¿Turismo del futuro y sin contaminación? El boom de los viajes sin traslado
Con realidad virtual se puede conocer las ciudades más importantes del mundo y recorrer sus principales atractivos.
Para las nuevas generaciones, acostumbradas a vivir "pegadas" varias horas a pantallas de celulares, tablets, laptops, PC o pantallas de plasma, no resulta descabellado invertir tiempo y dinero en un tour virtual por las ciudades más bellas del mundo.
Los viajes a través de la llamada realidad virtual tomaron impulso en el extremo oriente.
¿Es un plan B para este paréntesis obligado que sufre la humanidad a raíz de la pandemia de Covid-19 o se trata de un nuevo modo de conocer el mundo que llegó para quedarse?
Una compañía japonesa llamada First Airlines ofrece la experiencia completa: viajes, excursiones y degustación de comidas autóctonas a bordo de una cabina de avión que no se mueve del lugar.
La crisis sanitaria afectó de manera fatal a una industria muy dinámica, acostumbrada a mover cientos de miles de millones de dólares por año.
Por ello, algunas empresas de la "industria sin chimeneas" han decidido invertir en esta novedad donde no existen los controles de equipaje, las burocracias administrativas, las aduanas ni los tests para detectar el coronavirus.
Los "viajes" se realizan en una cabina de avión simulada y los clientes pueden elegir asientos reclinables y cómodos en primera clase o clase ejecutiva, donde la distancia entre las filas es mucho más grande que la de una aeronave real.
Con pantallas planas que muestran vistas exteriores de aeronaves, incluidas las nubes que son atravesadas, todos se preparan para una experiencia inédita.
Todo comienza con un "despegue" donde el habitáculo se mueve e inclina hacia arriba simulando una elevación.
A través de gafas de VR (Virtual Reality) con visión de 360 grados se puede disfrutar del periplo y hacer recorridos inmersivos por entre 58 y 75 euros.
Se pueden planificar las excursiones a los lugares más emblemáticos de cada capital y hasta degustar comidas y bebidas típicas de cada destino.
Un grupo de azafatas ataviadas con trajes similares a los que utilizan las aerolíneas reales están a cargo del servicio.
El trayecto simulado dura dos horas y se puede escoger visitar ciudades como París, Roma o Nueva York. Entre las posibilidades que ofrece la aerolínea japonesa se encuentra la de visitar los monumentos más emblemáticos del destino elegido.
La Fontana di Trevi, la torre Eiffel y la Estatua de la Libertad estarán en apariencia a pocos metros de los viajeros, brillarán con todo su esplendor.
Todo ocurre mientras en las bandejas individuales se sirven crepes parisinos, espaguetis italianos o desayunos americanos que incluyen panceta frita, huevos revueltos y tortillas. Se pueden descubrir las diferentes culturas a través de la gastronomía local.
Todo se lleva adelante sin riesgos, sin colas e interminables esperas. Sin las aglomeraciones recurrentes de los aeropuertos.
La experiencia nipona aún no ha llegado a América, pero solamente es cuestión de meses para que esto ocurra, ya que el éxito de este tipo de iniciativas podría extenderse mucho más allá de la cuarentena.
Las impresiones son tan realistas que muchos de los pasajeros quedan convencidos de que luego de este tour virtual conocieron en profundidad cada una de las urbes alcanzadas.
Una industria golpeada
La aerolínea más grande del país, ANA Holdings, estimó que la caída en sus ventas superó el 90% de los tickets cuando se dio el pico del aislamiento local.
Por su parte, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) predijo que el número mundial de pasajeros tardaría hasta 2024 en recuperarse y alcanzar nuevamente los niveles previos a la pandemia.
Mientras tanto, la chance de los "viajes sin traslado" tendrá la oportunidad de consolidarse durante los tres años venideros.
Es más barato, más seguro, menos contaminante y menos estresante. Se trata de una experiencia similar a concurrir a un cine durante 120 minutos. Incluso, algunos centros comerciales de Tokio comenzaron a agregar esta posibilidad junto a las salas tradicionales donde se disfruta del séptimo arte.
