Luego de una votación popular, París expulsa las patinetas de alquiler
Ayer domingo 2 de abril, la mayoría de los habitantes de la llamada "ciudad luz" (90 %) apoyó el plan de la alcaldesa socialista Anne Hidalgo para que los monopatines eléctricos dejen de circular por las arterias urbanas.
De acuerdo a un referéndum local organizado por el Ayuntamiento, se decidió que la capital gala sea la primera gran urbe europea en sacar de sus calles este tipo de unidades.
Tres empresas operan allí actualmente una flota de 15 mil dispositivos cuyo contrato finalizará el próximo 31 de agosto:
la estadounidense Lime,
la francesa Dott
la alemana Tier
Si bien el resultado no es jurídicamente vinculante, las autoridades se han comprometido a respetar los resultados. Por lo tanto, el próximo primero de septiembre, París debería amanecer sin turistas que la surquen en monopatín.
La pregunta formulada fue la siguiente: "¿Está usted a favor o en contra?". De todas formas, la votación no contempla los monopatines particulares, en poder de decenas de miles de vecinos.
Hidalgo, cuyo mandato termina en 2026, militó en contra de este sistema porque lo considera peligroso y poco ecológico (por la corta duración de sus baterías de litio). "No podemos contenerlos en los espacios públicos y están causando problemas de seguridad vial, sobre todo a las personas mayores y discapacitadas", dijo la dirigente nacida en Cádiz, España. Además, los visitantes que los alquilan generan un gran foco de conflicto en el espacio público.
Desde junio de 2019, se los ha considerado como "dispositivos de desplazamiento personal motorizado" sometidos a las normas de tráfico. Su velocidad está limitada a 10 kilómetros por hora y en algunas zonas concretas a 20 kilómetros por hora.
En 2022, causaron al menos 27 muertes frente a 22 en 2021 y 7 en 2020. Además, alrededor de quinientas personas resultaron heridas por la "micromovilidad". Las estadísticas suman tres años de constantes aumentos.
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Patinetas no, autos contaminantes tampoco
La semana pasada, la Unión Europea confirmó que en el viejo continente no se venderán más automóviles con motores de combustión interna a partir de 2035. Esta disposición vale para los coches a diésel, gasolina e, incluso, los híbridos.
La decisión fue firmada en Bruselas por los representantes de 27 países, a pesar de que Alemania se oponía a la medida. Los germanos tienen cinco grandes plantas automotrices propias: BMW, Mercedes Benz, Audi, Porsche y Volkswagen.
En consecuencia, dentro de doce años, solo podrán patentarse aquellos vehículos que sean completamente eléctricos.