El modelo impensado que Estados Unidos aprendió de Las Vegas
La antes llamada "Ciudad del pecado" tiene algunas cosas que enseñarle a otras ciudades y estados norteamericanos.
El consumo de electricidad a gran escala siempre estuvo relacionado con el crecimiento de la ciudad de Las Vegas, ubicada en pleno desierto de Nevada.
Benjamin "Bugsy" Siegel (Foto: Wikipedia)
En los años 40, un mafioso llamado Benjamin Siegel tuvo una epifanía al asociar el desarrollo energético que proporcionaría la represa Hoover con uno de los dos únicos distritos de Estados Unidos donde se permite el juego.
Bugsy fue el "inventor" de una ciudad del pecado que combinaba casinos legales, espectáculos de primer nivel internacional y aire acondicionado en cada habitación o salón.
Durante décadas la gigantesca hidroeléctrica mencionada sostuvo el crecimiento febril de una urbe basada en los KW baratos y las atracciones para mayores: "Lo que pasa en Las Vegas, queda en Las Vegas" reza la popular consigna norteamericana.
Con la llegada de los años noventa, los carteles mafiosos fueron desplazados del centro de la escena y todo mutó hacia una propuesta turística mucho más familiar.
Al mismo tiempo, Nevada iba modificando su matriz energética y comenzaba a desarrollar grandes plantas de biodiésel utilizando el aceite quemado de los grandes hoteles. Cabe destacar que tres de los cinco más grandes del mundo se erigen en el famoso Las Vegas Boulevard, o Strip.
Represa Hoover Dam, sobre el río Colorado, en la frontera entre los estados de Arizona y Nevada (Foto: Pixabay)
Además, el transporte público local comenzó a moverse utilizando este nuevo tipo de combustible.
Con la llegada del nuevo siglo, las fuentes fotovoltaicas tomaron el control de la situación a nivel local y lograron que en esa tórrida geografía se utilice solamente electricidad de origen renovable en todos los edificios e infraestructuras públicas.
La planta Boulder Solar I suministra a diario 100 MW de potencia. Se encuentra en el Valle de Eldorado (Sur de Nevada), junto a Boulder II, de 50 MW. El avance de las renovables es indetenible y ya ha permitido prescindir de fuentes tan contaminantes como el fuel oil, el carbón y las naftas.
Con un área metropolitana que ronda los dos millones de habitantes, las luces brillan cada vez con más fuerza: se trata de la ciudad con mayor crecimiento poblacional de la Unión en la pasada década.
Las Vegas de noche (Foto: Pexels)
Su elevadísimo consumo de electricidad proviene de los centros de apuestas y también de la organización casi diaria de todo tipo de eventos y torneos que la tienen como sede permanente.
California imita a Las Vegas
El éxito de la ex capital del pecado captó la atención de ciudades mucho más antiguas como San Francisco (un millón de habitantes) y su vecina San José (un millón).
Ambas concentraciones humanas se han comprometido a producir el 100% de su energía con renovables para 2035.
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California demostró que nunca pensó en renunciar a sus planes sobre las renovables, a pesar de la llegada a la Casa Blanca de un negacionista como Donald Trump.
Se busca imitar el éxito de Las Vegas también en el aspecto económico, ya que las alcaldías logran con esta reconversión ahorro de decenas de millones de dólares por año.
El proceso tardaría unos tres lustros y se estima que el ahorro de energía al final del camino oscilaría en torno al 30% del total consumido.
San Francisco presentó un plan para la transición de los edificios comerciales privados hacia el completo uso de energías renovables. Casi la mitad de las emisiones de CO2 de la ciudad proceden de los edificios particulares y la otra mitad de esas emisiones provienen del sector comercial.
San Francisco se destaca por estar a la vanguardia en distintos aspectos:
- Prohibición de venta de botellas plásticas de agua
- Reducción de impuestos para terrenos baldíos que planten huertos urbanos
- Impulso a la instalación de paneles solares y "techos vivos" con todo tipo de plantas y árboles
Según EIA (Energy Information Administration), en los Estados Unidos el 67 % de la producción total de energía aún proviene de combustibles fósiles (carbón, gas natural y petróleo).
La energía nuclear aporta un 20 %, la hidroeléctrica sólo un 6 % y la sumatoria de fuentes eólicas y solares apenas supera el 5%.
En este marco tan desfavorable, son muy destacables las iniciativas verdes que se impulsan en el Lejano Oeste de la potencia mundial.