Hidrógeno Verde en la Patagonia: tres dudas sobre los sonoros anuncios
Si se concreta la construcción de la planta de generación de este tipo de energía sería la inversión más grande de los últimos 20 años en el país, pero... ¿qué beneficios obtendría la Argentina?
En el marco de la COP26 que se está desarrollando en Glasgow, se produjo por parte del gobierno argentino la noticia sobre una futura inversión por 8.400 millones de dólares para la construcción de una planta de generación de "hidrógeno verde" en la provincia de Río Negro.
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En el caso de concretarse, se trataría de la inversión más importante para nuestro país en las últimas dos décadas y se generarían miles de puestos de trabajo de manera directa e indirecta en la Patagonia.
Pero, "cuando la limosna es grande..." las dudas se agigantan.
El hidrógeno, más que una fuente de energía, es un gran vector de almacenamiento y su desarrollo está íntimamente ligado a los cursos de agua.
Tiene gran capacidad de combustión y se halla presente de forma abundante en nuestro entorno. La forma más habitual de encontrarlo es ligada a átomos de oxígeno en la fórmula H2O, la del agua.
Separar oxígeno del hidrógeno es algo que la humanidad aprendió a hacer hace mucho tiempo.
El proceso de electrólisis fue descubierto en 1800 por el químico inglés William Nicholson y permite romper la molécula con el fin de liberar oxígeno e hidrógeno por separado.
Sin embargo, romper los potentes enlaces que atan los átomos de esta vital molécula exige energía. Hay que invertir una gran cantidad de ella (y también mucho dinero) para liberar al hidrógeno que luego podría servir como combustible y alimentar motores de combustión.
Por el momento, es un sistema poco eficiente a menos de que dispongamos de una cantidad inusitada de gigavatios para acelerar el proceso.
Veamos al menos tres incógnitas que se han abierto:
1-El empresario multimillonario australiano detrás del emprendimiento, Andrew Forrest, viene de protagonizar controvertidas capitalizaciones en África. La minera que conduce, Fortescue, enarbola en la República Democrática del Congo un proyecto denominado Grand Inga para el desarrollo de centrales hidroeléctricas que generarían hasta 40 gigavatios. Demandarían un gasto de 80 mil millones de dólares y duplicarían al complejo de las Tres Gargantas de China que es el más grande del mundo. Las grandes represas suelen ser una empresa descabellada ya que causan estragos en la fauna y en la calidad del agua y del suelo, afectando más temprano que tarde a la agricultura.
2-Forrest, también conocido como Twiggy, no buscaría el desarrollo del continente africano sino transformar esa electricidad en hidrógeno para luego enviarlo a Europa. Una suerte de "colonialismo sustentable" si existiera tal expresión.
3-¿Por qué dejar que una sola empresa use nuestros bienes naturales y que la inversión se focalice en una sola provincia? ¿Cómo impactará?
Consultada por Carbono.news, la diputada nacional del radicalismo mendocino (Juntos por el Cambio), integrante de la Comisión de Energía, Jimena Latorre, fue muy clara:
"¿De dónde van a sacar la electricidad que necesitan para este tipo de plantas? Se trata de un proyecto 100% exportador que no contribuirá a mejorar la matriz argentina para hacerla más sustentable. No quedarían inversiones en nuestro país. Para sus energías renovables utilizarían nuestro territorio y nuestra agua. Espero no tener razón pero creo que les estaríamos alquilando nuestros recursos a un emprendimiento que no volcaría su producción al sistema interconectado. El hidrógeno no sería para el mercado local. No estoy en contra de este sistema renovable, solamente me pregunto: ¿Por qué para una sola empresa? ¿Por qué en una sola provincia? Queremos una ley de promoción del hidrógeno para todos los estados subnacionales de Argentina".