El reciclaje inclusivo: por un planeta más limpio y más justo
En Guaymallén, Mendoza, se encuentran diversos puntos verdes dentro de un plan de gestión de residuos que lleva a cabo la Cooperativa de Trabajo Grilli con el apoyo del municipio.
Desde hace un tiempo, la Municipalidad de Guaymallén trabaja con recuperadores urbanos pertenecientes a la Cooperativa de Trabajo Grilli Mza, quienes brindan un servicio de recolección diferenciada. El sistema que la cooperativa les propone a los vecinos contempla que los promotores ambientales vayan casa por casa colectando los materiales reciclables para evitar que se mezclen con otros residuos. Lo más interesante de este proyecto radica en la realización de un trabajo ambiental con inclusión social. Para saber más al respecto, Carbono.news conversó con Jéssica Sosa, unas de las recicladoras que trabaja en la Cooperativa.
Carbono.news: ¿De qué se trata la Cooperativa de trabajo de la que formás parte?
Jéssica Sosa: Es la Cooperativa Grilli. Estamos en la calle 9 de julio al 2000, en Jesús Nazareno, ahí está nuestro centro verde. El centro es alquilado, pero ya se está construyendo uno propio porque ese predio ya lo compró una empresa privada, así que vamos a estar un poco más hasta que nos den nuestro lugar.
Queremos seguir creciendo en cantidad de personas y, para eso, necesitamos un lugar propio. Es importante tener un espacio de uno, al que puedas ponerle tu impronta, tu seña, decir yo estoy acá y soy parte de esto. Tratamos de que todos los compañeros que vayan entrando al centro verde puedan entender que son parte de la sociedad de la cual se creían marginados.
La idea de la cooperativa fue incluir a las personas que hace muchos años vienen colaborando, haciendo esta tarea de poder recuperar los materiales reciclables de entre medio de los residuos. Por eso, hablamos de crear un plan de reciclaje con inclusión social, sacando a esas personas de los basurales a cielo abierto, para que dejen de trabajar de manera informal, pero también para que la comunidad empiece a conocer la importancia de su labor y que sepan que ellos están generando sus puestos de trabajo, su sustento familiar. También es bueno que el estado se empiece a hacer presente, por eso, tratamos de sentarnos con la municipalidad, llevarle estos planes de reciclaje y decirle: hay recuperadores, hay cartoneros, hay recicladores en los basurales que hacen el mismo trabajo que una empresa privada, entonces, le propusimos que se le dé trabajo a esa gente, dignificarla, que ellos mismos sean los que sigan recuperando esos materiales, pero de otra forma.
¿Entonces, en qué consiste exactamente ese Plan de Reciclaje Inclusivo?
Necesitamos que toda la comunidad empiece a separar sus residuos, pero sabiendo la importancia de decir, bueno, no solamente estoy colaborando con el medioambiente, sino que además le estoy ayudando a una familia a dignificar su vida, a mejorar su calidad de trabajo, a que pueda generar su sueldo y, principalmente, a que se pueda ver al recuperador como a un trabajador.
Muchas veces, las personas que vienen trabajando durante años en los basurales a cielo abierto o las que están trabajando de cartoneros, no se sienten como trabajadores.
Nuestra intención es que todos empiecen a soltarse, a dignificarse, que la gente empiece a tener en cuenta que no solo está colaborando con el medioambiente, sino que está sacando a un niño del basural, haciendo que los padres trabajen de la forma correcta, dignamente, y que ese niño pueda tener acceso a estudiar y a jugar. Muchas veces se crean círculos de vida: mi papá trabaja en el basural, mi mamá también, por ende, yo voy a terminar ahí y, por eso, no se alfabetizan. Tenemos compañeros que son analfabetos porque están dentro de ese contexto, de ese círculo.
Los vecinos tienen que conocer quiénes son las personas que vienen trabajando, que vienen colaborando ya con el medioambiente, pero sin ser reconocidos.
Una forma de que todo vaya mejorando es generar otro círculo, uno virtuoso: separamos los residuos, generamos puestos de trabajo, cuidamos el medioambiente, mejoramos la calidad de vida, entonces esa es la importancia que tiene hoy en día el reciclaje. Y como sociedad, le damos al planeta ese tiempo que necesita para que se mejore. No hay que seguir explotando innecesariamente recursos, no hay que seguir contaminando el agua que es tan necesaria para nosotros, no hay que seguir quemando basura, ya que el aire también es algo que necesitamos para vivir. No todos nos hacemos responsables, aunque todos somos los que generamos residuos.
¿Cómo es el nuevo sistema de recolección que se está implementando poco a poco en Guaymallén a partir del trabajo de la cooperativa?
Vamos a pasar casa por casa un día a la semana, los chicos que están abocados a esta zona van a hacer las recolecciones los días miércoles. También va a haber un punto fijo. La idea de ir puerta por puerta es generar contacto entre los vecinos y los recuperadores para que vayan generando un vínculo.
