Pinamar 2022: del boom de turistas y desechos en las playas, al boom del reciclaje
Gracias a la Municipalidad y a la cooperativa Reciclando Conciencia, esta ciudad es cada vez más sustentable: plantas nativas, construcciones más amigables con el ambiente y menos plástico en el mar. Un gran logro: la reinserción en la cadena de valor del telgopor, un material tan difícil de ser aceptado por las empresas.
Se estima que la ciudad de Pinamar que durante el año no tiene más de 50.000 habitantes, en la primera quincena de enero de 2022 albergó una población de casi 300 mil personas. Las plazas en los transportes de larga distancia y las camas hoteleras fueron ocupadas en un 100%.
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Esta "invasión" que se produjo en los balnearios locales puso en guardia a la Municipalidad local y a la cooperativa Reciclando Conciencia que reúne los residuos acumulados en un centenar de puntos de depósito en las cotizadas arenas.
"Pasamos de 5.000 kilos por día de residuos recuperados a principios de 2021, a unos 8.000 kilos diarios en 2022. Es 60% más que el año anterior. Los galpones de almacenamiento están desbordados", dijo a Carbono.news Marilin Minhot, integrante del equipo reciclador.
"Para dimensionar la magnitud de las tareas de recuperación, basta con contar que en 2014, hace ocho años, apenas rescatábamos 70 kilos por día. Hoy superamos más de 100 veces esos guarismos iniciales. Empezamos con apenas siete empleados y hoy ya somos 36. El éxito tiene que ver, también, con la toma de conciencia por parte del turista, quien lleva algo a la playa, luego retira sus propios desperdicios, y los arroja en un cesto que clasifica los desechos. En más de una ocasión, el bañista quita de la arena la basura que abandonaron otros visitantes de modo desaprensivo", explicó Marilin.
Reciclando Conciencia tiene una relación directa con el municipio de Pinamar. Los cooperativistas se hacen cargo de la planta de selección y transferencia de residuos para su posterior recuperación. Tienen 100 islas de acopio repartidas por las calles de las localidades de Pinamar, Valeria del Mar, Cariló y Ostende.
Entre lo recolectado hay un 60% de plástico (bolsas, nylon y botellas), 20% de material de pesca (sogas, cuerdas y redes), 10% de vidrio (principalmente botellas) y el 10% restante son metales. Gracias a dos molinos trituradores de plástico, pueden clasificar unos 500 kilos de residuos por hora y procesar hasta 14 toneladas por día. Con el producto obtenido, generan placas para construir maceteros, cuchas para perros y cestos de basura.
Todos los residuos deben limpiarse y secarse antes de ser depositados en las islas ambientales. Es importante aplastar las botellas, las latas y doblar los cartones para optimizar el sitio a ocupar en los contenedores.
En la sede de la cooperativa, también se aceptan otros productos más voluminosos, como aparatos electrónicos y eléctricos, neumáticos, muebles en desuso, y chatarra en general.
Ladrillos reciclados a base de telgopor
Junto al Centro Experimental de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU), perteneciente a la Universidad de Buenos Aires, Reciclando Conciencia está desarrollando los primeros eco-ladrillos elaborados a partir del telgopor post consumo.
El telgopor se genera en grandes volúmenes y posee un alto poder de contaminación en los basurales. Para colmo, no tiene un circuito comercial sostenible y su tratamiento es costoso.
Para la producción de los bloques, primero se lo muele, luego se lo mezcla con cemento y aditivos y, finalmente, se lo coloca en moldes. Los ladrillos obtenidos son un 40% más livianos que los tradicionales y poseen una alta capacidad de aislación térmica y acústica que optimizan el consumo de energía.
Se trata de materiales que serán utilizados en la construcción de las viviendas de algunos de los propios integrantes de la organización. La cooperativa quiere concretar el sueño de transformar los desechos irrecuperables en futuras viviendas sostenibles.
Respira Pinamar: paisajes nativos y recuperación de médanos
Samanta Anguiano, la secretaria de Paisaje y Medio Ambiente de Pinamar, contó que la iniciativa de Respira Pinamar es una propuesta que "afianza el concepto fundacional de Ciudad Jardín", uniendo arte y naturaleza. "Esta concepción colabora con la educación a través de los principios del cuidado de la naturaleza como un valor sociocultural a desarrollar", comunicó.
Se reforestó el paisaje incorporando especies de árboles nativos de la Argentina para brindarles a bulevares y rotondas mayor diversidad biológica y la creación de microecosistemas para polinizadores o aves.
"Para ello implantamos el concepto de "Pinamar Foresta 365" que proyecta a Pinamar como un paisaje cultural y un precursor regional en la materia, basado en el compromiso del desarrollo sustentable y la valoración de la cultura comunal. Aspirando a generar una mejor calidad de vida recíprocamente entre los Pinamarenses o quienes nos visitan", añadió.
Por su parte, Fabián De la Serna, el director de Frente Marítimo y Observatorio Costero de Pinamar indicó que se trabajó en la reconstrucción del primer cordón dunícola (médano costero) en los espacios en los que había sido eliminado y, en los que tenía una "presencia frágil", se realizaron intervenciones para reforzar su conservación.
La técnica que se utilizó fue la de "enquinchado", captadores pasivos de arena que recuperan los granos que vuelan por acción del viento (quedan entrampados en esta estructura). "Los mismos fueron colocados en sectores predeterminados, respetando distintas alturas y orientaciones, a los fines de hacer más eficiente el recupero", explicó.
Desde 2016 hasta el momento fueron colocados más de 10.000 metros lineales de enquinchados. "Podemos hablar de una inminente recuperación de los médanos", añadió.