California y Texas tienen modelos socio-económicos antagónicos, pero comparten su pasión por las energías renovables
Decir que la energía fósil es barata y la renovable costosa era cierto hace veinte o treinta años. Dos de los más importantes distritos de Estados Unidos están logrando suplir su demanda energética con fuentes verdes y poco onerosas.
California y Texas están entre los más poblados de Estados Unidos. El llamado "Golden State" tiene 39 millones de habitantes mientras que el "estado de la estrella solitaria" cuenta con 29 millones de personas.
Para muchos, ambos anticipan cómo será la superpotencia mundial en 2050, ya que cada uno cuenta actualmente con un 40% de latinos en su demografía.
Sin embargo, en la práctica, son como el agua y el aceite. Sus idiosincrasias son completamente diferentes.
En California:
ganan casi siempre los candidatos demócratas;
las políticas sociales son progresistas e inclusivas;
pregonan una sociedad igualitaria con abierta tolerancia a las minorías sexuales;
se promueve la laxitud en el consumo de drogas blandas;
hay una fuerte participación de la administración estatal en la vida pública;
cada ciudadano paga unos once mil dólares anuales en impuestos;
los ingresos están muy concentrados, el 1% de los millonarios contribuye al erario local con el 30% de los fondos;
se encuentra la sede de la creatividad nacional y mundial: Netflix, Disney Channel, Dreamworks, Fox, Hewlett Packard, Instagram, Facebook, Pixar, Tesla Motors, Universal Studios, Google y Apple (la empresa más valiosa del mundo).
En Texas, mientras tanto, el panorama es bastante diferente:
triunfan invariablemente los aspirantes republicanos;
hay patrullas compuestas por civiles que "cazan" inmigrantes ilegales y los entregan a Migraciones;
abundan los conservadores y aislacionistas, al punto que proponen el Texit (la separación de EEUU);
se promueve que los gobiernos se metan lo menos posible en la economía;
los individuos están desgravados a nivel personal de los tributos;
las cargas impositivas son hasta un 40% menores a las californianas: 7000 dólares por persona por año;
en la tabla de presión fiscal, Texas se halla en el puesto 40 entre el medio centenar de estrellas nacionales;
el valor final de una casa es igual al costo de su construcción, ya que las regulaciones son mínimas;
el salario anual promedio de los residentes supera los cincuenta mil dólares, uno de los mejores del país;
existen las mejores prestaciones sanitarias a nivel privado, de acuerdo a informes de Business Insider y la Oficina de Estadísticas Laborales.
Por todo lo expuesto, queda claro que ambas cosmovisiones son casi antagónicas, pero coinciden en algo: su pasión por descarbonizar sus propias geografías.
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Paneles solares para todos y todas
La California Building Standards Commission (CBSC) implementó el llamado Green Building Standards Code (Código verde de construcción) y aprobó, en plena pandemia, que todas las casas nuevas construidas en el Golden State incluyan, obligatoriamente, paneles solares. Es sumamente importante si se considera que California es la quinta economía del mundo, si se considera como un estado separado de la Unión.
La flamante normativa incluye un incentivo para que los propietarios agreguen, además, una batería de alta capacidad a su sistema eléctrico. La medida espera ayudar a cumplir con el objetivo del estado de reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero y extraer casi toda su demanda energética de las fuentes renovables. La reglamentación rige para casas unifamiliares y edificios multifamiliares de hasta tres pisos. Todos deben obedecer el nuevo estándar solar.
Consultada por Carbono.news, Roxana Yagía, quien desde hace 28 años trabaja como constructora en Los Ángeles, explicó: "Las propiedades a estrenar deben contemplar la autogeneración. Para las usadas, te ofrecen créditos a pagar en 30 años para que coloques paneles. Se pagan apenas 70 dólares por mes pero luego esa cantidad seguramente te la ahorras en la cuenta de luz. Aquí hay una gran conciencia ecológica debido a que tenemos una gran restricción en el consumo de agua. Este año, apenas podemos usarla dos veces por semana para riego. El cambio climático es algo real".
Del petróleo a los aerogeneradores
Los hidrocarburos siguen representando la mayor exportación regional de Texas, pero los componentes avanzados de computadoras y maquinarias ya suman la mitad del total de sus ventas al exterior.
En buena medida, pueden exportar el "oro negro" porque la energía eólica ya es la segunda fuente de electricidad a nivel local, superando así al carbón desde hace cuatro años.
El costo de los generadores eólicos ha disminuido de forma progresiva en las últimas décadas, haciendo así la tecnología más atractiva para los inversores.
Reporteado por Carbono.news, el médico rural Carlos Moisés Ávila, residente desde hace ocho años en Houston, detalló: "Texas ya tiene 25.000 trabajos relacionados con la energía eólica y más de un 25% de las turbinas de viento de todo el país. Son imprescindibles para los campos, donde no hay tendido eléctrico suficiente. Aquí existen lo que se llama "granjas de viento", ya que los dueños de las tierras las alquilan a las compañías y logran una fuente adicional de ingresos. En la práctica, es mejor tener pocas turbinas grandes que muchas pequeñas, ya que a nivel superficie hay muchos obstáculos y por ello el aire no circula con tanta velocidad".
Cambian las ecuaciones
La noción de que la energía fósil es económica y la renovable es costosa era cierta hace veinte o treinta años.
Los californianos consiguen refrigerar y calefaccionar sus hogares de forma casi gratuita. Por otra parte, algunas de las granjas de viento texanas producen electricidad por menos de dos centavos de dólar por kilovatio-hora, mientras que la electricidad que proviene del carbón cuesta entre 3 y 4 centavos por kWh.