Las dos caras de Australia: inédito éxito económico y récord mundial de contaminación ambiental per cápita
El mayor exportador de carbón del mundo, combustible fósil altamente contaminante, no piensa renunciar a su fuente de ingresos, aunque esto ponga en peligro al planeta.
¿Qué tipo de logros ostentan los llamados "aussies" en las últimas décadas y qué costos ambientales debieron pagar?
Con una superficie de 7,7 millones de kilómetros cuadrados, Australia es el sexto país más extenso del mundo (dos veces y media la República Argentina). Durante mucho tiempo, ambos países tuvieron una población similar, pero, actualmente, apenas sobrepasa los 25 millones de habitantes, mientras que Argentina cuenta con más de 47 millones de personas.
Tiene un Producto Bruto Interno cercano a los 1,5 billones de dólares (el triple de Argentina), según cifras del Banco Mundial. Su PBI per cápita se ubica en 57 mil dólares por año (Argentina está en, apenas, 9 mil dólares) y exporta 300 mil millones de dólares anuales, lo que triplica los mejores años argentinos.
Como contrapartida, se ha convertido en el principal causante del efecto invernadero si se miden las emisiones por habitante. Su industria de extracción de combustibles fósiles motiva a que esta nación-continente contribuya en un 5 % al total mundial de la contaminación climática, si se suman las emisiones de gases a nivel doméstico que provocan el efecto invernadero (1,4 %) y las exportaciones de gas, combustibles y carbón (3,6 %).
La mala noticia es que esta cifra se triplicaría en poco más de una década por el impacto que causará pronto el plan para explotar la mina de carbón más grande del mundo, en el estado Queensland (al noroeste).
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Con las expansiones previstas, en los años venideros, sería responsable del 17 por ciento de las emisiones globales para 2030, según un estudio de la Fundación Australiana de Conservación.
Se suma a este preocupante dato un trabajo reciente de Climate Analytics que ubica a Australia junto a Rusia en el quinto puesto de los principales contaminadores a nivel mundial, solamente por detrás de India, la Unión Europea, Estados Unidos y China.
Cabe destacar que se trata de una geografía muy vulnerable al calentamiento global, como quedó demostrado en los recientes y devastadores incendios cuyas cenizas atravesaron medio globo terráqueo y arribaron hasta Argentina.
Una de cal
Los australianos llevan 30 años sin entrar en recesión. En otras palabras, durante tres décadas, no han experimentado nunca dos o más trimestres consecutivos con números negativos. Se trata de un hito insólito entre las economías desarrolladas y maduras, acostumbradas a transitar verdaderas montañas rusas en sus marcados ciclos económicos expansivos y retractivos. Casi nunca pasan con rapidez de la euforia a la depresión.
Los 30 años de crecimiento y estabilidad económica solamente se vieron afectados en 2020, debido al Covid. Tras la pandemia, la actividad se normalizó y la tasa de desempleo descendió hasta mínimos históricos: apenas un cuatro por ciento.
Una de arena
Hace ocho años, un gobierno conservador abolió el impuesto a las emisiones de Carbono, abandonando casi por completo su lucha contra el efecto invernadero. La Cámara Alta derogó con 39 votos a favor y 32 en contra la medida impuesta por el anterior gobierno laborista que obligaba a las principales empresas contaminantes a pagar 23 dólares locales por tonelada de dióxido de carbono emitida.
El Gobierno del conservador Tony Abbott hizo de la cancelación de este gravamen una de las puntas de lanza de su campaña electoral logrando el apoyo del lobby del carbón. "Hemos eliminado hoy el mayor impuesto al Carbono del mundo", se jactó Abbott en 2014.
La derogación del impuesto favoreció a unas 350 grandes empresas, pero supuso también un recorte del presupuesto nacional de unos mil quinientos millones de dólares por año.
Se avecina el final de una época
Consultado por Carbono.news, el ex secretario de Energía de la Nación y ex presidente de YPF, Daniel Montamat, explicó que pronto veremos cómo la transformación de los paradigmas golpeará especialmente a la minería del carbón: "Este mineral fue la fuente dominante en el siglo XIX y hasta mediados del siglo XX. Todavía es la principal en generación de electricidad en el mundo: 40%. Para dimensionar sus negocios, basta recordar que la minería del carbón genera ingresos por más de 400 mil millones de dólares al año. En la próxima década, el gas natural va a desplazarlo como segunda fuente de energía primaria. La transformación de la matriz inducirá a un cambio en este tipo de actividades. Los minerales del futuro no serán particularmente contaminantes. El cobre, el litio, el grafito, el cobalto, el níquel y los minerales raros, entre otros, tendrán un revival productivo para satisfacer el crecimiento sostenido del parque de vehículos eléctricos, paneles solares, molinos eólicos, baterías de almacenamiento, redes de transmisión, electrolizadores y celdas de combustibles".