el covid-19 tenga un origen animal, la ONU y otros referentes como Biden, señalan que se necesita tener acceso "a todos los datos" con el fin de prevenir amenazas sanitarias mundiales en el futuro.
Los primeros casos de Covid 19 fueron diagnosticados en la ciudad china de Wuhan a principios de diciembre de 2019, de acuerdo a la información suministrada por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Los datos surgieron de análisis de aguas residuales y de tests de muestras sanguíneas a posteriori del comienzo de la pandemia. Sin embargo, hasta ahora, aunque la hipótesis más probable sea de que el virus tiene un origen animal, la OMS aclara que necesita tener acceso "a todos los datos" para asegurarse de que no haya salido de un laboratorio, con el fin de prevenir amenazas sanitarias mundiales en el futuro.
La enorme mayoría de los científicos está de acuerdo en que la enfermedad tiene un origen animal. Sin embargo, la sospecha de que pudo haber salido accidentalmente de un laboratorio en Wuhan está más fuerte que nunca por algunos indicios. Por otro lado, existen grupos que creen la teoría "conspirativa" de que "China lo hizo a propósito" ya sea por desconfianza o por intereses geopolíticos.
Mientras, las cifras relacionadas con la enfermedad no paran de crecer: más de 200 millones de enfermos y más de cuatro millones de personas fallecidas.
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Todo indica que el origen del virus se halla en el murciélago pero es poco probable que los quirópteros lo pasaran directamente al hombre por lo que queda por determinar cuál fue el animal intermediario.
La OMS apunta a especies de animales que se vendían en los mercados de ejemplares silvestres. Pero, ¿es sencillo conocer el origen de una enfermedad tan extendida? A veces, es imposible determinarlo. Fue lo que ocurrió con el Ébola, por ejemplo.
Consultada por Carbono.news, la doctora Eleonora Cunto, jefa de Terapia Intensiva del Hospital Muñiz, el principal centro asistencial dedicado a la infectología en Argentina, fue categórica:
"Se trata sin dudas de una zoonosis. Una enfermedad infecciosa transmitida naturalmente desde vertebrados a humanos. El coronavirus derivó de un animal en otro hasta afectarnos. Esta es la información que tenemos hasta el momento. Yo hablo siempre en tiempo presente".
Por su parte, la prestigiosa científica Elena Obieta, jefa de infectología del Hospital de Boulogne, San Isidro, tuvo expresiones coincidentes en diálogo con este portal:
"A casi dos años del inicio, podemos asegurar que estamos frente a una zoonosis. Las mismas especulaciones conspirativas habían aparecido en su momento en vano cuando irrumpió el VIH, causante del Síndrome de Inmuno Deficiencia Adquirida. No creo en las teorías de experimentos alocados. Nos falta aún determinar el agente intermediario que llevó el virus hasta la gente en todo el mundo. Si uno ve lo que se hace con determinados animales vivos en algunos mercados chinos llega a la conclusión de que es posible que allí estuviera el origen de todo. Las graves modificaciones del ecosistema de algunas especies exóticas resulta determinante para acortar las barreras habituales".
La hipótesis del laboratorio
El ex presidente estadounidense, Donald Trump, aseguró en los albores de la primera ola de la pandemia que el virus había podido escaparse accidentalmente de un laboratorio especializado en coronavirus de Wuhan. Y, ahora, el presidente Joe Biden también tiene la misma sospecha. Por eso, este año envió a especialistas a hacer una investigación, pero su resultado no fue concluyente.
La negativa de la República Popular a permitir una investigación independiente en sus laboratorios multiplica las dudas. Además, llama mucho la atención que China ocupe el lugar número 108 en cantidad de contagiados (poco más de cien mil) teniendo una población de 1300 millones de habitantes, muchos de los cuáles viven cerca del epicentro donde se generó la crisis.
El laboratorio de Wuhan es un laboratorio de "bioseguridad". Esto quiere decir que se ocupa de investigar "agentes infecciosos" para controlar y prevenir enfermedades. Según la peligrosidad de los patógenos, a cada instituto se le asigna un número del 1 al 4, siendo este último el más peligroso y es justo el que caracteriza al de Wuhan, como a otros 49 laboratorios en el mundo. En estos lugares, se utilizan técnicas de "ganancia de función", es decir, alteran las características de un virus, haciéndolo más peligroso para estudiarlo y buscarle curas.
Por eso, la ONU quiere continuar con la investigación con especialistas de todo el mundo para encontrar el origen del virus y aclaró que no es "un ejercicio de atribución de culpas", sino algo necesario para el cuidado de los seres humanos.
Para la agencia, el estudio tendría que incluir "un examen más profundo de los datos brutos de los primeros casos", junto con el suero sanguíneo de personas potencialmente infectadas en 2019, antes de que el brote de coronavirus fuera declarado pandemia.
Hasta ahora, señaló que se compartieron los datos de "una serie de países", entre ellos, Italia, que informó del hallazgo del virus en muestras de sangre tomadas en 2019.
"Compartir los datos en bruto y dar permiso para volver a analizar las muestras en laboratorios fuera de Italia refleja la solidaridad científica en su mejor momento y no es diferente de lo que pedimos a todos los países, incluida China: apoyar para que podamos avanzar en los estudios de los orígenes de forma rápida y eficaz", asegura la OMS, antes de reiterar que el acceso a los datos es "de importancia crítica para la evolución de nuestra comprensión de la ciencia y no debe ser politizado de ninguna manera".
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Posiblemente, la voz más autorizada para cuestionar el accionar de los científicos asiáticos sea Derrick Rossi, fundador del laboratorio Moderna, donde se fabricaron ya cientos de millones de vacunas para detener este mal:
"Es un hecho que un laboratorio en Wuhan trabajaba con el Covid. Yo estoy convencido de que salió de allí, que se les escapó de las manos. No creo que haya sido deliberado, simplemente estaban estudiándolo y hubo un accidente. China lo niega, claro, pero es la explicación que veo más lógica", subrayó el investigador quién apunta como responsable directo al Instituto de Virología de Wuhan.
Sea cual sea el origen hay dos temas fundamentales a tratar: ¿Qué tan éticos, seguros y útiles resultan los laboratorios de bioseguridad que crean virus más poderosos con potencial pandémico? Y, por otro lado, la pérdida de biodiversidad a nivel global y el aumento de la temperatura del planeta por las emisiones de gases de efecto invernadero que fueron detalladas en el último informe del IPCC son hechos alarmantes para la calidad de vida humana en el planeta más allá de que este virus haya sido o no de zoonótico. Quizás, habría que dejar de jugar con fuego.