Este prototipo de KLM podría cambiar la forma de los aviones para siempre
Tiene forma de ala delta e integra la cabina, el área de carga y los tanques de combustible con las alas.
Las empresas aeronáuticas se han dado cuenta que un mejor consumo de combustible no solo beneficia al ambiente sino también a las finanzas de compañías, que se mueven en un mercado extremadamente competitivo.
Por ello, la línea holandesa KLM, junto a la Universidad Tecnológica de Delft, generó un nuevo modelo que podría cambiar en los próximos años para siempre la imagen de los aviones de pasajeros.
Se trata del Flying-V, una aeronave futurista de largas distancias que cuenta con un revolucionario diseño en forma de ala delta que integra la cabina, el área de carga y los tanques de combustible, con las alas, creando una imagen que recuerda a las grandes máquinas voladoras de las series de ciencia-ficción.
Esta nueva forma aerodinámica reducirá notablemente el peso de la nave, lo que permitirá un ahorro del 20% en el consumo de combustible en comparación con los Airbus 350, el modelo más avanzado de la actualidad.
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Pese a su original diseño, el avión tiene la misma envergadura que sus competidores (65 metros de largo) por lo que podrá trasladar también a más de 300 personas y logrará un volumen de carga de 160 metros cúbicos.
El Flying-V tendrá menor superficie de resistencia al aire cuando vuele. Eso significa que precisará menos combustible para cubrir la misma distancia que una nave de diseño tradicional.
En la próxima década los pasajeros podrán viajar en las alas de las aeronaves, una sensación impensada que cambiará para siempre la forma de apreciar la Tierra desde las alturas.
Este pionero en la sostenibilidad tiene un objetivo muy ambicoso: dentro de algunos años podría transformarse en el primer avión comercial libre de emisiones de gases tóxicos.
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La compañía holandesa tiene una amplia tradición en cuidado del ambiente. En 2011 operó su primer vuelo comercial con biocombustible, y anunció que desde 2022 fabricará en Ámsterdam su propia nafta ecológica.
En los Países Bajos están tratando de demostrar que sustentabilidad y mayores ganancias monetarias están lejos de colisionar. Por el contrario, pueden potenciarse.