Chile es el país en desarrollo que más rápido está abandonando el carbón gracias a un impuesto novedoso
Hace 10 años, el vecino país producía la mitad de su electricidad a partir de carbón.
Actualmente, el uso de carbón para la generación eléctrica en Chile no llega al 16% y planean cerrar para 2030 todas sus centrales de este tipo, las más contaminantes.
¿Cómo lo lograron desprenderse de minerales que parecían imprescindibles como la hulla, el lignito, la turba, la antracita o el coque? Los movimientos ambientalistas fueron claves para que se promulgara una ley que estableció un fuerte gravamen para quien produjera fluido eléctrico a partir de este tipo de fuente. Eso disparó la instalación de energía eólica y solar en todo el larguísimo territorio.
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Esta nación, una de las más australes del mundo, está dejando de quemar combustibles fósiles a un ritmo frenético, ya que las renovables suman ahora el 67% del parque eléctrico total.
Como ocurre en Río Turbio, Santa Cruz, la Patagonia trasandina también tiene extensas minas carboníferas que fueron clave para soportar en el último siglo las bajísimas temperaturas de la Patagonia. También, para desarrollar una incipiente industria local. A partir de 2014, el gobierno nacional con sede en Santiago incorporó nuevos estándares de emisiones que encarecieron la construcción de plantas de carbón en un 30%. Una vez operativas, estas centrales tenían que pagar también una alta tasa por su actividad contaminante.
Rápidamente, los gobernantes chilenos convirtieron a este tipo de generadoras en un negocio ruinoso. Entonces, las renovables pasaron a ser una alternativa rentable y tentadora.
En 2022, las autoridades del Palacio de la Moneda tuvieron que gastar alrededor del 1% de su PBI en subsidios a los combustibles fósiles para estabilizar el precio de la factura de la luz y garantizar la veloz transición.
A comienzos de 2025, los costos ya se han nivelado merced a parques eólicos y solares que operan de forma mucho más barata.
Como ejemplo, basta decir que en el Estrecho de Magallanes los vecinos de Punta Arenas tienen una concentración notable de aerogeneradores que abastecen toda esa región separada del continente. También, producen hidrógeno verde para la exportación, ya que les sobra el agua y energía.
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Esta historia se podría replicar en otras partes del mundo, especialmente, en el Sur de Argentina. Para 2030, las renovables representarán en Chile entre un 80 y un 90% del mix energético y el carbón habrá pasado a la historia.