De Nueva York a Buenos Aires: cómo son los modelos de bicicletas públicas
Las bicis serán una parte fundamental de las ciudades del futuro, según los expertos en urbanismo y movilidad.
Nueva York es la ciudad más visitada del mundo. En épocas normales, suma 70 millones de turistas cada año, superando a Londres, París, Roma y otras de las grandes capitales del mundo.
Debido a su alta densidad vehicular, especialmente en Manhattan y Brooklyn, debió adoptar un sistema combinado de subtes, trenes aéreos y bicisendas para evitar los fatales atascos producidos por miles de coches, camiones y buses en las calles.
Por ello, implementaron Citi Bike, un sistema de intercambio de bicicletas públicas que se gestiona desde empresas privadas. Este modelo fue calificado por el índice Cities in Motion como el mejor del planeta.
Se trata del programa más grande de estas características en todo Estados Unidos: cuenta con 330 estaciones distribuidas por toda la ciudad y unas 6000 bicicletas.
El mecanismo opera sin subsidios estatales y está dedicado tanto a los neoyorquinos como a los visitantes. Es operado por el banco Citi y la tarjeta Mastercard.
Los pases diarios (que cuestan 15 dólares) se pueden comprar en cualquier quiosco de Citi Bike con una tarjeta de crédito o débito. Se puede andar tanto como uno quiera siempre que se amarre la bicicleta a las mini estaciones cada 30 minutos.
Si se pierde una bici, el usuario deberá pagar más de 1200 dólares, por lo que es aconsejable dejar siempre los rodados acoplados a sus estaciones cuando no se los está utilizando. Todas las unidades cuentan con luces delanteras y de posición, timbres y sistema de GPS integrado.
Buenos Aires: hacia el fin de la gratuidad
El sistema de Ecobici porteño, nacido en 2010, contempló durante una década completa el uso compartido y gratuito de bicicletas públicas.
Manejado desde 2019 por la brasileña Tenbici, el modelo está cambiando y se espera que pronto comience a implementar tarifas los fines de semana para argentinos, y todos los días para turistas.
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La meta es dedicar los fondos recaudados a mejorar la actual infraestructura para llegar en 2022 hasta un total de 400 estaciones y 4000 rodados que se hallen presentes en cada uno de los barrios capitalinos.
El servicio seguirá siendo gratuito de lunes a viernes para los connacionales, según aprobó la legislatura porteña por 36 votos contra 20.
Las autoridades de Transporte de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires detectaron que el tiempo de uso los días sábados y domingos duplicaba y hasta triplicaba el que era necesario para las jornadas hábiles, ya que las bicis se utilizaban para pasear y no tanto para transportarse.
Actualmente, se las puede utilizar por media hora como máximo (cuatro veces por día) pero, si no se las devuelve luego de ese tiempo (con un margen de tolerancia de cinco minutos) se cobra una multa económica. A partir de los 15 minutos de entregada, se puede tomar una nueva de manera gratuita.
Tanto desde el gobierno local como desde la compañía a cargo no se pudieron encontrar aún las estrategias viables para frenar la ola de robos de ruedas y de los cuadros de bicicletas que quedan aparcadas en las estaciones.
El vandalismo ocasionó pérdidas millonarias, y por ello se están instalando redes de cámaras de seguridad en las mini estaciones. Además, se les colocará un sistema de GPS a las unidades con el fin de recuperar las que hayan sido sustraídas.
El sitio de internet especializado Donkey.bike calificó a Buenos Aires como una nueva meca entre las ciudades ciclistas: la ubicó dentro de las cinco mejores del mundo para moverse pedaleando.
Se tuvo en cuenta que hace una década apenas el 0,4% de los viajes se hacía en este tipo de rodados y hoy la cifra se elevó hasta el 4%. Circulan diez veces más bicis en una red que ya trepó hasta los 270 kilómetros de extensión
Son medio millón de travesías por día pero el objetivo para 2023 es que se llegue al millón.
Bancos de bicis para los más vulnerables
En diálogo con Carbono.news, Julio Artuñona, de la ONG "Voy en Bici", analizó la situación más allá de la gratuidad en el servicio que se disfruta en CABA.
"Mucha gente en el conurbano trabaja en negro y no está bancarizada. Además no cuenta con el poder adquisitivo suficiente como para pagar los 20.000 o 30.000 pesos que cuesta una bici nueva. Las sendas exclusivas casi no existen en el Gran Buenos Aires. ¿Cómo llegan estos vecinos hasta las estaciones gratis de la Capital Federal?", se preguntó.
"Nosotros trabajamos en merenderos y pedimos donaciones a los particulares porque estamos armando un Banco de Bicicletas en cada barrio popular. El representante del comedor barrial suele ser quien más conoce a los vecinos y nos ayuda a entregarle los rodados a quienes buscan trabajo. Se trata de un comodato. Deben devolverlos cuando sus situaciones mejoren", contó.
Y agregó: "Hemos comprobado que en las zonas vulnerables no registramos prácticamente actos de vandalismo. Las bicis están muy cuidadas. El Banco es una forma de incluir a quienes sobreviven con ingresos mínimo".