Como dije, muchas veces, a pesar de que venimos trabajando de muchos años, una familia cartonera, no nos reconocen como trabajadores, entonces hay temor a salir, temor al rechazo de los vecinos, al rechazo de la sociedad. Esperamos que este sistema que hemos tratado nosotros de impulsar sirva más que nada para favorecer a las personas que vienen trabajando hace muchos años en los basurales a cielo abierto, porque son las que más lejos de la sociedad están. Un cartonero está acostumbrado a pasar por las zonas urbanizadas, pero la mayoría no tiene el contacto con el vecino o los comercios, esperan a que saquen algo en el canasto.
Muchos vecinos dicen, yo quiero separar, o yo quiero cuidar el planeta, y no tienen las facilidades para hacerlo. Nosotros se las vamos a dar.
Entonces, ¿cuál es mi tarea como vecino, como ciudadano? Separar los residuos, que por ahí es un hábito que nos cuesta adquirir, estamos a acostumbrados a consumir y desechar, consumir y desechar, no nos preocupamos por generar ese hábito de la separación. Pero cuando lo empezamos a hacer, vamos notando en casa cómo disminuye la bolsa de basura y empezamos a tener noción de que no es la misma cantidad la que va a ir a dar a un basural a cielo abierto, o sea, todo tiene importancia muy grande porque sirve para evitar el colapso del sistema.
También es bueno que el estado participe, sabemos que la gestión de residuos está a cargo del estado, pero no todos los estados lo hacen de una manera correcta y no todos involucran a los verdaderos actores, a los recuperadores urbanos. Por eso está bueno que puedan copiar este sistema y decir, hago un convenio con los recuperadores y que generen su sueldo, porque muchas veces nos quejamos de cuántos cartoneros hay en la calle. Entonces, formalizar el trabajo, que se proponga otro sistema significa que el vecino se asegura de que esos residuos por los que se está responsabilizando tengan una disposición correcta. Pero son caminos largos, son procesos.
¿Y el punto verde cómo funciona?
Una vez a la semana, los chicos van a estar para juntar lo que genere la zona asignada y para colectar lo que le quiera traer la gente que no está dentro de la zona de recolección.
Cada recuperador cobra según los kilos que genere en su zona, la idea es que el vecino espere a ese recuperador y no que lo acerque al punto, porque se estaría perdiendo, o sea el punto que funcione solo para los que se encuentren fuera de la ruta. Todos tienen que ganar. Nosotros recién empezamos y estamos tratando de charlar con los vecinos, de contarles, algunos nos dijeron que les habían comentado a otros vecinos que no estaban y así, iban difundiendo. Y si alguno no lo quiere hacer, yo igual lo hago con la esperanza de que otro me imite y de a poco seamos todos.
¿Cómo surge la unión con el Municipio de Guaymallén?
Nosotros nos empezamos a organizar como grupo a través de un contacto con una cooperativa de Buenos Aires que nos empezó a mostrar cómo era el trabajo y ahí empezamos a tender líneas hasta que llegamos al intendente. Pudimos sentarnos, charlamos con él y decidió apoyar este plan de reciclaje inclusivo. Ellos nos hacen el aporte de lo que es la indumentaria, los carros, la logística, el alquiler del centro verde, la folletería, todo lo que nosotros no podríamos costear si hubiéramos empezado de cero. Las máquinas con las que trabajamos adentro del centro también vienen de parte del municipio y nosotros le garantizamos la prestación del servicio de recolección de reciclables al vecino y les ayudamos a disminuir la cantidad de residuos que va a dar a los basurales a cielo abierto. El sueldo neto de los chicos depende de la cantidad de materiales que recolecten, no del municipio, el municipio hace otros aportes.
Digamos que, si uno no trabaja con otro, es más difícil, hay muchas cooperativas en toda la Argentina que todavía no tienen convenios con los municipios, no cuentan con maquinarias, no tienen galpón, pero de todos modos se tratan de organizar y de buscar recursos, de pelear por sus derechos.
Hoy en día contamos con un seguro, con una cuenta en un banco que era algo que si me preguntabas hace ocho años atrás no lo hubiera imaginado. Muchos no hemos tenido acceso a la alfabetización, a terminar nuestros estudios y no queremos que a nuestros hijos les suceda lo mismo. Cuando ya lo pudimos lograr, nos dijimos, bueno, hasta acá llegó para nuestra descendencia estar en el basural, estar en una carretela, la sociedad nos empieza a recibir de otra forma, nos empieza a ver de otra forma, esa empatía que empieza a tener el vecino de saludar y decir: ¿Cómo estás? ¿Querés un vasito de agua?
