Construcción reciclada: cómo convierten colillas viejas en ladrillos
"Proyecto reciclemos" lleva adelante varias iniciativas de reutilización en todo el país.
Una colilla de cigarrillo tarda alrededor de cinco años en degradarse. Sus filtros están compuestos de plásticos y, por lo tanto, no son biodegradables. Esto convierte al cigarrillo no solo en un enemigo para la salud humana por las enfermedades que ocasiona, sino también, en un depredador del ambiente.
La empresa mendocina "Proyecto reciclemos" decidió, por este motivo, reciclar las colillas y, a través de un proceso biotecnológico en laboratorio mediante la biorremediación, transformarlas en un biopolímero aislante que llamaron "Cigapol" y que utilizan para producir ladrillos ecológicos llamados "Cigabrick", para la construcción.
"El desarrollo de nuestro biopolímero no genera contaminación ni residuos tóxicos ya que el tratamiento que aplicamos a las colillas es de transformación y no de limpieza, sanitización o incineración. Cerramos 100% el ciclo construyendo productos útiles para la comunidad", aseguran.
En la parte final del proceso, le inyectan "un grupo de distintos microorganismos que se alimentan de la toxicidad".
"Proyecto reciclemos" tiene varias iniciativas y proyectos, tanto para ciudadanos como para municipios y gobiernos.
En el sector público, se unen con el gobierno para habilitar programas municipales para remover las colillas de cigarrillos de las calles y reciclarlas. Hasta ahora, sus municipios asociados son la ciudad de Mendoza y Godoy Cruz. También, tienen un proyecto en marcha en Neuquén.
Para cualquier persona que quiera sumarse a colaborar, cuentan con una "Red de embajadores voluntarios" y "Puntos de recepción de colillas de cigarrillos" además de sus ceniceros exteriores.
Además, desde la empresa difunden una petición en Change.org para que las tabacaleras reciclen las colillas y los residuos en la producción de filtros.