Bioconstrucciones: por qué son una opción económica, segura y eco friendly
Recuperar este tipo de construcciones podría ser de gran utilidad frente al crecimiento de una demanda ecológica que implica menor consumo energético pero, al mismo tiempo, mayor ahorro económico y mejores condiciones de seguridad edilicia.
El cambio climático ha hecho que muchos se replanteen sobre sus actividades cotidianas y fundamentalmente, con sus hábitos de consumo. Frente a esto, surge una iniciativa que parece ser una ayuda frente a este problema.
En realidad, no es algo estrictamente nuevo. Se trata de la bioconstrucción, un método ecológico para crear viviendas que se adaptan a las necesidades de sus habitantes, como así también a las urgencias que reclama el ambiente y que se presenta como una opción económica, segura y eco friendly.
Ariel González, docente investigador de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) de Santa Fe, especializado en construcción con tierra y coordinador del grupoTierra Firme, explicó a Carbono News que "desde tiempos inmemoriales las construcciones del hábitat doméstico que servían de morada a las personas fueron construidas con los recursos locales, adaptándolos a las necesidades climáticas, sísmicas y culturales de la comunidad".
Sin embargo, comenta que "con el advenimiento de la revolución industrial se comenzaron a incorporar nuevos materiales que en muchos casos no tienen una producción regional y tampoco un manejo económico-comercial que contemple al usuario".
Pero además, sugirió que "en muchos casos la prensa y difusión de los materiales modernos hacen olvidar los conocimientos de la forma de producción de hábitat tradicional", y a la vez, "las empresas productoras y comercializadoras de los nuevos materiales son impulsoras del olvido de otras formas de construcción".
De este modo, la globalización provocó que comenzaran a utilizarse técnicas y materiales que, a veces, no satisfacen de manera completa las expectativas de los pobladores por lo que poco a poco se dejaron de lado modos de construcción tradicionales que presentaban como una mejor opción. "Esto no se debe interpretar como que todo nuevo material no debe ser utilizado, por el contrario, debe utilizarse siempre y cuando la adecuación tecnológica brinde la posibilidad de mejora sin agredir los valores naturales y culturales", concluyó el docente de la UTN de Santa Fe al respecto.
Los beneficios de este tipo de construcción
Por otra parte y en relación a los beneficios que traen este tipo de construcciones al ambiente, Ariel González fue muy concreto: "Al ser producido con recursos del medio ambiente es el más aggiornado y menos agresivo al mismo".
En el caso de la construcción con tierra, las bondades que presenta son numerosas y muy interesantes. Tal es así, que en la página web de Tierra Firme enumeran algunos de ellos.
En primer lugar, las bioconstrucciones de tierra regulan la humedad. Al no estar cocidos los bloques, estos la absorben y liberan de acuerdo a las condiciones ambientales.
Relacionado a esto, el hecho de controlar la temperatura, tanto en verano como en invierno, provoca una disminución del consumo de energía, que se ve reducida considerablemente. De hecho, explican que "una vivienda construida en adobe o tapial en países fríos y que contase con alguna técnica ecológica de climatización, como por ejemplo la energía solar pasiva, podría llegar a prescindir totalmente de sistemas de calefacción que consuman combustibles"
Pero además, sugieren que "el uso de la materia prima tierra, no genera residuos contaminantes, y además, no es necesario procesar el material una vez que pierde su uso original". Asimismo, "no lleva asociados problemas como la deforestación o la minería extractiva que implican otros materiales constructivos".
Y como si esto fuera poco, la fabricación del adobe requiere 15 veces menos energía que el ladrillo, para cuya fabricación se provoca la quema de combustibles que emiten CO2.
Técnicas
Las técnicas de construcción con tierra son varias. Tal vez la más conocida sea el adobe, utilizada históricamente en diversas regiones del mundo. Se trata de "un mampuesto similar al ladrillo formado por una masa de arcilla y algún aditivo, secada al sol y al aire, caracterizándose por ser un material que se emplea sin cocción previa".
También se puede optar por la técnica de la tapia, que "se basa en la compactación de la tierra húmeda por tongadas mediante su apisonado in situ". La quincha, explican, "es una técnica que emplea un entramado de madera u otro material que soporta un llenado y recubrimiento con tierra, agua y fibras vegetales amasadas". En este caso, "la tierra funciona como la piel pues regula la temperatura, la humedad y el sonido".
En el caso del "hormigón de tierra", en tanto, "se emplean técnicas similares a las del hormigón tradicional y se elabora a partir de agregados finos y gruesos, con un bajo contenido de cemento, que se vierte dentro de encofrados en el lugar de construcción del muro, en estado plástico y debe tener una gran trabajabilidad",
Asimismo, existen otras dos técnicas, la de bloques de tierra comprimida (BTC) y la de tierra alivianada, "que consiste en la adición de una gran cantidad de fibras, u otro material aligerante como la arcilla expandida, junto a la tierra para reducir el peso y al mismo tiempo mejorar la capacidad aislante térmica y acústica".
"Construir con tierra es una actitud filosófica"
De este modo, la bioconstrucción se presenta como una técnica de edificación económica, sostenible y segura. Pero para que así sea, es fundamental un buen empleo de las técnicas.
Así, las viviendas se adaptan a las condiciones propias de la zona, incorporando materiales locales que incluso, hacen que el costo de la construcción sea más bajo, "lo que estaría mejorando la ecuación para lograr edificaciones con un ratio costo-prestaciones muy favorable".
Al finalizar la entrevista con Carbono News, el ingeniero Ariel González reconoció que es preciso actuar antes que tarde y afrontar las consecuencias de la contaminación. En esto, dijo, "la forma de construcción no queda fuera". "Si no se tiene en cuenta el cambio climático y las consecuencias de la industrialización indiscriminada, el planeta nos expulsará; por lo tanto una toma de partido consciente respecto a cómo seguir construyendo, permitirá que tengamos en el futuro la posibilidad de seguir produciendo techo habitable para los humanos", sostuvo.
Una reflexión final viene dada por el propio grupo que él coordina: "Construir con tierra es un cambio de actitud, no de valor económico. Es una actitud filosófica".