Ya como que al vecino le interesa un poquito más de nuestras vidas, entonces esto cambia todo, cambia nuestro estilo de vida, nuestra forma de vivir, nuestra forma de sentirnos y es lo que buscamos para todas las personas que todavía están dentro de los basurales, buscamos que toda la comunidad de Guaymallén se pueda unir separando los residuos.
De a poquito hemos ido sumando, empezamos cuarenta, ahora somos casi ochenta, pero bueno, es a pasito de tortuga, lento pero seguro, y siempre contamos con la responsabilidad de los vecinos para poder continuar.
¿Con qué otras cooperativas del país tienen contacto?
Nosotros fuimos a un plenario este año a Rio Negro donde tuvimos contacto con cooperativas de toda la Argentina, ahí supimos de una estadística, existen cinco mil basurales a cielo abierto y cada provincia cuenta con cooperativas de reciclaje. Acá en Mendoza son varias, pero no todas tienen el amparo del municipio, no todos los municipios trabajan de la misma manera.
La idea de Guaymallén es garantizar que el material reciclable llegue a nuestro centro verde sin estar contaminado. Muchas veces se implementan sistemas de un día especial de recolección de reciclables, pero si mi vecino separa, pero yo no separo o yo separo, pero el del al lado no, el camión va a levantar todo, y cuando se prensa, las bolsas explotan, el material se contamina, la cantidad de material rechazado es impresionante y terminan trabajando en las mismas condiciones que se querían evitar. Lo que intentamos con este plan es llegar en forma directa al vecino.
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¿Cómo es el circuito comercial del material recuperado?
El material se recoge domicilio por domicilio, trabajamos con muchas empresas que también buscan adherirse, barrios privados o grandes comercios, siempre los chicos hacen el retiro, embolsan el material ellos, en los grandes comercios también, tenemos gente embolsando y separando los materiales reciclables.
Nos juntamos en los puntos verdes, viene el camión, se lleva todo al centro verde, ahí ingresa, se pesa para saber cuánta cantidad se genera porque cada compañero gana lo que generó ese día. Se clasifica cada material correspondiente a dónde va, por eso decimos que puede ir todo junto mientras esté seco y limpio porque después los chicos tienen la tarea de clasificarlo en la cinta. Después se enfarda y de ahí, se comercializa.
Trabajamos siempre con industrias recicladoras, industrias que lo vuelven a incluir en el mercado como materia prima. Por ahora no es tanto el ingreso de material que tenemos como para hacer ventas directas, tenemos que utilizar intermediarios, pero la idea es más adelante evitarlos.
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Por ahora solo el 4% de Guaymallén está separando sus residuos y estamos tratando de que aumente la cantidad, ya que eso además va a permitir que más personas ingresen a trabajar al centro verde.
¿A vos te parece que el plan está dando resultados?
Nosotros hacemos visitas a las escuelas para que los chicos empiecen a adquirir ese hábito de la separación en origen y que sepan que así están colaborando con el planeta que habitan. Este planeta es el único que tenemos y tenemos que cuidarlo, sanarlo, darle tiempo para que se pueda mejorar.
Además, hay una verdadera integración comunitaria, por eso hablamos de reciclaje inclusivo, para incluir a las personas que siempre venían trabajando de esto, pero en mejores condiciones, contando con un espacio físico, con uniformes, con guantes de seguridad, ya que alguien que está en un basural revuelve a mano limpia, no tiene un espacio físico, no hay agua potable, no tiene un espacio para desayunar, es todo en medio de los residuos.
En el basural la calidad del trabajo es inhumana, es insalubre y pasar a trabajar de otra forma cambia hasta la mentalidad de uno. Por ejemplo, yo este año ya pude comenzar mis estudios secundarios y muchos compañeros se están alfabetizando. También hacemos capacitaciones y siempre tratamos de ver qué podemos ir sumando para que la calidad de vida sea mejor.
Yo hice la primaria solamente por la situación económica de mis padres, cartoneaban los dos, además fui mamá muy joven, y cuando quise retomar los estudios, mis hijos eran chicos y tuve que dedicarme a trabajar para llevar un plato de comida. Hoy en día, ya manejo un horario de trabajo. Hay otra mirada, por ejemplo, si mi hijo en la escuela le decía a la maestra que soy cartonera, significaba bullying para mi hijo, ahora soy una trabajadora como cualquier otra.
Por ahí la gente piensa que solo puede colaborar donando a una asociación o donando ropa a la iglesia. Lo cierto es que puede ayudar a otras personas, pero con trabajo, a través de los residuos que uno misma genera, evitando contaminar, evitando ensuciar el planeta, siendo responsable.
Es increíble ver cómo podemos colaborar tanto con tan poco, sin necesidad de gastar más para poder ayudar más. Es algo que está al alcance de cualquiera, no hace falta tener un título, una maestría ni un montón de dinero, cada uno desde su lugar, separando los residuos y con eso generando puestos de trabajo. Y así, pasito a pasito.